The FAO warns of the increase of the hunger in western Africa by the bad harvests and " The Niño"
Tue, 22/09/2009
Las malas perspectivas para la cosecha de este año en el Cuerno de África por las escasas precipitaciones, el conflicto y el desplazamiento de la población agravan la ya precaria situación de inseguridad alimentaria de la región, según alertó la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Cerca de 20 millones de personas de esta región dependen actualmente de la ayuda alimentaria, una cifra que puede aumentar a medida que la temporada de carestía --entre dos cosechas-- avanza, señala la organización en un comunicado.
Además, los efectos del fenómeno climático "El Niño", que habitualmente trae fuertes lluvias hacia finales de año, podría agravar la situación, con el resultado de inundaciones y aluviones, un efecto que destruiría cosechas tanto en el campo como en los almacenes, y aumentaría la pérdida de ganado, infraestructuras y viviendas.
En toda la zona de África occidental los precios del maíz, uno de los principales alimentos básicos, han mostrado tendencia a la baja desde comienzos de año, pero permanecen más altos que hace dos años.
En Uganda y Kenia, por ejemplo, los precios del maíz en junio de 2009 estaban casi al doble que su nivel de 24 meses antes. En la capital de Sudán, Jartum, los precios del sorgo en junio de 2009 -otro alimento básico- superaban el doble de su nivel de junio de 2007. De forma similar, los precios en Mogadiscio, Somalia, permanecen más altos que el nivel del período anterior a la crisis, a pesar de haber bajado desde mediados de 2008.
Debido al escaso poder adquisitivo de las familias, es de esperar un empeoramiento de la situación de seguridad alimentaria en su conjunto. Para los ganaderos, la falta de pastos adecuados ha empeorado las condiciones del ganado y reducido perspectivas de mercado, impactando sus ingresos y habilidad de acceso a alimentos básicos.
En Uganda, por ejemplo, se enfrentan a la cuarta cosecha mala consecutiva, llegando en algunas zonas a una recolección inferior al 50 por ciento por debajo de la media en un país en el que más de un millón de personas sufren inseguridad alimentaria, una cifra que puede aumentar por la temporada de carestía.
En Kenia, la escasez del maíz de "lluvias largas" en 2009 --entre marzo y junio-- junto con unas reservas nacionales de cereales casi agotadas, la restricción a las exportaciones en los países limítrofes y la persistencia de elevados precios de los cereales, ha reducido el acceso a los alimentos.
En Etiopía, la producción de la temporada agrícola secundaria "belg" --las lluvias que se producen entre marzo y abril-- se estima también en niveles muy por debajo de la media, y la escasez de lluvias ya ha originado pérdidas en las cosechas de hasta el 75 por ciento en algunas de las zonas más castigadas. Además, debido a la mala temporada, la FAO prevé que 1,3 millones de personas más necesiten ayuda de emergencia, por lo que el total de población necesitada en este país aumentaría a los 6,2 millones de personas.
Según la Unidad de Análisis de Seguridad Alimentaria de la FAO (FSAU, por sus siglas en inglés), Somalia se enfrenta a su peor crisis humanitaria en 18 años, y la mitad de su población --unos 3,6 millones de personas-- necesitan ayuda de emergencia para sus medios de subsistencia y para salvar sus vidas.
Cerca de 20 millones de personas de esta región dependen actualmente de la ayuda alimentaria, una cifra que puede aumentar a medida que la temporada de carestía --entre dos cosechas-- avanza, señala la organización en un comunicado.
Además, los efectos del fenómeno climático "El Niño", que habitualmente trae fuertes lluvias hacia finales de año, podría agravar la situación, con el resultado de inundaciones y aluviones, un efecto que destruiría cosechas tanto en el campo como en los almacenes, y aumentaría la pérdida de ganado, infraestructuras y viviendas.
En toda la zona de África occidental los precios del maíz, uno de los principales alimentos básicos, han mostrado tendencia a la baja desde comienzos de año, pero permanecen más altos que hace dos años.
En Uganda y Kenia, por ejemplo, los precios del maíz en junio de 2009 estaban casi al doble que su nivel de 24 meses antes. En la capital de Sudán, Jartum, los precios del sorgo en junio de 2009 -otro alimento básico- superaban el doble de su nivel de junio de 2007. De forma similar, los precios en Mogadiscio, Somalia, permanecen más altos que el nivel del período anterior a la crisis, a pesar de haber bajado desde mediados de 2008.
Debido al escaso poder adquisitivo de las familias, es de esperar un empeoramiento de la situación de seguridad alimentaria en su conjunto. Para los ganaderos, la falta de pastos adecuados ha empeorado las condiciones del ganado y reducido perspectivas de mercado, impactando sus ingresos y habilidad de acceso a alimentos básicos.
En Uganda, por ejemplo, se enfrentan a la cuarta cosecha mala consecutiva, llegando en algunas zonas a una recolección inferior al 50 por ciento por debajo de la media en un país en el que más de un millón de personas sufren inseguridad alimentaria, una cifra que puede aumentar por la temporada de carestía.
En Kenia, la escasez del maíz de "lluvias largas" en 2009 --entre marzo y junio-- junto con unas reservas nacionales de cereales casi agotadas, la restricción a las exportaciones en los países limítrofes y la persistencia de elevados precios de los cereales, ha reducido el acceso a los alimentos.
En Etiopía, la producción de la temporada agrícola secundaria "belg" --las lluvias que se producen entre marzo y abril-- se estima también en niveles muy por debajo de la media, y la escasez de lluvias ya ha originado pérdidas en las cosechas de hasta el 75 por ciento en algunas de las zonas más castigadas. Además, debido a la mala temporada, la FAO prevé que 1,3 millones de personas más necesiten ayuda de emergencia, por lo que el total de población necesitada en este país aumentaría a los 6,2 millones de personas.
Según la Unidad de Análisis de Seguridad Alimentaria de la FAO (FSAU, por sus siglas en inglés), Somalia se enfrenta a su peor crisis humanitaria en 18 años, y la mitad de su población --unos 3,6 millones de personas-- necesitan ayuda de emergencia para sus medios de subsistencia y para salvar sus vidas.