Two studies associate the risk of suffering natural disasters with the urban growth

Thu, 21/05/2009

Los países más pequeños o los más pobres pueden ser devastados por desastres que apenas acarrean consecuencias en otros lugares, protegidos por el tamaño o por la riqueza. Esto lo afirma un estudio de Naciones Unidas que se ha hecho público en Bahrein.
Dicho estudio comparaba el impacto de los ciclones en Filipinas y Japón, por ejemplo. Aunque en Japón hay más gente expuesta a los ciclones, el número anual de muertos a causa de estas tormentas se estima que es 17 veces más alto en Filipinas, señala el estudio.
Pero los autores del informe concluyen que el nivel de vulnerabilidad no siempre es reflejo de las condiciones económicas, y se ven altos índices de pérdidas por desastres en una serie de países en desarrollo con economías en crecimiento o débiles.
Exite otro estudio, llevado a cabo por la Red Global para la Reducción de Desastres, una coalición de grupos no gubernamentales privados. Señala algunos ejemplos aislados donde las comunidades que actúan por sí mismas han encontrado formas de reducir las pérdidas de los desastres. Pero recalca que muchos gobiernos estaban quedándose atrás en los esfuerzos por conseguir que esta resistencia sea la norma, no la excepción, a pesar de haber prometido hacerlo en una declaración en 2005.
El informe de Naciones Unidas es la iniciativa más ambiciosa nunca realizada de comparar los datos de todos los tipos y escalas de desastres con la población y las tendencias económicas, dicen los expertos en desarrollo y desastres. Está disponible online en el sitio web unisdr.org.
Entre sus reflexiones, el estudio ofrece atisbos de progreso. Aunque el coste económico de los desastres se ha elevado, el coste como porcentaje de la economía real ha permanecido plano. El índice de mortalidad se ha reducido en muchas áreas. Pero en los puntos candentes que combinan alta densidad de población con el riesgo de terremotos, inundaciones y otros desastres, el potencial de repercusión de las catástrofes está creciendo.
El estudio muestra hasta qué punto la pobreza y el rápido crecimiento económico pueden aumentar la vulnerabilidad ante los desastres. Andrew Maskrey, el principal autor del informe, apunta, por ejemplo, que el ritmo de crecimiento económico desaforado en China desde 1990 ha atraído a decenas de millones de personas hacia la costa Este, "un área extremadamente proclive a los desastres, que regularmente se ve amenazada por inundaciones y ciclones". "El país todavía no ha desarrollado los mecanismos institucionales para reducir los riesgos", afirma.

Medidas y 'puntos calientes'

El experto explica el hundimiento de las escuelas de reciente construcción en la provincia de Sichuan, otra zona de rápido crecimiento, como un síntoma del problema. "Cuanto más rápido te desarrollas, con más rapidez estás labrándote los desastres", dice Maskrey. Añadió que las enormes pérdidas de Myanmar en inundaciones causadas por ciclones el año pasado fueron consecuencia de la situación prácticamente opuesta: ausencia total de desarrollo económico. "Hay gente que murió no por que las escuelas se hundieran, sino por falta de escuelas u otros edificios en los que cobijarse", dijo. Bangladesh ha creado programas de evacuación eficaces para la inundación de las costas con recursos escasos, y Bogotá (Colombia) ha encontrado los medios para aumentar mucho la construcción de edificios a prueba de terremotos.
El África subsahariana y otras áreas rurales dependientes de la agricultura siguen siendo puntos calientes de mortalidad relacionada con la sequía. Pero el factor dominante que aumenta el número de muertes y las pérdidas económicas de los desastres es la transformación apresurada de la humanidad en una especie principalmente urbana, con un aumento de la gente en búsqueda de trabajo que se establece en terrenos urbanos marginales y casas miserables.
"Algunas de las estadísticas son asombrosas", explica Maskrey. "Antes de 2050, la población urbana de India aumentará en 500 millones de personas. Bombay y Calcuta ya son muy pobres en proporcionar terrenos y casas. ¿Cómo alojarán a decenas de millones de personas más? Y ambas ciudades están en lugares muy proclives a sufrir desastres".
El estudio de Red Global para la Reducción de Desastres adopta un enfoque diferente al del análisis de Naciones Unidas, basándose en más de 5.000 entrevistas con personas que viven en comunidades vulnerables en 47 países distintos, dice Marculs Oxley, su organizador. Detalló las innovaciones que han ayudado a reducir su exposición. En un pueblo rural indio los teléfonos móviles se han convertido en un salvavidas, que permite a los residentes seguir la trayectoria de los ciclones a través de mensajes de texto enviados por parientes que ven los sitios web de Estados Unidos dedicados a las condiciones climáticas.