The drip irrigation is already 67% of water consumed by agriculture in Andalusia

Mon, 10/08/2009

Europa Sur

Las inversiones en modernización de riegos comienzan a dar frutos. El 67% del agua consumida por el sector agrario de Andalucía correspondió a técnicas de riego por goteo, según la Encuesta sobre el uso del agua en el sector agrario referente al año 2007, que fue publicada semanas atrás por el Instituto Nacional de Estadística. El peso del goteo en el riego andaluz duplica la media nacional, estimada en un 37%, y ha ido en aumento campaña a campaña. Por ejemplo, en 2004 -último ejercicio con datos comparables tras un cambio de la metodología del INE-, tan sólo el 52% del agua de riego distribuida en Andalucía era empleada en técnicas de goteo.Este avance se ha producido a costa de otras técnicas mucho menos eficientes. La irrigación por gravedad, que es la que más recursos hídricos precisa, ha perdido peso en el sector agrario andaluz, pasando del 30% que suponía en 2004 al 23% registrado tres campañas más tarde. También el riego por aspersión es cada vez menos significativo, ya que sólo el 9% del agua consumida en el agro andaluz fue a través de esta técnica, frente al 16% alcanzado en 2004. En cambio, en España sigue siendo mayoritario el riego por gravedad, ya que el 41% del agua consumida para irrigación fue para esta técnica.La mejora de las infraestructuras agrarias ha aparejado un descenso del consumo de agua en Andalucía, aunque hay que tener en cuenta que esta cifra varía año a año según la disponibilidad de recursos, y entre 2004 y 2007 se vivió una situación de alerta por sequía en casi toda España. El 78% del agua era de origen superficial, mientras que las aguas subterráneas aportaron el 21% de los recursos. En cambio, la desalación o la reutilización de aguas residuales depuradas apenas supusieron el 1% del agua de riego en Andalucía.La comunidad andaluza fue la región que más agua destinó al riego. La comparación con el cómputo nacional evidencia que el ahorro en Andalucía superó la media nacional. En 2007, el sector agrícola de Andalucía consumió 3.712 hectómetros cúbicos, un 1,7% menos que en la campaña anterior, ahorro que se eleva al 15% si se compara con el agua usada en la campaña de 2004. El conjunto del sector agrario nacional no fue tan magro a la hora de consumir agua. En total, el agro español consumió 16.210 hectómetros cúbicos, un 2,1% más que en el ejercicio anterior.El análisis del uso del agua por tipo de cultivo indica que el olivar acaparó casi la mitad de los recursos hídricos de Andalucía. El Instituto Nacional de Estadística lo encuadra junto al viñedo, aunque en realidad pocas viñas en Andalucía se riegan. Por ejemplo, el reglamento de la Denominación de Origen de Jerez -que abarca más de 10.000 hectáreas de superficie- prohíbe la irrigación de los viñedos destinados a producir Vino de Jerez. En el conjunto del riego andaluz, el olivar supuso un 48% del agua consumida, 30 puntos más que en la media española. Le siguen los frutales, con un 15% del agua consumida, los cultivos herbáceos -un 11,7%- y las patatas y hortalizas -un 5,9%-. La preponderancia del olivar en Andalucía responde a la implantación en los últimos años de explotaciones intensivas y superintensivas que emplean riego por goteo, cuyos rendimientos por hectárea son muy superiores a los del olivar tradicional.

Más agua en los embalses que hace un año

Los embalses de la comunidad están al 45,3% de su capacidad y albergan un total de 4.767 hectómetros cúbicos, según datos de la Agencia Andaluza del Agua. Las reservas superan en ocho puntos porcentuales los recursos de hace un año. Por sistemas de explotación, los embalses de regulación general -que suponen casi la mitad de la capacidad de Andalucía- son los que se encuentran en peor situación, al 38% de su volumen. El último informe de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) indica que las precipitaciones en el actual año hidrológico -que comenzó el pasado 1 de octubre- han sido ligeramente inferiores a los valores normales en el cómputo nacional. De esta situación se salvan la parte oriental de Andalucía así como su extremo más meridional, donde las lluvias han superado la media de los últimos años. Sin embargo, la primavera fue seca y muy cálida en el extremo occidental de Andalucía y en Almería. En Córdoba y Málaga las precipitaciones entraron dentro de los valores normales mientras que Granada y Jaén han disfrutado una primavera húmeda.