Aquifers of Vinalopó are agonizing while waiting for a transfer

Mon, 20/07/2009

ABC

La insostenible situación de los acuíferos del Vinalopó por su sobreexplotación —tanto para riego como para abastecimiento—, razón de ser del trasvase desde el Júcar, no ha hecho sino agravarse en los últimos años. Mientras, la comarca del interior de Alicante espera una transferencia de futuro incierto, en plazos y en cantidades, que no cesa de acumular problemas y retrasos. El mal estado de unas masas de agua sobreexplotadas era ya alarmante cuando se paralizaron las obras del trasvase original, en el verano de de 2005, para modificar su trazado y llevar la toma a la desembocadura del río. Casi cuatro años después, el recurso a unas masas de agua esquilmadas las ha llevado al borde de la desaparición. Así se desprende del último informe de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) sobre el cumplimiento de las condiciones de la Unión Europea (UE) para financiar el nuevo trazado. Dicho documento advierte de la «sobreexplotación» de los acuíferos, mientras los regantes carecen todavía de alternativas al agua subterránea. A 500 metros Como muestra de dicha sobreexplotación, el informe de la CHJ indica que «en los últimos años» se han registrado «descensos que en algunas zonas han llegado a superar los 80 metros». El paradigma de acuífero sobreexplotado es el de la Sierra de Crevillente, donde la profundidad a la que se extrae agua se sitúa ya en «500 metros». Es decir, hay que descender medio kilómetro para encontrar agua que bombear. Pero la situación del acuífero crevillentino no es la excepción. En realidad, más del 90 por ciento de los acuíferos del Vinalopó están sobreexplotados. Según el estudio «Evaluación del estado de las masas de aguas superficiales y subterráneas», elaborado por la CHJ, sólo uno de los diecisiete acuíferos del Vinalopó se encuentra en buen estado. La calificación de los acuíferos se establece en base a los descensos de los niveles piezométricos —distancia a la que se encuentra el agua de la superficie—, o al relacionar el bombeo total con el recurso disponible. Según este esquema, trece de los diecisiete acuíferos presentan «descensos piezométricos no sostenibles», según el estudio. En otros tres, en ausencia de piezómetros —que miden la profundidad—, se ha realizado un balance (bombeo entre recurso total) que «resulta en cualquier caso inadecuado», según la CHJ. Abastecimiento En realidad, sólo el acuífero de «Barracones-Carrasqueta» presenta en la actualidad unos descensos piezométricos sostenibles. La situación es más dramática si cabe, dado que las aguas subterráneas del Vinalopó no sólo se utilizan para riego, sino que abastecen a las poblaciones del interior de Alicante. En este sentido, el acuífero de Carche-Salinas es la única fuente de suministro para las poblaciones de Elda y Monóvar. El descenso del nivel piezométrico del agua, según un estudio de la Universidad de Alicante (UA), es de nueve metros al año, y ya se han alcanzado los 300 metros de profundidad. Hasta 2010 Mientras, la previsión más optimista para el Júcar-Vinalopó sitúa el primer envío (de un agua con altos niveles de bacterias) a lo largo del año 2010 —cuando el trazado original habría estado listo para funcionar en 2007—. El Gobierno espera que el trasvase esté terminado a finales de este año, cuando podrá empezar a funcionar en pruebas. Pero todavía pasarán algunos meses antes de que sea operativo.