The rains are not enough to end drought

Tue, 10/02/2009

El País

Andalucía vive el invierno más lluvioso del último lustro. En lo que va de año hidrológico, desde el 1 de octubre, en muchas comarcas ha llovido ya lo equivalente a todo un año, y en otras, especialmente en la cabecera del Guadalquivir, las precipitaciones superan los 750 litros por metro cuadrado en poco más de cuatro meses, casi el doble que la media de los últimos años hidrológicos. Sin embargo, este panorama que puede llamar al optimismo no es suficiente aún para que la Agencia Andaluza del Agua certifique el final de un periodo de cinco años de sequía. De hecho, en la última semana siete sistemas de abastecimiento de la cuenca del Guadalquivir -la que presenta un mayor déficit hídrico- permanecían en situación de alerta (agua para menos de dos años) y uno de ellos, el Quiebrajano-Víboras, en Jaén, está en estado de emergencia.

Uno de los sistemas que permanece en situación de alerta es el de regulación general, que engloba a los pantanos destinados al regadío. Hasta el pasado jueves este sistema se encontraba al 34%, aunque 48 horas después la página web de la Agencia Andaluza del Agua lo elevaba hasta el 59,47%, debido a los 268 hectómetros cúbicos embalsados en la última semana. Este porcentaje es inédito desde hace años, aunque no impide que permanezca en situación de alerta puesto que sus reservas actuales no garantizan los desembalses para una campaña de riego normal. Hay que tener en cuenta que más del 80% de los usos del agua en Andalucía se destinan a la agricultura de regadío.

En términos absolutos, los pantanos andaluces estaban al final de la última semana al 47,56% de su capacidad, 11 puntos más que hace un año. Por distritos hidrográficos, el de Guadalete-Barbate está al 48,58%; el Guadalquivir, al 45,62%; el Mediterráneo, al 43,22%; y Tinto-Odiel, al 69,68%. La situación no es homogénea en la comunidad, pues frente a las abundantes reservas de la provincia de Huelva, por encima del 70%, en el extremo oriental almeriense los pantanos apenas superan el 5% de su capacidad. "Ha habido un incremento espectacular de las reservas y tenemos agua garantizada para los próximos años", decía el pasado viernes la consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, que anticipaba que en los próximos días se levantará oficialmente el decreto de sequía de la provincia de Málaga.

Pese a la abundancia de precipitaciones de los últimos días -los embalses han recibido más de 700 hectómetros cúbicos la última semana, una cantidad que se incrementará cuando se contabilicen las escorrentías y los efectos de las nevadas en las sierras-, desde la Agencia Andaluza del Agua se apela a la prudencia porque la situación hídrica de la comunidad, siendo la mejor de los últimos años, aún no ha logrado corregir los déficits estructurales. "No se puede decir adiós al ciclo de sequía en tanto no se modifique sustancialmente la situación actual", comenta José Castro, delegado provincial de Medio Ambiente en Jaén. En esta provincia, cabecera de la cuenca del Guadalquivir, hay dos pantanos, el Dañador y el Aguascebas, que llevan varios días aliviando agua por estar colmatados.

"Tenemos que aprender de situaciones del pasado y no tomar decisiones alegres", añade Castro, que pone como ejemplo para no caer en el triunfalismo la evolución de los pantanos en el año 2004. En abril estaban al 75% y en septiembre el nivel cayó al 39%. Por eso el mensaje que se quiere transmitir desde la Administración autonómica -con competencias plenas en la gestión del agua desde el 1 de enero- es que "no hay que bajar la guardia" y fomentar el ahorro de agua.

El Acuerdo Andaluz del Agua, suscrito la semana pasada entre el presidente Manuel Chaves y numerosos agentes sociales de la región, no sólo establece el límite del año 2015 para la autorización de nuevos regadíos, sino que también obliga a ayuntamientos y empresas a invertir en la mejora de las redes de abastecimiento.