Experts warn of damage to wildlife caused by the dam Alqueva

Mon, 27/04/2009

Huelva Información

La fauna piscícola del Guadiana se está viendo ya seriamente afectada por la 'macropresa' de Alqueva, siete años después de su inauguración, según han alertado ecologistas onubenses e investigadores. Desde la Fundación Pura Vida se asegura que la desaparición, a corto o medio plazo, de al menos tres especies, como el anguila, el sábalo y la lamprea en aguas de este río, ya que el embalse está haciendo imposible que esas especies remonten su curso del río y puedan continuar con su doble vida, en el mar como hábitat natural pero en el río para reproducirse y desovar.



Un grupo de investigadores explica que la cuenca del Guadiana posee una posición geográfica privilegiada y que, de forma paralela al resto de las existentes en la Península Ibérica, ha determinado la existencia de especies piscícolas de gran interés.



Esta circunstancia deriva no de un elevado número de especies, limitado a causa del aislamiento sufrido, sino por la existencia de especies de distribución geográfica restringida a escala ibérica a la vez que otras migradoras de distribución más amplia. Entre estas últimas, algunas han sido recientemente aisladas del mar por la citada presa. Sólo el sábalo (Alosa alosa) posee la capacidad de cerrar su ciclo reproductor en estas situaciones y es susceptible, por tanto, de permanecer en la cuenca media del Guadiana, según ha precisado el grupo de expertos de la Universidad de Extremadura que ha dirigido Juan Manuel Sánchez Guzmán.



También el grupo Ecologistas en Acción se mostró convencido de que Alqueva, construida hace cinco años en terreno luso, tendrá consecuencias 'perjudiciales' para la costa de Huelva así como para la flora y fauna de diversos parajes de alto valor ecológico.



El estuario del Guadiana, una de las principales zonas de desove, será uno de los lugares más afectados por el que está considerado como el mayor embalse de toda Europa, según alertó el portavoz ecologista Iñaki Olano.



Sin embargo, alcaldes de municipios lusos situados en el Baixo/Bajo Guadiana consultados por esta Redacción, no creen que la citada presa esté provocando daños a la fauna o flora del Guadiana y la entienden necesaria para el desarrollo agrícola del Bajo Alentejo portugués. A su juicio, existe 'normalidad' en el río tras la construcción del embalse citado. Esta presa está considerada como la mayor de toda Europa. Su construcción llegó después de 45 años de proyectos, 36.000 metros cúbicos de cemento, una presa de 96 metros de altura y 4.150 hectómetros cúbicos de agua.



Este largo artificial también provocó cerca de 700.000 árboles sumergidos, un pueblo totalmente anegado y restos prehistóricos, romanos, árabes y medievales trasladados o desaparecidos tanto en tierras del Alentejo portugués como extremeñas.



El Gobierno luso, con la construcción de este lago artificial, pretende poner en regadío, oficialmente, 110.000 hectáreas, aunque otras fuentes apuntan a una cantidad que oscila entre 150.000 y 200.000 hectáreas. Este programa de agricultura intensiva supondrá un terrible impacto -a juicio de los 'verdes'- sobre los ecosistemas naturales de diversas provincias, entre ellas Huelva.



Y a pesar del escepticismo ecologista sobre la viabilidad de la macropresa, desde Portugal se cree que la región del Alentejo, a cuya agricultura va destinada, tendrá que abordar la 'importación' de mano de obra extranjera para suplir las necesidades de trabajadores en las grandes obras de carácter turístico y de ámbito agrícola que se van a potenciar por este embalse. Esta es una de las conclusiones a que se llega tras el análisis del impacto del Proyecto de Objetivos Múltiples de Alqueva.



Se estima que Beja, ciudad situada al sur del Alentejo, va a asumir en los próximos tiempos, un papel idéntico al que tuvieron los cinturones industriales de Lisboa o Setúbal, entre los años 50 y 70, cuando recibieron a millares de personas procedentes del Alentejo. Sin embargo, en el vecino país existe actualmente la sensación de 'mucha agua y poco regadío' a los siete años de la inauguración de la citada presa, lo que podría estar provocando cierto nerviosismo en el Gobierno luso.