An Australian expert says that the transfer of the Ebro complies with the requirements of sustainability and environmental quality
Thu, 05/02/2009
El presidente de la Asociación Internacional del Agua (IWA, en sus siglas en inglés), David Garman, señaló hoy que el trasvase del Ebro cumple con los "elementos clave" de los trasvases que son la "sostenibilidad, calidad medioambiental y bienestar económico general", según informaron fuentes de la Fundación Agua y Progreso en un comunicado.
El experto aseguró que en Australia se habría ejecutado el trasvase del Ebro "por una cuestión de sentido común", ya que en esta isla los trasvases intercuencas "sostienen el regadío, así como el abastecimiento de las ciudades y las industrias, mientras que la desalación es más costosa tanto a nivel económico como energético"
Garman se refirió así en el transcurso de la ponencia sobre 'Los trasvases de aguas a la luz de la experiencia australiana', que pronunció hoy en Valencia, en un acto organizado por la Fundación Agua y Progreso de la Comunitat Valenciana. Garman fue anteriormente jefe de la política oficial para el Estado de Nueva Gales del Sur en todos los asuntos interestatales del agua y tratados efectuados en la Comisión de la Cuenca del Murray-Darling --un cargo equivalente a presidente de esa cuenca hidrográfica--.
En su intervención, resaltó que el Murray-Darling representa la cuenca hidrográfica "más importante de Australia" y destacó que en esta zona se registra una producción agrícola de 15.000 millones de euros anuales, lo que supone el 39 por ciento de la producción agrícola nacional, gracias a la cosecha que se produce en el área irrigada de la cuenca.
Asimismo, resaltó que se trata de una cuenca "pionera" en la construcción de embalses y la realización de trasvases intercuencas, ya que el primer embalse que se ejecutó data de 1936, aunque fue a partir de finales de la II Guerra Mundial cuando se produjo un desarrollo "muy importante" de transferencias intercuencas.
En este sentido, explicó que los trasvases hídricos "forman parte de la historia de Australia" e indicó que el primer trasvase se realizó al sur del país, concretamente a la ciudad de Adelaide, y tenía 400 kilómetros de longitud.
COLAPSO HÍDRICO
"Fundamentalmente, la cuenca del Murray-Darling es una cuenca que recibe y da trasvases, sobre todo uno, que proviene del río Snowy, del que recibe 1.500 hectómetros cúbicos, y sin el cual se produciría un colapso hídrico, de modo que la cuenca del Murray-Darling se quedaría sin agua", indicó Garman.
Para David Garman, los "elementos clave" de los trasvases son la "sostenibilidad, calidad medioambiental y bienestar económico general". Aspectos que "se cumplen en el proyecto del trasvase del Ebro", dijo. En su opinión, "las propuestas están en consonancia con las prioridades regionales y nacionales" y la optimización de los usos del agua a nivel regional "es coherente con las tendencias del uso del agua que se desarrollan en todo el mundo".
El doctor David Garman es presidente de la IWA desde 2007. Asimismo, dirige el Centro de Investigación Cooperativa en Biotecnología Medioambiental (EBCRC) en Sydney, dedicado a la detección rápida de patógenos mediante la bioenergía y la nanotecnología, el control del biofilm en el suministro de agua y sistemas de fabricación industrial, y bioprocesos para la gestión de los nutrientes y carbono. En su trayectoria profesional, destaca una amplia experiencia en la enseñanza universitaria, el control de la contaminación, gestión de presas, trasvases y asignación de aguas para regadíos.
El experto aseguró que en Australia se habría ejecutado el trasvase del Ebro "por una cuestión de sentido común", ya que en esta isla los trasvases intercuencas "sostienen el regadío, así como el abastecimiento de las ciudades y las industrias, mientras que la desalación es más costosa tanto a nivel económico como energético"
Garman se refirió así en el transcurso de la ponencia sobre 'Los trasvases de aguas a la luz de la experiencia australiana', que pronunció hoy en Valencia, en un acto organizado por la Fundación Agua y Progreso de la Comunitat Valenciana. Garman fue anteriormente jefe de la política oficial para el Estado de Nueva Gales del Sur en todos los asuntos interestatales del agua y tratados efectuados en la Comisión de la Cuenca del Murray-Darling --un cargo equivalente a presidente de esa cuenca hidrográfica--.
En su intervención, resaltó que el Murray-Darling representa la cuenca hidrográfica "más importante de Australia" y destacó que en esta zona se registra una producción agrícola de 15.000 millones de euros anuales, lo que supone el 39 por ciento de la producción agrícola nacional, gracias a la cosecha que se produce en el área irrigada de la cuenca.
Asimismo, resaltó que se trata de una cuenca "pionera" en la construcción de embalses y la realización de trasvases intercuencas, ya que el primer embalse que se ejecutó data de 1936, aunque fue a partir de finales de la II Guerra Mundial cuando se produjo un desarrollo "muy importante" de transferencias intercuencas.
En este sentido, explicó que los trasvases hídricos "forman parte de la historia de Australia" e indicó que el primer trasvase se realizó al sur del país, concretamente a la ciudad de Adelaide, y tenía 400 kilómetros de longitud.
COLAPSO HÍDRICO
"Fundamentalmente, la cuenca del Murray-Darling es una cuenca que recibe y da trasvases, sobre todo uno, que proviene del río Snowy, del que recibe 1.500 hectómetros cúbicos, y sin el cual se produciría un colapso hídrico, de modo que la cuenca del Murray-Darling se quedaría sin agua", indicó Garman.
Para David Garman, los "elementos clave" de los trasvases son la "sostenibilidad, calidad medioambiental y bienestar económico general". Aspectos que "se cumplen en el proyecto del trasvase del Ebro", dijo. En su opinión, "las propuestas están en consonancia con las prioridades regionales y nacionales" y la optimización de los usos del agua a nivel regional "es coherente con las tendencias del uso del agua que se desarrollan en todo el mundo".
El doctor David Garman es presidente de la IWA desde 2007. Asimismo, dirige el Centro de Investigación Cooperativa en Biotecnología Medioambiental (EBCRC) en Sydney, dedicado a la detección rápida de patógenos mediante la bioenergía y la nanotecnología, el control del biofilm en el suministro de agua y sistemas de fabricación industrial, y bioprocesos para la gestión de los nutrientes y carbono. En su trayectoria profesional, destaca una amplia experiencia en la enseñanza universitaria, el control de la contaminación, gestión de presas, trasvases y asignación de aguas para regadíos.