The government will have to raise the price of desalinated water to assume the cost
Wed, 04/02/2009
El precio del agua desalada en España - unos 30 céntimos por metro cúbico- es insuficiente para cubrir los costes. La voz de alarma la ha dado Auren, la firma que se ha encargado de auditar las cuentas de Acuamed, la empresa creada por el Gobierno para desarrollar el Programa Agua,que sustituyó al derogado trasvase del Ebro.
Según su último informe, correspondiente al ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2007, existe un desfas eentre los costes asumidosy los convenios y tarifas fijados con los usuarios. Auren se refiere, en concreto, a la obra desarrollada en el complejo de desalación de Carboneras (Almería), uno de los mayores de España, por un valor de 236 millones de euros.
“Debido a que el importe activado es significativamente superior al contemplado en el convenio suscrito con los usuarios y que la producción y el consumo de agua están siendo inferiores a lo estimado, la recuperación del coste de esta obra mediante tarifas y, por tanto, su correcta clasificación, valoración y amortización, dependerá del éxito que se obtenga en las renegociaciones sobre consumo y tarifas a realizar con los usuarios”, asegura el auditor.
Precio ajustado
Según las estimaciones que realizan los propios agricultores, aunque el precio del agua a pie de planta está ajustado, su traslado hacia el interior supone un incremento que, por ahora, nadie ha concretado.
De hecho, el resto de ciudadanos, es decir, el uso urbano, pagaría (siempre a pie de instalación) casi el doble, entre 50 y 55 céntimos por metro cúbico.
La diferencia entre las tarifas y el coste real de producción ha probado ya que Acuamed haya entrado en pérdidas en 2007. Su beneficio neto se ha ido reduciendo progresivamente en los últimos ejercicios hasta registrar ese año unos números rojos por valor de 7,3millones de euros. La compañía reconoce en sus últimas memorias que acaba de depositar en el Registro Mercantil, que esta evolución es “muy negativa” e insiste en que esto es debido, en parte, precisamente, “al bajo ni nivel de operación del complejo de Carboneras”.
El coste de la desalación no es, sin embargo, el único problema al que se enfrenta Acuamed. El pasado viernes, el Gobierno aprobó la destitución del director general de la empresa, Adrián Baltanás, debido al fuerte retraso que están experimentado las obras en marcha.
La inversión total prevista cuando se aprobó el Plan Agua a finales de 2004 rondaba los 4.000 millones de euros, aunque de esa cantidad tan sólo un 50 por ciento va destinada a la desalinización y el resto se dedica a la construcción de infraestructuras de abastecimiento, modernización de regadíos y proyectos de reutilización.
El objetivo inicial del Gobierno era poner las plantas en marcha este año. Sin embargo, finalmente habrá esperar hasta 2011 para que la última de ellas entre en funcionamiento.
“Sin duda, nos hubiera gustado ir más deprisa y acabarlo antes, pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de más de 30 proyectos de gran magnitud y con una inversión muy fuerte”, aseguró el pasado 27 de octubre el director general de la compañía, Adrián Baltanás.
Presupuesto pendiente
Según la empresa pública, alrededor del 65 por ciento del presupuesto ya se ha ejecutado.
El 37 por ciento de las infraestructuras está ya en servicio, el 42 por ciento se está construyendo y el 15 por ciento está adjudicado. Tan sólo falta una planta, la de Guardamar, que será la que se acabe más tarde, estando todavía en fase de información pública.
El consejo de administración de la sociedad aprobó el pasado viernes el nombramiento de Carlos Massa como nuevo director general, en sustitución de Baltanás.Massa, ingeniero de caminos, canales y puertos, aseguró conocer ya “un poco” la empresa, aunque el resto que tiene por delante no es nada fácil. Desde el PP se considera que estos retrasos en la ejecución de las obras son una prueba de la “desastrosa” gestión del agua para elMediterráneo, según aseguró Rafael Hernando, diputado por Almería.
Según su último informe, correspondiente al ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2007, existe un desfas eentre los costes asumidosy los convenios y tarifas fijados con los usuarios. Auren se refiere, en concreto, a la obra desarrollada en el complejo de desalación de Carboneras (Almería), uno de los mayores de España, por un valor de 236 millones de euros.
“Debido a que el importe activado es significativamente superior al contemplado en el convenio suscrito con los usuarios y que la producción y el consumo de agua están siendo inferiores a lo estimado, la recuperación del coste de esta obra mediante tarifas y, por tanto, su correcta clasificación, valoración y amortización, dependerá del éxito que se obtenga en las renegociaciones sobre consumo y tarifas a realizar con los usuarios”, asegura el auditor.
Precio ajustado
Según las estimaciones que realizan los propios agricultores, aunque el precio del agua a pie de planta está ajustado, su traslado hacia el interior supone un incremento que, por ahora, nadie ha concretado.
De hecho, el resto de ciudadanos, es decir, el uso urbano, pagaría (siempre a pie de instalación) casi el doble, entre 50 y 55 céntimos por metro cúbico.
La diferencia entre las tarifas y el coste real de producción ha probado ya que Acuamed haya entrado en pérdidas en 2007. Su beneficio neto se ha ido reduciendo progresivamente en los últimos ejercicios hasta registrar ese año unos números rojos por valor de 7,3millones de euros. La compañía reconoce en sus últimas memorias que acaba de depositar en el Registro Mercantil, que esta evolución es “muy negativa” e insiste en que esto es debido, en parte, precisamente, “al bajo ni nivel de operación del complejo de Carboneras”.
El coste de la desalación no es, sin embargo, el único problema al que se enfrenta Acuamed. El pasado viernes, el Gobierno aprobó la destitución del director general de la empresa, Adrián Baltanás, debido al fuerte retraso que están experimentado las obras en marcha.
La inversión total prevista cuando se aprobó el Plan Agua a finales de 2004 rondaba los 4.000 millones de euros, aunque de esa cantidad tan sólo un 50 por ciento va destinada a la desalinización y el resto se dedica a la construcción de infraestructuras de abastecimiento, modernización de regadíos y proyectos de reutilización.
El objetivo inicial del Gobierno era poner las plantas en marcha este año. Sin embargo, finalmente habrá esperar hasta 2011 para que la última de ellas entre en funcionamiento.
“Sin duda, nos hubiera gustado ir más deprisa y acabarlo antes, pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de más de 30 proyectos de gran magnitud y con una inversión muy fuerte”, aseguró el pasado 27 de octubre el director general de la compañía, Adrián Baltanás.
Presupuesto pendiente
Según la empresa pública, alrededor del 65 por ciento del presupuesto ya se ha ejecutado.
El 37 por ciento de las infraestructuras está ya en servicio, el 42 por ciento se está construyendo y el 15 por ciento está adjudicado. Tan sólo falta una planta, la de Guardamar, que será la que se acabe más tarde, estando todavía en fase de información pública.
El consejo de administración de la sociedad aprobó el pasado viernes el nombramiento de Carlos Massa como nuevo director general, en sustitución de Baltanás.Massa, ingeniero de caminos, canales y puertos, aseguró conocer ya “un poco” la empresa, aunque el resto que tiene por delante no es nada fácil. Desde el PP se considera que estos retrasos en la ejecución de las obras son una prueba de la “desastrosa” gestión del agua para elMediterráneo, según aseguró Rafael Hernando, diputado por Almería.