A study of the alert level of salt in the water island
Fri, 09/01/2009
Valladolid y Albacete son las capitales de provincia cuya agua de consumo tiene mayores concentraciones de calcio, mientras la de Santa Cruz de Tenerife, la de Barcelona procedente del Llobregat, y la de Oviedo presentan unos índices de sal que deben ser tenidos en cuenta por los hipertensos. Además, el agua de Santa Cruz de Tenerife está entre las que menos calcio contiene.
Así se desprende de un estudio publicado en la revista Medicina Clínica, en el que se han analizado los datos analíticos relativos al calcio, el magnesio y el sodio de las aguas de 492 poblaciones españolas y de 122 marcas de agua envasada. La ingesta de agua, concluye el análisis, puede suponer una importante fuente de calcio y magnesio que, en algunos casos, aporta las cantidades recomendadas diarias de estos minerales, pero puede exceder las dosis aconsejadas de sodio.
Según explican los autores del estudio, Ángeles Martínez Ferrer, Pilar Peris, Raquel Reyes y Nuria Guañabens, del Hospital Clínico y la Universidad de Barcelona, el agua ideal debería ser rica en calcio y magnesio (minerales cuya ingesta es normalmente inferior a lo requerido) y baja en sal (ya que la población sobrepasa generalmente lo recomendado).
Destacan los autores del estudio las concentraciones de sodio en las aguas embotelladas, en algunas de las cuales se han observado cantidades superiores a los 1.000 o 2.000 miligramos por litro. Su consumo puede incidir de forma considerable en la ingesta máxima recomendada, recuerdan los autores, quienes advierten de que una dieta rica en sal se asocia con la hipertensión y el aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular.
Así se desprende de un estudio publicado en la revista Medicina Clínica, en el que se han analizado los datos analíticos relativos al calcio, el magnesio y el sodio de las aguas de 492 poblaciones españolas y de 122 marcas de agua envasada. La ingesta de agua, concluye el análisis, puede suponer una importante fuente de calcio y magnesio que, en algunos casos, aporta las cantidades recomendadas diarias de estos minerales, pero puede exceder las dosis aconsejadas de sodio.
Según explican los autores del estudio, Ángeles Martínez Ferrer, Pilar Peris, Raquel Reyes y Nuria Guañabens, del Hospital Clínico y la Universidad de Barcelona, el agua ideal debería ser rica en calcio y magnesio (minerales cuya ingesta es normalmente inferior a lo requerido) y baja en sal (ya que la población sobrepasa generalmente lo recomendado).
Destacan los autores del estudio las concentraciones de sodio en las aguas embotelladas, en algunas de las cuales se han observado cantidades superiores a los 1.000 o 2.000 miligramos por litro. Su consumo puede incidir de forma considerable en la ingesta máxima recomendada, recuerdan los autores, quienes advierten de que una dieta rica en sal se asocia con la hipertensión y el aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular.