A liter of wastewater pollutes eight liters of freshwater
Wed, 17/06/2009
La UNESCO calcula que actualmente unos 1.200 millones de personas, habitantes de las zonas más deprimidas del planeta, carecen de agua potable.
Las fuentes que durante milenios han almacenado el agua dulce de la Tierra se encuentran prácticamente al límite de sus posibilidades, una situación que puede parecer contradictoria en un planeta que tiene las tres cuartas partes de su superficie cubiertas de agua y que posee un ciclo natural de lo más eficaz para su reciclado y mantenimiento.
Sin necesidad de predecir apocalípticos escenarios futuros la UNESCO calcula que actualmente unos 1.200 millones de personas, habitantes de las zonas más deprimidas del planeta, carecen de agua potable. Mientras tanto, un privilegiado 9% de la población mundial consume casi tres cuartas partes del agua disponible desperdiciándola y contaminándola. Un litro de agua residual contamina ocho de agua dulce y diariamente se arrojan millones de toneladas de desechos en ríos, lagos y arroyos.
Desde hace unos veinte años los científicos han comenzado a advertir de que si no se no gestionan adecuadamente los recursos hídricos la humanidad acabará teniendo que hacer frente a una gravísima escasez de agua. A pesar de la situación y de los avances tecnológicos se sigue contaminando por efluentes domésticos e industriales, se degradan acuíferos, ríos y masas de agua y no se planifican los riegos. Gran parte de la agricultura mundial y también muchas industrias emplean aguas subterráneas, un recurso del que dependen 2.000 millones de personas para su subsistencia.
¿Por qué seguimos empleando agua de primera calidad para la industria, para el regadío, o para determinados usos donde no es necesario que los requisitos de calidad sean tan estrictos? Reciclar el agua y destinarla a múltiples usos es posible con procesos adecuados de depuración, ya que se generan calidades diferentes dependiendo de las actividades y se produce un ahorro del consumo externo considerable.
En el consumo doméstico, la mayor parte del agua utilizada es de un solo uso: viene directamente del manantial al grifo y de ahí al desagüe, posteriormente tras experimentar, en el mejor de los casos, un proceso de depuración costoso, retorna a la naturaleza, cuando podría reciclarse para el inodoro, el lavado de ropa, el riego de jardines y gran parte de actividades cotidianas que requieren grandes cantidades de agua. La gestión del agua y el desarrollo de técnicas para su reciclaje desempeñará en el futuro un papel fundamental y es uno de los grandes retos para alcanzar el crecimiento sostenible. A proyectos relacionados con este sector de las denominadas ecotecnologias del agua se dedica Llacunats Dinàmics, empresa de biotecnología con sede en el Parc Bit.
Desde los sistemas para la depuración de aguas residuales domésticas a la creación de estanques naturales, como alternativa a las piscinas tradicionales, pasando por proyectos innovadores, como el del futuro biorreactor para la producción de fito-zooplancton para alimento de piscifactorias y acuarios, que se construirá próximamente en el Parc Bit. Esta empresa tiene como objetivo la aplicación en sus proyectos de todas aquellas tecnologías que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos naturales con el menor gasto energético, adaptando cada uno de ellos a las circunstancias del entorno en el que está ubicados. Llacunats Dinàmics, junto con otras cinco compañías de Baleares ha constituido el cluster Bioib, una asociación que agrupa diferentes empresas del sector de la Biotecnología en la Comunidad.
«Ecología y economía tienen la misma raíz, –explica Juan Huguet–, director de Llacunats Dinàmics, y en nuestra empresa tratamos de plasmar de manera racional y económica, los conocimientos que existen sobre la cadena trófica que se da en cualquier ciclo acuático, empleando sistemas de tratamiento natural y de bajo coste energético. Estos sistemas, los integramos en el espacio consiguiendo no sólo evitar los problemas de contaminación difusa del subsuelo y de las aguas subterráneas sino creando biodiversidad y economizando el agua para diferentes usos».
