Ecologists demand to save the Tables of Daimiel with the Guadiana´s water
Thu, 29/10/2009
Las organizaciones ecologistas SEO/BirdLife, Ecologistas en Acción, WWF y Greenpeace manifiestan su rotunda oposición a que se trasvase agua del Tajo a las Tablas de Daimiel por considerarlo contraproducente para el futuro del Parque Nacional y por existir alternativas viables en la propia cuenca del Guadiana.
Han hecho saber al Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino que consideran una obligación y una necesidad que sea la propia cuenca del Guadiana la que aporte los recursos hídricos que precisa Daimiel.
Ante la propuesta lanzada por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (MARM) de utilización de la “Tubería Manchega” para trasvasar agua a las Tablas de Daimiel, las organizaciones ecologistas SEO/BirdLife, Ecologistas en Acción, WWF y Greenpeace quieren hacer pública su rotunda oposición a este medida.
Las organizaciones ecologistas consideramos que el Parque Nacional atraviesa por una situación crítica que requiere la aportación de agua y valoramos positivamente el esfuerzo que para detener el avance del incendio de turbas está llevando a cabo el Organismo Autónomo de Parques Nacionales.
Pero ante la propuesta de llevar agua del Tajo a través de la “tubería manchega”, y analizada la situación actual y las necesidades del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, las organizaciones ecologistas manifestamos lo siguiente:
1) Rechazamos, desde hace muchos años, el uso de trasvases entre cuencas como solución a los problemas de gestión del agua en las cuencas hidrográficas, y esto se extiende igualmente al caudal ecológico de los espacios (ecosistemas) naturales. Como principio global, los trasvases son incompatibles con la condición de Parque Nacional y en cualquier caso deberían ser cuidadosamente evaluados bajo el Art. 6 de la Directiva Hábitat en el caso de espacios ZEPA y LIC.
2) La aportación de agua a través de la tubería de abastecimiento a La Llanura Manchega, generaría una expectativa futura de aportación de agua al humedal desde el Tajo, y separaría definitivamente la solución a la degradación del Parque Nacional de la recuperación del sobreexplotado acuífero 23 (UH 04.04, Mancha Occidental), debido a una agricultura insostenible de regadío. Esta desvinculación entre el Parque Nacional y su sistema hídrico supondría firmar el certificado de defunción del propio Parque Nacional.
3) La propuesta de trasvase es contraria y contradictoria a los objetivos del Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG) y presenta una importante incertidumbre ya que en la actualidad no existen recursos suficientes en los embalses de Entrepeñas y Buendía ni existen garantías de que este invierno los haya. Actualmente apenas hay un 15 % de agua almacenada en la cabecera del Tajo.
4) El trasvase de agua del Tajo supondrá un perjuicio añadido a los que ya sufre este río a causa del Acueducto Tajo Segura (ATS). De hecho, el río Tajo se encuentra en la actualidad en un mal estado de conservación por lo que el Gobierno debería no trasvasar más agua en ninguna circunstancia y debe de fijar de una vez los caudales medioambientales que aseguren su buen estado ecológico.
A todas las razones anteriores hay que añadir que en la actualidad la política de aguas y agricultura de la Junta de Castilla-La Mancha camina en dirección contraria a la recuperación de los niveles freáticos y a la disminución de la agricultura de regadío en el Alto Guadiana. Esta circunstancia hace pensar que una solución desde otra cuenca al Parque Nacional restaría presión a la Junta de Comunidades para que asuma y aplique su parte del PEAG. Tampoco, pasa desapercibida a los grupos ecologistas la actitud de brazos cruzados de la Junta de Castilla-La Mancha mientras el entorno del Parque Nacional está incendiado.
En todo caso, aunque existe una gran discrepancia con la solución técnica propuesta por el Ministerio, sí existe acuerdo en la necesidad de abordar acciones urgentes que solucionen el incendio y el cuarteamiento de la turba, siempre que no hipotequen la recuperación futura del Parque Nacional.
Por todo ello, las organizaciones ecologistas planteamos una serie de acciones alternativas que tienen en común el principio de que sea desde la propia Cuenca del Guadiana desde donde se suministren los aportes hídricos que requiere el Parque Nacional. Esto es posible y necesario sin ninguna duda, por lo que hemos solicitado al Ministerio la consideración de dichas medidas en sustitución del planteamiento de la tubería manchega.
Estas acciones garantizarían la solución del problema urgente sin perder la perspectiva de la solución definitiva a largo plazo que debe llegar de la mano de un PEAG creíble y bien gestionado.
