El Gobierno central ha emitido una declaración de impacto ambiental de la desaladora de Santa Eulària como consecuencia de la ampliación del proyecto. Este documento insta a cumplir una serie de medidas protectoras para la posidonia y la zona marítima y terrestre afectada, la Punta des Faralló (Cala ses Roquetes) de Santa Eulària.
Entre otras cosas, se pide que se reduzcan los aumentos de turbidez del agua de mar con cortinas geotextiles antidispersión. Además, los materiales añadidos como recubrimiento del emisario serán extraídos de la misma obra y procederán de «canteras autorizadas». Asimismo, se tendrá que hacer un seguimiento de la contaminación acústica y se obliga a la integración paisajística de la instalación «del sistema de bombeo de agua de mar bruta ubicada en la Punta des Faralló».
Otro de los requisitos que se aconsejan son la realización de un estudio arqueológico en la zona y de un informe sobre la campaña de protección de la posidonia oceánica. Además, se incorporan controles sobre el medio marino y sobre la salinidad del agua en la toma y efluente.
Por otro lado, se incorpora en esta declaración los estudios de incidencia acústica del proyecto, con mediciones de niveles sonoros previos a la instalación en los puntos donde se ubicará el bombeo y captación, el centro de transformación y la planta desaladora. A tenor de esta información, se concluye que los niveles de ruido emitidos por las bombas de ósmosis estaría por debajo de los límites admitidos.