Llacunats Dinàmics ha desarrollado diferentes proyectos sobre todo en pequeñas comunidades o núcleos de población, sin fácil conexión a redes de saneamiento municipales, como agroturismos, viviendas unifamiliares, incluso granjas; según Huguet, el clima suave y la gran insolación –principales motores de los procesos biológicos de los lagunados– y la carga contaminante de las aguas, consistente, mayoritariamente, en materia orgánica los convierte en una solución que se adapta perfectamente a todo el área mediterránea.
En Baleares han realizado diferentes experiencias en lugares como los santuarios de Cura, el Puig de Maria o de Randa y numerosos agroturismos. La forma y tamaño de las lagunas varía en función de la tipología del espacio y la cantidad de agua a tratar; en el Puig de Maria, por ejemplo, al estar en la cima de un monte, el sistema es de estanques aterrazados, pero en el hotel agroturismo de Son Siurana, en Alcúdia, han creado un largo lago artificial con cascada. En todos los casos estos espacios no sólo se integran perfectamente en el paisaje, sino que acaban sirviendo de refugio a la fauna silvestre, que paulatinamente comienza a colonizarlos.
El sistema, básicamente, imita el esquema de un sistema digestivo humano con diferentes fases, en cada una de las cuales se disponen las diferentes biomasas transformadoras y consumidoras en sucesión, interviniendo cada una de ellas en la reconversión del agua residuo al agua recurso. En la parte final la laguna se cubre con vegetación macrófita flotante, como el jacinto de agua y la lenteja de agua.
La capacidad de este tipo de plantas para extraer los nutrientes disueltos en el agua, como fosfatos y nitratos, es asombrosa; ya que los transforman en material vegetal vivo, fácilmente recolectable tanto para su utilización agronómica como fertilizante como para su uso forrajero. Estas áreas, se pueblan con peces y es cuestión de tiempo que comiencen a ocuparlas diferentes especies asociadas al agua, como ranas, patos reales, fochas o garzas. Son lugares atractivos y llenos de vida, que nada tienen que ver con la imagen que en principio podemos tener de una depuradora. Además sus aguas pueden emplearse para el riego y otros usos domésticos que no requieran un agua de primera calidad.
Llacunats realiza también piscinas naturales, basadas en la depuración que ejercen las plantas acuáticas, y que evitan tener que añadir productos químicos. Estas piscinas, que recuerdan a los estanques vivos de antaño, se integran perfectamente en el entorno sin romper la armonía del jardín. A este respecto, Huguet comenta la experiencia de un complejo de bungalows en Pollença, próximos a la albufereta, que cuando se reconvirtieron sus estanques en lagunas de este tipo, poblándolas con plantas acuáticas, algunas especies del espacio natural comenzaron a pasearse por ellos para regocijo de los turistas. Otro de los campos de actividad de esta empresa es la acuicultura, especialmente la cría de peces tanto de consumo como de repoblación. Su proyecto estrella, que en breve ubicará en el Parc Bit, es un biorreactor para producir fito-zooplancton para piscifactorias y acuarios y que funcionará al tiempo como reserva de especies continentales en peligro de extinción.
Se trata de dos estanques de superficie, en los que se fertilizará el agua para producir microalgas. En el primero, el agua verde, expuesta al sol servirá de alimento de las dafnias, pequeños crustáceos acuáticos y cuya producción a gran escala sería aprovechada para alimento de piscifactorias y acuarios. El agua excedente, pasará a otro estanque, en el que las dafnias arrastradas por esa corriente ya limpia, servirán como alimento a los peces de la reserva. En principio, se trata de dos especies continentales del litoral mediterráneo en peligro de extinción: el fartet y el samaruc, típicos de las acequias de las zonas del Levante, pero que debido a la contaminación de las charcas por abonos agrícolas están a punto de desaparecer. Otra especie asociada a este espacio será la tortuga de agua autóctona.