En este punto hay que poner énfasis en recordar que la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha gastado una importante cantidad de dinero público del PEAG para adquirir derechos de agua y que alcanza sobre el papel un volumen de 24 Hm3 de derechos, 8 Hm3 netos. Y que no es aceptable que en las circunstancias actuales toda esa agua se dedique a regularizar pozos ilegales, mientras el Parque Nacional se mantiene seco.
Han hecho saber al Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino que consideran una obligación y una necesidad que sea la propia cuenca del Guadiana la que aporte los recursos hídricos que precisa Daimiel.
Ante la propuesta lanzada por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino (MARM) de utilización de la “Tubería Manchega” para trasvasar agua a las Tablas de Daimiel, las organizaciones ecologistas SEO/BirdLife, Ecologistas en Acción, WWF y Greenpeace quieren hacer pública su rotunda oposición a este medida.
Las organizaciones ecologistas consideramos que el Parque Nacional atraviesa por una situación crítica que requiere la aportación de agua y valoramos positivamente el esfuerzo que para detener el avance del incendio de turbas está llevando a cabo el Organismo Autónomo de Parques Nacionales.
Pero ante la propuesta de llevar agua del Tajo a través de la “tubería manchega”, y analizada la situación actual y las necesidades del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, las organizaciones ecologistas manifestamos lo siguiente:
1) Rechazamos, desde hace muchos años, el uso de trasvases entre cuencas como solución a los problemas de gestión del agua en las cuencas hidrográficas, y esto se extiende igualmente al caudal ecológico de los espacios (ecosistemas) naturales. Como principio global, los trasvases son incompatibles con la condición de Parque Nacional y en cualquier caso deberían ser cuidadosamente evaluados bajo el Art. 6 de la Directiva Hábitat en el caso de espacios ZEPA y LIC.
2) La aportación de agua a través de la tubería de abastecimiento a La Llanura Manchega, generaría una expectativa futura de aportación de agua al humedal desde el Tajo, y separaría definitivamente la solución a la degradación del Parque Nacional de la recuperación del sobreexplotado acuífero 23 (UH 04.04, Mancha Occidental), debido a una agricultura insostenible de regadío. Esta desvinculación entre el Parque Nacional y su sistema hídrico supondría firmar el certificado de defunción del propio Parque Nacional.
3) La propuesta de trasvase es contraria y contradictoria a los objetivos del Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG) y presenta una importante incertidumbre ya que en la actualidad no existen recursos suficientes en los embalses de Entrepeñas y Buendía ni existen garantías de que este invierno los haya. Actualmente apenas hay un 15 % de agua almacenada en la cabecera del Tajo.
4) El trasvase de agua del Tajo supondrá un perjuicio añadido a los que ya sufre este río a causa del Acueducto Tajo Segura (ATS). De hecho, el río Tajo se encuentra en la actualidad en un mal estado de conservación por lo que el Gobierno debería no trasvasar más agua en ninguna circunstancia y debe de fijar de una vez los caudales medioambientales que aseguren su buen estado ecológico.
A todas las razones anteriores hay que añadir que en la actualidad la política de aguas y agricultura de la Junta de Castilla-La Mancha camina en dirección contraria a la recuperación de los niveles freáticos y a la disminución de la agricultura de regadío en el Alto Guadiana. Esta circunstancia hace pensar que una solución desde otra cuenca al Parque Nacional restaría presión a la Junta de Comunidades para que asuma y aplique su parte del PEAG. Tampoco, pasa desapercibida a los grupos ecologistas la actitud de brazos cruzados de la Junta de Castilla-La Mancha mientras el entorno del Parque Nacional está incendiado.
En todo caso, aunque existe una gran discrepancia con la solución técnica propuesta por el Ministerio, sí existe acuerdo en la necesidad de abordar acciones urgentes que solucionen el incendio y el cuarteamiento de la turba, siempre que no hipotequen la recuperación futura del Parque Nacional.
Por todo ello, las organizaciones ecologistas planteamos una serie de acciones alternativas que tienen en común el principio de que sea desde la propia Cuenca del Guadiana desde donde se suministren los aportes hídricos que requiere el Parque Nacional. Esto es posible y necesario sin ninguna duda, por lo que hemos solicitado al Ministerio la consideración de dichas medidas en sustitución del planteamiento de la tubería manchega.
Estas acciones garantizarían la solución del problema urgente sin perder la perspectiva de la solución definitiva a largo plazo que debe llegar de la mano de un PEAG creíble y bien gestionado.
En este punto hay que poner énfasis en recordar que la Confederación Hidrográfica del Guadiana ha gastado una importante cantidad de dinero público del PEAG para adquirir derechos de agua y que alcanza sobre el papel un volumen de 24 Hm3 de derechos, 8 Hm3 netos. Y que no es aceptable que en las circunstancias actuales toda esa agua se dedique a regularizar pozos ilegales, mientras el Parque Nacional se mantiene seco.