The dams of the Ebro, to 80% of their capacity, will not be able to store the water of defrosting
Tue, 28/04/2009
Los embalses de la cuenca del Ebro se encuentran en estos momentos al 79,6 por ciento de su capacidad máxima, cuando aún tienen que hacer frente al mayor deshielo que se recuerda en muchos años. La vertiente del Pirineo que vierte al Ebro guarda alrededor de 1.600 hectómetros cúbicos de agua en forma de nieve, un caudal que, cuando llegue, no podrá guardarse por falta de embalses —siguen pendientes las obras del Pacto del Agua de 1992—. Las nevadas del invierno se prolongaron durante la primavera, de forma que los deshielos parciales que se han producido desde febrero se vieron seguidos de nuevas nevadas. Las reservas de nieve que quedan todavía en la cordillera son un 70 por ciento superiores a la media de los cinco últimos años. Pero los embalses ya se encuentran muy llenos. La situación se prolonga desde finales de enero, cuando tuvieron que empezar los desembalses por motivos de seguridad, como informó ABC en su momento. Ya por entonces era necesario dejar hueco en los pantanos. Ha sido uno de los años con más agua desembalsada, que se ha tenido que dejar correr hasta el mar. La situación se acentuará en las próximas semanas. Embalses pendientes El deshielo comenzó en marzo, pero también hubo más nevadas desde entonces, así que se ha llegado a los últimos días de abril con un volumen de nieve inusual para esta época. Ahora la incógnita es la rapidez con la que se producirá el deshielo: cuanto más acelerado sea, mayor riesgo de inundaciones en las zonas ribereñas del Ebro. Los pantanos no van a poder retener el gran caudal que aún guardan los montes nevados del Pirineo, que garantizaría el suministro para varios años. Los agricultores se han quejado de ello, recordando los embalses que siguen pendientes en Aragón, las obras de ese Pacto del Agua de 1992 lastrado por las discusiones políticas y por los retrasos durante casi dos décadas.