Irrigators are seeking to save 20% water for the fourth consecutive year
Tue, 12/05/2009
La comunidad de regantes del Guadalcacín se ha marcado por cuarto año consecutivo el objetivo de lograr un importante ahorro de agua, en concreto no menos del 20% respecto al consumo registrado el año pasado, pero que podría elevarse incluso hasta el 30% si la meteorología acompaña.
Los regantes, que agotan los últimos días del periodo de prueba de la red de última generación instalada en la zona -cuya inauguración acumula dos años de retraso sin que haya aún fecha decidida para su estreno oficial-, aspiran a cerrar la presente campaña con un consumo total de entre 70 y 80 hectómetros cúbicos, con margen más que suficiente sobre la dotación autorizada por la comisión de desembalse para la presente campaña hace algo más de un mes.
La principal novedad este año reside en la incorporación de los comuneros al sistema de riego a presión, una de las ventajas que ofrece la nueva red para propiciar un mayor ahorro, si bien los regantes disponen de un año de margen para abandonar el riego a pie, periodo en el que tendrán que hacer frente a importantes inversiones para la instalación de la red terciaria, la del entramado de tuberías dentro de las parcelas.
Este fue, precisamente, uno de los asuntos que se abordaron el jueves tarde en la reunión de la comisión de seguimiento del proyecto de modernización de la zona regable, en la que los representantes de la comunidad solicitaron la mediación de la Sociedad Estatal de infraestructuras agrarias del Sur y el Este (Seiasa) ante la Junta para que colabore en la financiación de la red terciaria, para la que se requieren inversiones que oscilan entre los 2.500 y los 3.000 euros por hectárea, que los agricultores no están en disposición de afrontar por los problemas de liquidez y de acceso a la financiación derivados de la actual coyuntura económica.
La comisión de seguimiento también pasó revista a las últimas averías detectadas en los 700 kilómetros de tuberías por los que discurre la nueva red y que, según el presidente de la junta de riegos, Pablo Ruiz Carmona, 'cada vez son menos, aunque es normal que aparezcan fallos porque finalmente se decidió poner toda la red en pruebas a la vez en lugar de hacerlo por sectores', como defendía la comunidad del Guadalcacín.
Tras las sucesivas reformas de la política agrícola común (PAC) y de las organizaciones comunes de mercado (OCMs) de distintos cultivos, en particular de los llamados tradicionales como la remolacha y el algodón, que han visto recortada ostensiblemente su superficie de siembra en la provincia, los regantes del Guadalcacín emprendieron un proceso de diversificación de productos con el que han logrado establecer un 'cadena de alimentos muy compensada', explicó Ruiz Carmona.
Los primeros riegos de la campaña ayudan básicamente a la brotación de hortalizas como patatas y zanahorias, a lo poco que queda de remolacha y algodón en la zona, así como a otros cultivos como el girasol y la alfalfa. En cuanto a los cereales, en particular el maíz, los cultivadores mantienen cierta cutela por la incertidumbre del precio que se alcanzará esta campaña tras la caída registrada en la anterior.
Las reservas de agua de la red de embalses de la cuenca del Guadalete ofrece en cualquier caso tranquilidad a los regantes en esta y en la próxima campaña.
A los muchos problemas con los que se están encontrando los comuneros del Guadalcacín para estrenar la modernización de la zona regable se une la falta de luz del parque tecnológico agroalimentario (PTA de Jerez), en el que está instalada la torre de telecontrol del regadío de última generación. Los regantes se han visto obligados a contratar generadores de electricidad tanto para realizar lel seguimiento del caudal, consumo y funcionamiento de la nueva red, que no se puede controlar de forma exhaustiva por las limitaciones de la falta de luz, problema que confían en que el Ayuntmiento resuelva en breve, como les prometió hará cosa de un mes la alcaldesa, Pilar Sánchez.
Los regantes, que agotan los últimos días del periodo de prueba de la red de última generación instalada en la zona -cuya inauguración acumula dos años de retraso sin que haya aún fecha decidida para su estreno oficial-, aspiran a cerrar la presente campaña con un consumo total de entre 70 y 80 hectómetros cúbicos, con margen más que suficiente sobre la dotación autorizada por la comisión de desembalse para la presente campaña hace algo más de un mes.
La principal novedad este año reside en la incorporación de los comuneros al sistema de riego a presión, una de las ventajas que ofrece la nueva red para propiciar un mayor ahorro, si bien los regantes disponen de un año de margen para abandonar el riego a pie, periodo en el que tendrán que hacer frente a importantes inversiones para la instalación de la red terciaria, la del entramado de tuberías dentro de las parcelas.
Este fue, precisamente, uno de los asuntos que se abordaron el jueves tarde en la reunión de la comisión de seguimiento del proyecto de modernización de la zona regable, en la que los representantes de la comunidad solicitaron la mediación de la Sociedad Estatal de infraestructuras agrarias del Sur y el Este (Seiasa) ante la Junta para que colabore en la financiación de la red terciaria, para la que se requieren inversiones que oscilan entre los 2.500 y los 3.000 euros por hectárea, que los agricultores no están en disposición de afrontar por los problemas de liquidez y de acceso a la financiación derivados de la actual coyuntura económica.
La comisión de seguimiento también pasó revista a las últimas averías detectadas en los 700 kilómetros de tuberías por los que discurre la nueva red y que, según el presidente de la junta de riegos, Pablo Ruiz Carmona, 'cada vez son menos, aunque es normal que aparezcan fallos porque finalmente se decidió poner toda la red en pruebas a la vez en lugar de hacerlo por sectores', como defendía la comunidad del Guadalcacín.
Tras las sucesivas reformas de la política agrícola común (PAC) y de las organizaciones comunes de mercado (OCMs) de distintos cultivos, en particular de los llamados tradicionales como la remolacha y el algodón, que han visto recortada ostensiblemente su superficie de siembra en la provincia, los regantes del Guadalcacín emprendieron un proceso de diversificación de productos con el que han logrado establecer un 'cadena de alimentos muy compensada', explicó Ruiz Carmona.
Los primeros riegos de la campaña ayudan básicamente a la brotación de hortalizas como patatas y zanahorias, a lo poco que queda de remolacha y algodón en la zona, así como a otros cultivos como el girasol y la alfalfa. En cuanto a los cereales, en particular el maíz, los cultivadores mantienen cierta cutela por la incertidumbre del precio que se alcanzará esta campaña tras la caída registrada en la anterior.
Las reservas de agua de la red de embalses de la cuenca del Guadalete ofrece en cualquier caso tranquilidad a los regantes en esta y en la próxima campaña.
A los muchos problemas con los que se están encontrando los comuneros del Guadalcacín para estrenar la modernización de la zona regable se une la falta de luz del parque tecnológico agroalimentario (PTA de Jerez), en el que está instalada la torre de telecontrol del regadío de última generación. Los regantes se han visto obligados a contratar generadores de electricidad tanto para realizar lel seguimiento del caudal, consumo y funcionamiento de la nueva red, que no se puede controlar de forma exhaustiva por las limitaciones de la falta de luz, problema que confían en que el Ayuntmiento resuelva en breve, como les prometió hará cosa de un mes la alcaldesa, Pilar Sánchez.