Tuna fishing resurfaces after a rare decline in catch
Mon, 05/10/2009
Burela, la lonja que más túnido fresco vende en toda Galicia, lleva una semana subastándolo tras días de parón El mal tiempo y la temperatura de las aguas parecen estar detrás de una de las costeras del bonito más atípicas que se recuerdan. Apuntaba hacia una de las mejores de la historia, pero a partir de la segunda quincena de agosto las capturas cayeron tanto que hubo barcos que abandonaron la pesquería. Las descargas comenzaron a decaer y el túnido desapareció de las lonjas. Pero la situación ha cambiado. Durante la última semana volvió a haber subastas de bonito del norte en la lonja mariñana de Burela, la más sobresaliente en Galicia por las ventas de esta especie. Las estadísticas confirman la impresión de los veteranos pescadores de bonito de Burela: «Incluso eles se sorprenden do que pasou este ano», explica Miguel Neira, gerente de Armadores de Burela, sociedad que gestiona la lonja del puerto lucense. No les falta razón, porque las casi 300 toneladas alijadas en agosto quedan muy lejos de las 1.138 de ese mismo mes del 2006, y solo en el 2002 hubo menos que este año, 250 toneladas. En Burela, al igual que en otros puertos boniteros, agosto fue malo, pero no tanto como septiembre. Nunca en esta década se vendieron menos de las 173 toneladas del mes recién acabado. Balance provisional Con todo, a estas alturas la costera en en el puerto bonitero no es la peor de la década. Más de 1.400 toneladas han sido vendidas en la lonja de Burela. Solo 66 menos que el año pasado, aunque menos de la mitad que las 3.064 del 2006. Aun así, superan a las de las campañas comprendidas entre el 2001 y el 2003, de acuerdo con las estadísticas del portal PescadeGalicia y las de Armadores de Burela. Miguel Neira analiza la evolución de la pesquería estacional recordando que a partir de la segunda quincena de agosto «marcouse un punto de inflexión». Hasta ese momento, la costera iba tan bien que, de haberse mantenido, «sería unha das mellores do porto». Comenzó a principios de junio y los primeros bonitos de la temporada llegaron a puertos gallegos el día 10. Ese mes en Burela se vendieron 165 toneladas, que al siguiente subieron hasta 761, una cantidad similar a las de pesquerías de años que destacaban por la abundancia. Mediaba agosto cuando el bonito migró «máis ao norte do habitual» para esa fecha, recuerda el gerente de Armadores de Burela. Y en las proximidades de los caladeros de Gran Sol, por donde se encontraban los grandes bancos, el mal tiempo dificultó sobremanera la pesquería y las capturas cayeron en picado. Tanto que, tras permanecer varios días a la expectativa, diez de los quince barcos de Burela abandonaron, retornando a sus faenas habituales, como el pez espada o el arrastre. Los bancos, más cerca Pero en el mar, además de los barcos burelenses, también quedaban los de otras comunidades, especialmente los vascos, que emplean cebo vivo para atraer al bonito, que hasta entonces tenían una costera bastante «regular». A medida que fue avanzando septiembre, los pesqueros fueron encontrando bonito más cerca de la costa gallega de lo que suele ser normal para la época. A la hora de buscar explicaciones, entre los marineros hay quienes apuntan a la temperatura de las aguas, ligeramente superior a la habitual cuando se avecina el otoño. Pero incluso así «setembro foi moi pobre», porque durante el mes recién acabado hubo 22 subastas en Burela, la mitad que de costumbre. Y quienes resistieron en el mar vieron cómo ganaban, porque las capturas mejoraron y, tras muchos días sin oferta de bonito, cuando el 22 de septiembre se reanudaron las subastas en Burela, las cotizaciones recordaban al principio de la campaña. Máximos de 7,35 euros el kilo satisfacían a los armadores y las tripulaciones. Con una oferta de entre 20 y 30 toneladas diarias, la lonja burelense vendió hasta el viernes más de 170 toneladas, aunque los precios más altos de las últimas subastas ya se quedaron en 5,40 euros el kilo. Las cotizaciones han sido, en opinión de Neira, lo mejor de la costera de este año, marcada «polos altibaixos nas capturas». Y es que el precio medio de la campaña se sitúa en 4,11 euros el kilo, 0,35 más que el año pasado. El gerente de Armadores de Burela ha destacado que, para la lonja local, el balance «non é malo». Entre otras razones, por la repercusión que sobre el precio ha tenido la recuperación de la campaña de etiquetado individual de cada bonito, una iniciativa «positiva» de la Consellería do Mar, asegura. Más de la mitad de los desembarcos de bonito en Burela proceden de barcos de otros puertos gallegos y del Cantábrico. Neira no sabe cuándo podrá concluir la pesquería estacional iniciada en junio, aunque, a la vista del repunte de capturas, estima que pueda prolongarse hasta finales de este mes, aunque la oferta posiblemente no será continua.