Las fuentes que durante milenios han almacenado el agua dulce de la Tierra se encuentran prácticamente al límite de sus posibilidades, una situación que puede parecer contradictoria en un planeta que tiene las tres cuartas partes de su superficie cubiertas de agua y que posee un ciclo natural de lo más eficaz para su reciclado y mantenimiento.
Sin necesidad de predecir apocalípticos escenarios futuros la UNESCO calcula que actualmente unos 1.200 millones de personas, habitantes de las zonas más deprimidas del planeta, carecen de agua potable. Mientras tanto, un privilegiado 9% de la población mundial consume casi tres cuartas partes del agua disponible desperdiciándola y contaminándola. Un litro de agua residual contamina ocho de agua dulce y diariamente se arrojan millones de toneladas de desechos en ríos, lagos y arroyos.
Desde hace unos veinte años los científicos han comenzado a advertir de que si no se no gestionan adecuadamente los recursos hídricos la humanidad acabará teniendo que hacer frente a una gravísima escasez de agua. A pesar de la situación y de los avances tecnológicos se sigue contaminando por efluentes domésticos e industriales, se degradan acuíferos, ríos y masas de agua y no se planifican los riegos. Gran parte de la agricultura mundial y también muchas industrias emplean aguas subterráneas, un recurso del que dependen 2.000 millones de personas para su subsistencia.
¿Por qué seguimos empleando agua de primera calidad para la industria, para el regadío, o para determinados usos donde no es necesario que los requisitos de calidad sean tan estrictos? Reciclar el agua y destinarla a múltiples usos es posible con procesos adecuados de depuración, ya que se generan calidades diferentes dependiendo de las actividades y se produce un ahorro del consumo externo considerable.
En el consumo doméstico, la mayor parte del agua utilizada es de un solo uso: viene directamente del manantial al grifo y de ahí al desagüe, posteriormente tras experimentar, en el mejor de los casos, un proceso de depuración costoso, retorna a la naturaleza, cuando podría reciclarse para el inodoro, el lavado de ropa, el riego de jardines y gran parte de actividades cotidianas que requieren grandes cantidades de agua. La gestión del agua y el desarrollo de técnicas para su reciclaje desempeñará en el futuro un papel fundamental y es uno de los grandes retos para alcanzar el crecimiento sostenible. A proyectos relacionados con este sector de las denominadas ecotecnologias del agua se dedica Llacunats Dinàmics, empresa de biotecnología con sede en el Parc Bit.
Desde los sistemas para la depuración de aguas residuales domésticas a la creación de estanques naturales, como alternativa a las piscinas tradicionales, pasando por proyectos innovadores, como el del futuro biorreactor para la producción de fito-zooplancton para alimento de piscifactorias y acuarios, que se construirá próximamente en el Parc Bit. Esta empresa tiene como objetivo la aplicación en sus proyectos de todas aquellas tecnologías que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos naturales con el menor gasto energético, adaptando cada uno de ellos a las circunstancias del entorno en el que está ubicados. Llacunats Dinàmics, junto con otras cinco compañías de Baleares ha constituido el cluster Bioib, una asociación que agrupa diferentes empresas del sector de la Biotecnología en la Comunidad.
«Ecología y economía tienen la misma raíz, –explica Juan Huguet–, director de Llacunats Dinàmics, y en nuestra empresa tratamos de plasmar de manera racional y económica, los conocimientos que existen sobre la cadena trófica que se da en cualquier ciclo acuático, empleando sistemas de tratamiento natural y de bajo coste energético. Estos sistemas, los integramos en el espacio consiguiendo no sólo evitar los problemas de contaminación difusa del subsuelo y de las aguas subterráneas sino creando biodiversidad y economizando el agua para diferentes usos».
