Experts analyze the breakage of the prey that caused the death of 144 people
Mon, 20/04/2009
La Sociedad Española de Presas y Embalses (Seprem) ha organizado para el miércoles una jornada técnica sobre la rotura de la presa de Vega de Tera, en Ribadelago, con el doble objetivo de servir de homenaje a las víctimas y reflexionar sobre la seguridad de las presas, su evolución en estos cincuenta años y el estado actual del arte.
En la jornada, que tendrá lugar en Madrid, en el salón de actos del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino (plaza San Juan de la Cruz), intervendrán Francisco Bueno Hernández, profesor titular de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Burgos, que hablará sobre las consecuencias y enseñanzas de las roturas de presas; los periodistas Araceli Saavedra, corresponsal de EL NORTE en Sanabria, y José Antonio García Díez , autores del libro 'Ribadelago. La tragedia de Vega de Tera; el consultor Ricardo Fernández Cuevas, que analizará los informes oficiales y las investigadores posteriores sobre las causas de la tragedia; y Joaquín Díez-Cascón, catedrático de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Cantabria, que disertará sobre la seguridad de estas construcciones en el último medio siglo.
Los organizadores de la jornada señalan que, además de la tragedia humana y al igual que cualquier otro accidente de semejante magnitud, las roturas de presas han supuesto momentos de reflexión, no sólo por parte de los técnicos sino también de las administraciones y de la sociedad, «que han conducido generalmente a revisiones de conocimientos científicos y técnicos y a esfuerzos más o menos puntuales y de intensidad variables en determinadas parcelas».
Según la Sociedad Española de Presas y Embalses, «las reacciones y las reflexiones ha conllevado en general una duda acerca de la conveniencia o no de la construcción de estas obras, por el riesgo asociado, y una mayor regulación y control, plasmadas habitualmente en nuevas normativas más exigentes».
Consecuencias
En el caso de la tragedia ocurrida en Sanabria en 1959, cuando se rompió la presa de Vega de Tera y la enorme riada arrasó en plena noche Ribadelago, que perdió a 144 de sus 550 vecinos, la consecuencia técnico-legal fue la Instrucción de Grandes Presas de 1967 y la creación del Servicio de Vigilancia de Presas, «de gran importancia para el desarrollo de la Ingeniería de Presas en España» y que «supuso un impulso importante en aspectos vitales para la seguridad de presas, y por ende de la ingeniería de presas, en nuestro país», señala la Seprem.
Tanto los embalses de Iberdrola como los de Unión Fenosa en la provincia de Zamora tienen redactado el plan de emergencias para posibles eventualidades de avenidas, inundaciones o rotura, incluso cuentan con el informe favorable de Protección Civil, pero en ninguno de los casos está aprobado e, igualmente, están pendientes del plan de implantación, cuyo detalle esencial en este último trámite es darlo a conocer a la población afectada y hacer un simulacro de actuación, según se puso de manifiesto en la jornada que el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) celebró en mayo del año pasado en Zamora.
El pasado marzo, la directora general de Agua del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), Marta Moren, anunció que las presas y embalses situados en la cuenca del Duero contarán con un nuevo sistema de seguridad antes de 2012.
La revisión de los sistemas de seguridad radica en la modificación del Reglamento del Dominio Público Hidráulico, que recoge la protección de las personas, los bienes y el medio ambiente como fin último.
Inventario
En cuanto a las condiciones en que se encuentran las obras hidráulicas del Duero, Moren señaló que antes de poner en práctica las medidas de seguridad se hará un estudio particular en función de las características y los problemas de cada una de ellas. De este modo, se realizará un inventario de bienes de todas las presas y embalses.
En la jornada, que tendrá lugar en Madrid, en el salón de actos del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino (plaza San Juan de la Cruz), intervendrán Francisco Bueno Hernández, profesor titular de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Burgos, que hablará sobre las consecuencias y enseñanzas de las roturas de presas; los periodistas Araceli Saavedra, corresponsal de EL NORTE en Sanabria, y José Antonio García Díez , autores del libro 'Ribadelago. La tragedia de Vega de Tera; el consultor Ricardo Fernández Cuevas, que analizará los informes oficiales y las investigadores posteriores sobre las causas de la tragedia; y Joaquín Díez-Cascón, catedrático de Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Cantabria, que disertará sobre la seguridad de estas construcciones en el último medio siglo.
Los organizadores de la jornada señalan que, además de la tragedia humana y al igual que cualquier otro accidente de semejante magnitud, las roturas de presas han supuesto momentos de reflexión, no sólo por parte de los técnicos sino también de las administraciones y de la sociedad, «que han conducido generalmente a revisiones de conocimientos científicos y técnicos y a esfuerzos más o menos puntuales y de intensidad variables en determinadas parcelas».
Según la Sociedad Española de Presas y Embalses, «las reacciones y las reflexiones ha conllevado en general una duda acerca de la conveniencia o no de la construcción de estas obras, por el riesgo asociado, y una mayor regulación y control, plasmadas habitualmente en nuevas normativas más exigentes».
Consecuencias
En el caso de la tragedia ocurrida en Sanabria en 1959, cuando se rompió la presa de Vega de Tera y la enorme riada arrasó en plena noche Ribadelago, que perdió a 144 de sus 550 vecinos, la consecuencia técnico-legal fue la Instrucción de Grandes Presas de 1967 y la creación del Servicio de Vigilancia de Presas, «de gran importancia para el desarrollo de la Ingeniería de Presas en España» y que «supuso un impulso importante en aspectos vitales para la seguridad de presas, y por ende de la ingeniería de presas, en nuestro país», señala la Seprem.
Tanto los embalses de Iberdrola como los de Unión Fenosa en la provincia de Zamora tienen redactado el plan de emergencias para posibles eventualidades de avenidas, inundaciones o rotura, incluso cuentan con el informe favorable de Protección Civil, pero en ninguno de los casos está aprobado e, igualmente, están pendientes del plan de implantación, cuyo detalle esencial en este último trámite es darlo a conocer a la población afectada y hacer un simulacro de actuación, según se puso de manifiesto en la jornada que el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) celebró en mayo del año pasado en Zamora.
El pasado marzo, la directora general de Agua del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), Marta Moren, anunció que las presas y embalses situados en la cuenca del Duero contarán con un nuevo sistema de seguridad antes de 2012.
La revisión de los sistemas de seguridad radica en la modificación del Reglamento del Dominio Público Hidráulico, que recoge la protección de las personas, los bienes y el medio ambiente como fin último.
Inventario
En cuanto a las condiciones en que se encuentran las obras hidráulicas del Duero, Moren señaló que antes de poner en práctica las medidas de seguridad se hará un estudio particular en función de las características y los problemas de cada una de ellas. De este modo, se realizará un inventario de bienes de todas las presas y embalses.