Pescadores y residentes en las inmediaciones del embalse de Belesar manifiestan estar convencidos de que los vertidos que originan mortandad entre los peces proceden de industrias de Lugo. La argumentación que esgrimen principalmente es que en la zona de las inmediaciones del pantano de Portomarín no existen empresas que produzcan residuos lo suficientemente tóxicos como para originar contaminación en el río. Por eso consideran que los posibles vertidos de residuos se producen en la capital y llegan a la zona de Portomarín arrastrados por la corriente. Personas que habitualmente navegan tanto para pescar como por diversión aseguran que es habitual encontrar en varios lugares del embalse concentraciones de espuma, en algunas ocasiones de color amarillento y en otras blancuzco, que identifican como de residuos industriales. Estos desechos suelen acumularse en recodos o zonas próximas a la orilla en las que el agua apenas se mueve tras ser arrastradas allí por la corriente. Aseguran que la aparición de estos residuos es cada vez más habitual. También dicen que es ocasional y no existe una época determinada en la que se produzca con mayor frecuencia. Vegetación Otro aspecto que las personas que conocen perfectamente las condiciones del embalse es un cambio de tonalidad en la vegetación que crece en las orillas cuando el agua las deja a descubierto y que se denomina popularmente verdín y es similar al musgo. Aseguran que la tonalidad verdosa de esa vegetación ha cambiado para hacerse más oscura. También especifican que crece con una mayor rapidez y alcanza una altura sensiblemente mayor que la que tenía antes. Algunas hipótesis ven una relación entre el aumento de contaminación en el embalse y la existencia de depósitos de lodos en la zona. Basan su exposición en la posibilidad de que los lodos se filtren a la tierra y sean arrastrados cuando llueve con intensidad al río. Esta teoría podría explicar lo sucedido el pasado fin de semana en el que las fuertes lluvias pudieron arrastrar algún agente contaminante al río de las tierras más cercanas. En contra de esta posibilidad juega que los depósitos en los que se depositan los lodos están muy alejados tanto del propio embalse como de los dos ríos, Zamolle y Seixón, en los que el pasado sábado se produjo la mortandad de peces. La opinión unánime de pescadores y vecinos de la zona es que la administración debería de tomar cuanto antes todas las medidas necesarias para averiguar de inmediato el origen de esos vertidos que cada vez están originando más problemas de contaminación en el embalse.