Increase of the pyrenean rivers
Thu, 14/05/2009
Pendientes del río. Bomberos, mossos d'esquadra, autoridades, vecinos y propietarios de cámpings y empresas de aventura del Vall d'Aran pasaron la jornada de ayer en vilo, atentos a la espectacular crecida del Garona, que alcanzó un caudal superior a los 110 metros cúbicos de agua por segundo. La avenida, que obligó a la Generalitat a activar la alerta por inundaciones Inuncat, es consecuencia del rápido deshielo que se está produciendo estos días en el Pirineo. Al agua generada por la fusión de la nieve, se unió ayer también la de las lluvias, que cayeron con intensidad durante la mañana.
Sorprendido por la fuerza con la que bajaba el río --"hacía muchos años que no se veía tanta agua", aseguraron vecinos de Vielha--, el Conselh Generau d'Aran puso en marcha un dispositivo especial para retirar troncos y maleza del cauce del Garona y evitar así desbordamientos. También la empresa Fecsa Endesa contribuyó a amortiguar los efectos de una riada, cerrando las compuertas que regulan los lagos situados en la cabecera del río.
Con todo, no se pudo impedir que, en tramos del Baish Aran, algunos prados situados junto al lecho del río quedaran parcialmente anegados por el agua. La alerta se mantendrá al menos durante los próximos dos días, ya que todo indica que habrá nuevas precipitaciones durante hoy y mañana, que podrían ser localmente fuertes en algunos valles. Por encima de los 1.400 metros, las tormentas serán en forma de nieve, informó el Servei Meteorològic de Catalunya (Meteocat).
Deshielo acelerado
Pero no solo el Garona ha incrementado su nivel en los últimos días, también los ríos Valira y Segre han registrado importantes crecidas esta semana, sobre todo en alta montaña. De hecho, desde el pasado 1 de mayo, las elevadas temperaturas han fundido el 40% de las reservas de nieve de que disponían las cuencas de los ríos que desembocan en el Ebro. El caso más llamativo es precisamente el del Segre, donde, según datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), en la última semana se ha derretido toda la nieve acumulada en las cumbres, lo que ha generado más de 30 hectómetros cúbicos de agua. En el Valira, se ha pasado de tener unas reservas de más de 100 hectómetros a 29.
Los principales afectados por la situación son las empresas de deportes de aventura del Pirineo, que llevan ya unos días sin poder programar descensos por ríos y barrancos. En contrapartida, los agricultores de regadío de las comarcas del sur de Lleida aseguran que, con las reservas que tienen actualmente los embalses, están prácticamente garantizadas las necesidades de agua hasta finales de verano.
Sorprendido por la fuerza con la que bajaba el río --"hacía muchos años que no se veía tanta agua", aseguraron vecinos de Vielha--, el Conselh Generau d'Aran puso en marcha un dispositivo especial para retirar troncos y maleza del cauce del Garona y evitar así desbordamientos. También la empresa Fecsa Endesa contribuyó a amortiguar los efectos de una riada, cerrando las compuertas que regulan los lagos situados en la cabecera del río.
Con todo, no se pudo impedir que, en tramos del Baish Aran, algunos prados situados junto al lecho del río quedaran parcialmente anegados por el agua. La alerta se mantendrá al menos durante los próximos dos días, ya que todo indica que habrá nuevas precipitaciones durante hoy y mañana, que podrían ser localmente fuertes en algunos valles. Por encima de los 1.400 metros, las tormentas serán en forma de nieve, informó el Servei Meteorològic de Catalunya (Meteocat).
Deshielo acelerado
Pero no solo el Garona ha incrementado su nivel en los últimos días, también los ríos Valira y Segre han registrado importantes crecidas esta semana, sobre todo en alta montaña. De hecho, desde el pasado 1 de mayo, las elevadas temperaturas han fundido el 40% de las reservas de nieve de que disponían las cuencas de los ríos que desembocan en el Ebro. El caso más llamativo es precisamente el del Segre, donde, según datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), en la última semana se ha derretido toda la nieve acumulada en las cumbres, lo que ha generado más de 30 hectómetros cúbicos de agua. En el Valira, se ha pasado de tener unas reservas de más de 100 hectómetros a 29.
Los principales afectados por la situación son las empresas de deportes de aventura del Pirineo, que llevan ya unos días sin poder programar descensos por ríos y barrancos. En contrapartida, los agricultores de regadío de las comarcas del sur de Lleida aseguran que, con las reservas que tienen actualmente los embalses, están prácticamente garantizadas las necesidades de agua hasta finales de verano.