The sector of the water goes towards the integral management of the hydric resources

Mon, 30/11/2009

Expansión

Las compañías de gestión privada de este recurso básico apuestan por el control de todo el ciclo hídrico mediante la tecnología y el conocimiento para ofrecer soluciones a los retos medioambientales que afectan a la industria.

"Mientras partidos políticos e instituciones no se conciencien de que la protección medioambiental tiene un coste que hay que asumir no vamos a poder avanzar", se lamenta Ángel Simón, consejero-director general de Agbar.
El sector del agua enfrenta el siglo XXI sometido a la fuerte presión del impacto medioambiental de su gestión. "Necesitamos concienciar a la población de que el agua es un recurso escaso", asegura Simón. "El impacto medioambiental del agua tiene un coste que no se ha añadido a las tarifas", corrobora el director general de Agbar Agua, Juan Antonio Guijarro. "La aplicación de este coste a las tarifas se encuentra con unas resistencias que es necesario vencer si queremos un servicio viable y eficaz", añade Guijarro.
Estos problemas del sector no son exclusivos de nuestro país. Para poner en común experiencias y posibles soluciones para las dificultades que debe afrontar la industria del agua, Agbar y EXPANSIÓN reunieron a un destacado elenco de expertos del sector a nivel internacional, que discutieron sobre el Presente y futuro de la gestión privada en el mundo.

Futuro

"El futuro del sector pasa por la gestión profesionalizada del agua", señala el consejero director general de Agbar. Los responsables del área creen que las empresas del sector tienen un conjunto de conocimientos y técnicas válidas para diversos ámbitos como el agrícola o el medioambiental. Por eso, consideran que "el sector del agua tiene que expandirse y gestionar todo el ciclo del agua de una forma positiva para el medio ambiente", como señaló Koh Deuk, miembro del departamento de investigación de Korean Water Resources Corporation.
Las empresas privadas, cada vez más, están representando un papel fundamental en la extensión y mejora del servicio del agua a nivel global. "La gestión privada del agua no es una fórmula mágica. No es la única solución para los problemas del sector, pero sí es una solución que está funcionando en muchos lugares", señala Philippe Marin, especialista en agua y sistemas sanitarios del Banco Mundial. Marin, destacó que las colaboraciones público-privadas (PPP) que se han firmado en los últimos años en países en desarrollo han arrojado resultados positivos hasta en un 90% de los casos. Los beneficios de esta participación privada irían desde la ampliación de la cobertura hacia las capas más desfavorecidas de la población, hasta una disminución de las pérdidas de agua durante la prestación del servicio.
Las PPP dan servicio a unos 24 millones de personas en el mundo y aunque en algunos países se ha revertido el proceso de privatización del sector, el mercado de las PPP no ha disminuido en los últimos años. "Para tener éxito, las PPP necesitan incorporar las necesidades sociales", apunta el experto en aguas del Banco Mundial. Marin considera que, en los últimos tiempos, los proyectos de PPP han girado hacia parámetros más sostenibles.
La alianza entre el sector público y el privado en la gestión del agua es un modelo que se ha ensayado en diversos países, como es el caso de Chile. "En Chile nos encontrabamos con el reto de ampliar la cobertura y mejorar el saneamiento de las aguas", aclara Guillermo Pickering, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess) de Chile. En su opinión, "con este sistema hemos alcanzado grandes logros. Chile se ha situado entre los diez primeros países en tratamiento de aguas residuales".
El Gobierno de este país andino ha adoptado un modelo en el que la inversión productiva queda en manos de la iniciativa privada, mientras la administración guía sus recursos hacia la inversión social. "El objeto es que los servicios los paguen quienes los usan, aplicando una ley de subsidios para los más necesitados", aclara Pickering.
La colaboración público-privada se está abriendo espacio incluso en países con un fuerte control estatal. En Argelia han recurrido, recientemente, a la fórmula de los contratos mixtos. "En ellos, las empresas privadas tienen que ocuparse del rendimiento y la calidad del servicio, así como de los resultados", explica Abdelaali Tir, miembro del comité de dirección de la Autoridad Reguladora del Servicio Público del Agua, en el país norteafricano. "Se trata de una nueva visión que busca un mejor reparto del agua. Pensamos que su desarrollo es muy beneficioso para todos", añade Tir.

Financiación

Pero la gestión del agua tiene un alto coste que, en ocasiones, resulta difícil cubrir mediante las tarifas actuales. "Necesitamos que los gobiernos se comprometan en la viabilidad financiera de nuestros proyectos", reclama Philippe Marin. Koh Deuk Koo señala que "el precio de venta de aguas sólo cubre el 85% de los costes de gestión. Es necesario que el resto lo pague el Gobierno".
El problema de la financiación también ha sido tratado en Brasil, dónde se ha dado un fuerte impulso a la participación privada en la gestión del agua en los últimos tiempos. "Estamos trabajando en la búsqueda de nuevas formas de financiación", asegura Karla Bertocco, directora de Relaciones Institucionales de Asersp (Agência Reguladora do Saneamento e Energia do Estado de Sao Paulo). Bertocco piensa que "los gobiernos tienen una alta responsabilidad para que las empresas puedan acceder en condiciones óptimas a los recursos".
"Muchas decepciones han nacido de la idea de que las empresas privadas deben asumir todos los gastos de inversión", asegura Guijarro, quien añade que "no somos bancos, no estamos para invertir, sino para plasmar nuestros conocimientos en la gestión del agua".

Nueva regulación

Aquellos estados que han dado entrada al sector privado en la gestión del agua han tenido que crear nuevas regulaciones para sentar las bases ante las posibles discrepancias que pudieran surgir. "Al principio surgen problemas. Pero estamos mejorando la regulación de las concesiones desde la experiencia", indica Karla Bertocco. "Así se evitan enfrentamientos, porque el socio privado tiene que entrar teniendo en cuenta las condiciones regulatorias", añade.
Un aspecto fundamental es el establecimiento de órganos reguladores que puedan dirimir posibles discrepancias entre empresas y administración. "Nosotros nos sentimos cómodos allí donde exista un regulador fuerte que tenga las cosas claras", asegura Ángel Simón. "La fortaleza del regulador es la fortaleza del sistema", sentencia Pickering.
En cualquier caso, "no se trata de elegir entre empresa pública o privada. El objetivo es mejorar el servicio", concluyó Philippe Marin.