Day of coexistence in the Guadiana river
Wed, 27/05/2009
El río Guadiana recibirá, el 30 de Mayo, a los ciudadanos de Mérida y su comarca, y esperamos que también a la Sra. Ministra, para celebrar junto a él una jornada festiva organizada por “Foro Mérida” y las Asociaciones Ciudadanas “Térmicas No de Extremadura”.
El agua del Guadiana, fuente de vida y de salud, de ocio y desarrollo sostenible, es objeto de la avaricia de unos pocos que la necesitan para poder llevar a cabo sus negocios ampliamente rechazados en otros lugares. Así, los tres proyectos energéticos de centrales térmicas requieren más de 9 Hm3, el equivalente al consumo de agua de una ciudad de 215.000 habitantes.
Una parte de esa agua se devolverá al caudal después de haber sufrido la contaminación y elevación de su temperatura por el proceso industrial. Por otra parte, el proyecto más insostenible de la historia de la democracia, la construcción de una refinería de crudos pesados en la más próspera tierra de secano de Extremadura, necesita asegurar para su funcionamiento 4 Hm3 y sus vertidos se harán al río Guadajira, afluente del Guadiana.
El embalse de Alange, pueblo conocido hoy por su balneario y en donde Iberdrola pretende construir una central térmica, tiene el agua que todos estos proyectos codician. De sus mermadas reservas, actualmente se encuentra a un 28%, se pretende sacar agua para estas industrias, los regantes de las Vegas Bajas, el consumo humano de varias poblaciones, entre ellas Almendralejo y Mérida y conservar el adecuado caudal ecológico del río. La cuadratura de un círculo a todas luces imposible en una comunidad seca, que repercutiría sin duda en el cauce internacional del Guadiana, motivo hoy de preocupación para nuestros vecinos portugueses.
Hoy, en campaña electoral se hablará de la defensa del Medio Ambiente, el Cambio Climático, la Crisis y la Economía Sostenible, pero cuando acabe, en Extremadura seguiremos bajo la amenaza de un desarrollo basado en las industrias pesadas, contaminante y depredador de los recursos naturales, una hipoteca que nuestros hijos no podrán pagar. Un ejemplo, el macroproyecto energético que la multinacional Siemens pretende instalar en Valverde de Mérida emitiría a la atmósfera de 3 MILLONES DE TONELADAS DE CO2 al año, a cambio de tan sólo 20 y 30 puestos de trabajo.
Toda la industria extremeña emite 1,4 millones de toneladas al año y emplea actualmente a 40.000 personas. Nuestro derecho al desarrollo no vendrá de la mano de estas empresas, verdaderas fábricas de cambio climático, cuando lo que realmente buscan en nuestra región es el agua y los derechos de emisiones de CO2, ofreciendo muy poco, destruyendo una parte sustancial de nuestra economía agrícola, ganadera y de servicios, el turismo de calidad y de salud, y comprometiendo nuestro futuro como hizo Huelva cuando apostó por la industrialización de su Ría, un complejo petroquímico que hoy es una pesadilla para la salud y el desarrollo de los onubenses.
Si el nuevo modelo productivo de Zapatero quiere convertirse en una economía con garantía de futuro, deberá promocionar la conservación de los recursos naturales, verdadero fundamento de un desarrollo sostenible, y no sustituir el ladrillo por las industrias contaminantes.
Por todo ello pedimos a la Ministra de Medio Ambiente que conozca de primera mano el río Guadiana a su paso por Mérida, y a su gente, antes de que su Ministerio tome una decisión sobre los proyectos que quieren comprar nuestros recursos naturales a precio de saldo.
El agua del Guadiana, fuente de vida y de salud, de ocio y desarrollo sostenible, es objeto de la avaricia de unos pocos que la necesitan para poder llevar a cabo sus negocios ampliamente rechazados en otros lugares. Así, los tres proyectos energéticos de centrales térmicas requieren más de 9 Hm3, el equivalente al consumo de agua de una ciudad de 215.000 habitantes.
Una parte de esa agua se devolverá al caudal después de haber sufrido la contaminación y elevación de su temperatura por el proceso industrial. Por otra parte, el proyecto más insostenible de la historia de la democracia, la construcción de una refinería de crudos pesados en la más próspera tierra de secano de Extremadura, necesita asegurar para su funcionamiento 4 Hm3 y sus vertidos se harán al río Guadajira, afluente del Guadiana.
El embalse de Alange, pueblo conocido hoy por su balneario y en donde Iberdrola pretende construir una central térmica, tiene el agua que todos estos proyectos codician. De sus mermadas reservas, actualmente se encuentra a un 28%, se pretende sacar agua para estas industrias, los regantes de las Vegas Bajas, el consumo humano de varias poblaciones, entre ellas Almendralejo y Mérida y conservar el adecuado caudal ecológico del río. La cuadratura de un círculo a todas luces imposible en una comunidad seca, que repercutiría sin duda en el cauce internacional del Guadiana, motivo hoy de preocupación para nuestros vecinos portugueses.
Hoy, en campaña electoral se hablará de la defensa del Medio Ambiente, el Cambio Climático, la Crisis y la Economía Sostenible, pero cuando acabe, en Extremadura seguiremos bajo la amenaza de un desarrollo basado en las industrias pesadas, contaminante y depredador de los recursos naturales, una hipoteca que nuestros hijos no podrán pagar. Un ejemplo, el macroproyecto energético que la multinacional Siemens pretende instalar en Valverde de Mérida emitiría a la atmósfera de 3 MILLONES DE TONELADAS DE CO2 al año, a cambio de tan sólo 20 y 30 puestos de trabajo.
Toda la industria extremeña emite 1,4 millones de toneladas al año y emplea actualmente a 40.000 personas. Nuestro derecho al desarrollo no vendrá de la mano de estas empresas, verdaderas fábricas de cambio climático, cuando lo que realmente buscan en nuestra región es el agua y los derechos de emisiones de CO2, ofreciendo muy poco, destruyendo una parte sustancial de nuestra economía agrícola, ganadera y de servicios, el turismo de calidad y de salud, y comprometiendo nuestro futuro como hizo Huelva cuando apostó por la industrialización de su Ría, un complejo petroquímico que hoy es una pesadilla para la salud y el desarrollo de los onubenses.
Si el nuevo modelo productivo de Zapatero quiere convertirse en una economía con garantía de futuro, deberá promocionar la conservación de los recursos naturales, verdadero fundamento de un desarrollo sostenible, y no sustituir el ladrillo por las industrias contaminantes.
Por todo ello pedimos a la Ministra de Medio Ambiente que conozca de primera mano el río Guadiana a su paso por Mérida, y a su gente, antes de que su Ministerio tome una decisión sobre los proyectos que quieren comprar nuestros recursos naturales a precio de saldo.