Llacunats Dinàmics ha desarrollado diferentes proyectos sobre todo en pequeñas comunidades o núcleos de población, sin fácil conexión a redes de saneamiento municipales, como agroturismos, viviendas unifamiliares, incluso granjas; según Huguet, el clima suave y la gran insolación –principales motores de los procesos biológicos de los lagunados– y la carga contaminante de las aguas, consistente, mayoritariamente, en materia orgánica los convierte en una solución que se adapta perfectamente a todo el área mediterránea.
En Baleares han realizado diferentes experiencias en lugares como los santuarios de Cura, el Puig de Maria o de Randa y numerosos agroturismos. La forma y tamaño de las lagunas varía en función de la tipología del espacio y la cantidad de agua a tratar; en el Puig de Maria, por ejemplo, al estar en la cima de un monte, el sistema es de estanques aterrazados, pero en el hotel agroturismo de Son Siurana, en Alcúdia, han creado un largo lago artificial con cascada. En todos los casos estos espacios no sólo se integran perfectamente en el paisaje, sino que acaban sirviendo de refugio a la fauna silvestre, que paulatinamente comienza a colonizarlos.
El sistema, básicamente, imita el esquema de un sistema digestivo humano con diferentes fases, en cada una de las cuales se disponen las diferentes biomasas transformadoras y consumidoras en sucesión, interviniendo cada una de ellas en la reconversión del agua residuo al agua recurso. En la parte final la laguna se cubre con vegetación macrófita flotante, como el jacinto de agua y la lenteja de agua.
La capacidad de este tipo de plantas para extraer los nutrientes disueltos en el agua, como fosfatos y nitratos, es asombrosa; ya que los transforman en material vegetal vivo, fácilmente recolectable tanto para su utilización agronómica como fertilizante como para su uso forrajero. Estas áreas, se pueblan con peces y es cuestión de tiempo que comiencen a ocuparlas diferentes especies asociadas al agua, como ranas, patos reales, fochas o garzas. Son lugares atractivos y llenos de vida, que nada tienen que ver con la imagen que en principio podemos tener de una depuradora. Además sus aguas pueden emplearse para el riego y otros usos domésticos que no requieran un agua de primera calidad.
Llacunats realiza también piscinas naturales, basadas en la depuración que ejercen las plantas acuáticas, y que evitan tener que añadir productos químicos. Estas piscinas, que recuerdan a los estanques vivos de antaño, se integran perfectamente en el entorno sin romper la armonía del jardín. A este respecto, Huguet comenta la experiencia de un complejo de bungalows en Pollença, próximos a la albufereta, que cuando se reconvirtieron sus estanques en lagunas de este tipo, poblándolas con plantas acuáticas, algunas especies del espacio natural comenzaron a pasearse por ellos para regocijo de los turistas. Otro de los campos de actividad de esta empresa es la acuicultura, especialmente la cría de peces tanto de consumo como de repoblación. Su proyecto estrella, que en breve ubicará en el Parc Bit, es un biorreactor para producir fito-zooplancton para piscifactorias y acuarios y que funcionará al tiempo como reserva de especies continentales en peligro de extinción.
Se trata de dos estanques de superficie, en los que se fertilizará el agua para producir microalgas. En el primero, el agua verde, expuesta al sol servirá de alimento de las dafnias, pequeños crustáceos acuáticos y cuya producción a gran escala sería aprovechada para alimento de piscifactorias y acuarios. El agua excedente, pasará a otro estanque, en el que las dafnias arrastradas por esa corriente ya limpia, servirán como alimento a los peces de la reserva. En principio, se trata de dos especies continentales del litoral mediterráneo en peligro de extinción: el fartet y el samaruc, típicos de las acequias de las zonas del Levante, pero que debido a la contaminación de las charcas por abonos agrícolas están a punto de desaparecer. Otra especie asociada a este espacio será la tortuga de agua autóctona.