The otter returns to quality

Sun, 14/06/2009

La Nueva España

MURIAS

Casi un cuarto de siglo después de certificar su desaparición en algunos caudales, la nutria ha vuelto a todos los ríos asturianos. En 1985 un estudio llevado a cabo en el Principado alertaba de que las nutrias ya no habitaban en la zona central del Nalón (la que discurre por la cuenca minera), ni en la franja costera de los concejos de Gijón y Avilés ni en el municipio de Oviedo; el triángulo más industrializado de la región. El río Cares tampoco tenía presencia de esta especie, pero en este caso no tenía nada que ver con los niveles de contaminación, sino que, tal y como explica Carlos Nores, profesor en la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo, «es porque la zona caliza no es un lugar idóneo para la vida del animal».

Pero las cosas han cambiado. La limpieza de los cauces de los ríos ha permitido el retorno de las nutrias, cuya presencia es sinónimo de calidad medioambiental. La puesta en marcha de nuevos sistemas de saneamiento y depuración ha favorecido la presencia de estos mamíferos en todos los ríos asturianos.

Ahora la batalla de las nutrias en Asturias es otra: conseguir que los pescadores respeten su presencia. Parte de este colectivo sostiene que la protección del animal ha supuesto una superpoblación en algunos cauces, como es el caso del Esva, en el concejo de Valdés. Y hacen una ecuación simple: a más nutrias, menos pesca. Una opinión que se opone frontalmente a la de otros pescadores y a la de los biólogos, que creen que los peces y las nutrias nunca han tenido problema para compartir río. El hecho de que la nutria haya vuelto a los cauces de la región es síntoma de buena salud de sus aguas y de que las medidas de conservación y recuperación de los ríos ha dado resultado. La población de nutrias no sólo se recupera en Asturias, lo hace en toda España.

La reciente publicación del libro «La nutria en España. Veinte años de seguimiento de una mamífero amenazado», en el que han participado más de 250 investigadores y naturalistas nacionales, explica que la especie ha vuelto a estar presente en todas las comunidades españolas a excepción de Guipúzcoa, Alicante y Almería.

Roberto Hartasánchez, presidente de la organización conservacionistas Fondo Asturiano para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS), explica que el Principado siempre ha logrado mantener presencia de nutrias en sus cauces, a diferencia de otras comunidades donde el mamífero llegó prácticamente a extinguirse. «Pero ahora hay una presencia mucho mayor», desgrana. Hartasánchez no cree que la nutria sea un peligro para los peces que habitan en el río y afirma que «siempre han convivido en los cauces. Es cierto que las nutrias se alimentan de peces, pero no suponen ningún riesgo para la población piscícola». El profesor Nores también mantiene la misma postura y argumenta que «si decimos que unas pocas nutrias son una amenaza para los peces, entonces ¿son también un peligro los pescadores?». Algunos colectivos de pescadores, como es el caso de Las Mestas de Narcea, que cuenta con más de mil socios, apuestan por que se lleven a cabo controles de población de nutria en algunos ríos. «En el río Nora hay una presencia masiva de estos animales, que cada día son más numerosos y debería hacerse un control poblacional sobre ellos», afirma Felipe López Acevedo, secretario de esta asociación. Y abunda: «Ahora se pueden ver nutrias en los ríos a todas horas».

Sin embargo, dentro del colectivo de pescadores asturianos no hay unanimidad sobre la nutria. Amador Rodríguez, presidente del colectivo por la defensa del bajo Navia y pescador, asegura que «es una auténtica barbaridad decir que las nutrias son un peligro para los peces, las dos especies tienen derecho a compartir el río en libertad como siempre se ha hecho», y niega que haya «superpoblación».

Lo que es un hecho es que la nutria ha recuperado su lugar en los ríos asturianos. Incluso su variada dieta ha ayudado a la conservación del cangrejo autóctono. Porque, aunque carnívoras, las nutrias no sólo se alimentan de truchas u otros peces. Gracias a sus gustos el cangrejo autóctono aún pervive en las cabeceras de los ríos asturianos. Las nutrias tienen especial debilidad por el cangrejo americano, una especie que se introdujo en Doñana en los años sesenta y que se extendió de forma masiva a todos los humedales de la Península. Pero la nutria, que suele habitar en la zona baja de los cauces, ha logrado impedir que la especie americana trepe río arriba y termine con el cangrejo autóctono. Asturias ha conseguido gracias a las nutrias mantener una de sus especies clásicas en sus ríos. Y es que el equilibrio de la pirámide alimentaria funciona.