New operation against the illegal fishing in the estuary of the Guadalquivir
Wed, 20/01/2010
Efectivos de la Guardia Civil de Cádiz, pertenecientes a la unidades del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) y del Servicio Marítimo Provincial, llevaron a cabo durante todo el día de ayer una operación contra la pesca ilegal en el estuario del río Guadalquivir, en concreto entre Bajo de Guía (Sanlúcar) y el caño Martín Domínguez (Trebujena). La actuación, denominada Operación Coriana y desarrollada por orden de las consejerías de Medio Ambiente y de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, permitió la incautación de 210 artes y redes ilegales, así como que 26 embarcaciones fueran denunciadas e inmovilizadas. Dos vecinos de Trebujena también fueron denunciados tras ser sorprendidos in fraganti pescando con estas artes no autorizadas.
La redada de ayer es continuación de otras dos que fueron llevadas a cabo en este mismo lugar en 2007 y en marzo de 2008. Con estas actuaciones se busca evitar que se siga esquilmando la fauna marina del estuario del Guadalquivir, ya que estas redes ilegales contribuyen de manera muy negativa a la freza y cría de las especies que pueblan el caladero del Golfo de Cádiz, con el consiguiente perjuicio para las flotas pesqueras de localidades como Sanlúcar de Barrameda, Punta Umbría o Isla Cristina.
La operación de ayer se inició en torno a las 8:00 de la mañana y culminó minutos antes de las 19:30 horas, cuando los agentes de la Benemérita desembarcaron en el puerto de Chipiona todo el material incautado, que fue trasladado luego en dos furgonetas de la Junta de Andalucía.
En la actuación participaron cinco embarcaciones de la Guardia Civil, entre ellas la patrullera de altura Río Guadalete, de 30 metros de eslora y con base en Algeciras; la patrullera Río Ulla, de 17 metros de eslora; y tres semirrígidas de nueve y 18 metros. En las mismas embarcaron medio centenar de guardias civiles (tanto del Seprona como del Servicio Marítimo) así como funcionarios de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta.
La inspección se centró en barcos que se dedican a la pesca de la angula y el camarón, los cuales son de construcción artesanal y no reúnen las mínimas condiciones técnicas de navegabilidad ni seguridad para el tráfico marítimo.
Las 26 embarcaciones inmovilizadas ayer, todas ellas de entre 12 y 15 metros de eslora, carecían de cualquier tipo de documentación, matrícula, permiso de navegación y de pesca en estas aguas interiores marítimas. Las denuncias tramitadas a estas embarcaciones serán remitidas por la Guardia Civil a la Capitanía Marítima de Sevilla.
Las artes y redes intervenidas son sobre todo nasas holandesas, cedazos, cucharas de popa o corianas y redes con una luz de malla de hasta un milímetro de cuadro. El uso de estas últimas redes conlleva que además de apresar a las angulas también lo hagan otras especies marinas que caen en estas anguleras. Todo ello, además, se desarrolla en una zona biológica y ecológica muy sensible denominada zona de cría y engorde del bajo Guadalquivir, cuya macrofauna está compuesta por al menos 134 especies.
La anguila europea ha sufrido un extraordinario y rápido declive en toda su área de distribución europea en los últimos 30 años, alcanzando en el año 2000 un mínimo histórico. Los minuciosos estudios realizados en Andalucía, en concreto en la cuenca del Guadalquivir, han dado como resultado que se ha producido una reducción del 98% de la población de esta especie marina y del 88% de la superficie de su hábitat natural. Por todo ello, esta especie se encuentra catalogada ya como "en peligro crítico" por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La redada de ayer es continuación de otras dos que fueron llevadas a cabo en este mismo lugar en 2007 y en marzo de 2008. Con estas actuaciones se busca evitar que se siga esquilmando la fauna marina del estuario del Guadalquivir, ya que estas redes ilegales contribuyen de manera muy negativa a la freza y cría de las especies que pueblan el caladero del Golfo de Cádiz, con el consiguiente perjuicio para las flotas pesqueras de localidades como Sanlúcar de Barrameda, Punta Umbría o Isla Cristina.
La operación de ayer se inició en torno a las 8:00 de la mañana y culminó minutos antes de las 19:30 horas, cuando los agentes de la Benemérita desembarcaron en el puerto de Chipiona todo el material incautado, que fue trasladado luego en dos furgonetas de la Junta de Andalucía.
En la actuación participaron cinco embarcaciones de la Guardia Civil, entre ellas la patrullera de altura Río Guadalete, de 30 metros de eslora y con base en Algeciras; la patrullera Río Ulla, de 17 metros de eslora; y tres semirrígidas de nueve y 18 metros. En las mismas embarcaron medio centenar de guardias civiles (tanto del Seprona como del Servicio Marítimo) así como funcionarios de la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta.
La inspección se centró en barcos que se dedican a la pesca de la angula y el camarón, los cuales son de construcción artesanal y no reúnen las mínimas condiciones técnicas de navegabilidad ni seguridad para el tráfico marítimo.
Las 26 embarcaciones inmovilizadas ayer, todas ellas de entre 12 y 15 metros de eslora, carecían de cualquier tipo de documentación, matrícula, permiso de navegación y de pesca en estas aguas interiores marítimas. Las denuncias tramitadas a estas embarcaciones serán remitidas por la Guardia Civil a la Capitanía Marítima de Sevilla.
Las artes y redes intervenidas son sobre todo nasas holandesas, cedazos, cucharas de popa o corianas y redes con una luz de malla de hasta un milímetro de cuadro. El uso de estas últimas redes conlleva que además de apresar a las angulas también lo hagan otras especies marinas que caen en estas anguleras. Todo ello, además, se desarrolla en una zona biológica y ecológica muy sensible denominada zona de cría y engorde del bajo Guadalquivir, cuya macrofauna está compuesta por al menos 134 especies.
La anguila europea ha sufrido un extraordinario y rápido declive en toda su área de distribución europea en los últimos 30 años, alcanzando en el año 2000 un mínimo histórico. Los minuciosos estudios realizados en Andalucía, en concreto en la cuenca del Guadalquivir, han dado como resultado que se ha producido una reducción del 98% de la población de esta especie marina y del 88% de la superficie de su hábitat natural. Por todo ello, esta especie se encuentra catalogada ya como "en peligro crítico" por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).