They ask for an inventory of sources and springs from Xúquer and Cabriel

Thu, 18/12/2008

La Verdad

Dos organizaciones ecologistas denuncian la sobreexplotación del acuífero de la Mancha Oriental y reclaman que no se superen los bombeos de los años 60


Les preocupa el deterioro progresivo y, a su juicio, «gravísimo» que han sufrido diferentes espacios hídricos en las provincias de Cuenca y Albacete, y fundamentalmente en ésta última. Una situación ante la que Ecologistas en Acción y la Asociación para la Conservación de los Ecosistemas de la Manchuela (Acem) no quieren permanecer impasibles. Máxime cuando se está trabajando ya en la revisión del Plan Hidrológico del Júcar (PHJ). Por ello quieren hacer oír su voz y que en este proceso se atiendan sus reivindicaciones.
El representante de Acem, Gregorio López, acompañado por uno de los responsables de Ecologistas en Acción, Cipriano Escribano, mostró su preocupación por el estado que presentan especialmente los ríos Júcar y Cabriel. En ese sentido, denunció la desaparición de un buen número de manantiales y fuentes naturales del Júcar y del Cabriel.
Reto
Una situación ante la cual desde las dos organizaciones ecologistas solicitaron a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) que lleve a cabo un estudio riguroso sobre la situación en la que se encuentran estos manantiales y fuentes naturales, cuáles se han secado y los motivos de ello.
López indicó que en zonas como Casas Ibáñez más de la mitad de estos recursos han desaparecido en las últimas décadas con la consiguiente pérdida de riqueza natural y patrimonial. Asimismo insistió en la necesidad de cuantificar los espacios que se han perdido y la relación de su secado con la caída de los niveles del acuífero.
Y es que ésta es otra de las cuestiones que inquieta tanto a Ecologistas en Acción como a Acem, tal y como subrayó López. El responsable de la Asociación Ecologista para el Desarrollo de la Manchuela abogó por la recuperación de los niveles piezométricos del acuífero de la Mancha Oriental. López señaló que no se puede utilizar el agua si ello implica «daños para el medio ambiente y la vida».
Desde Acem advirtieron que en los últimos 30 años los niveles piezométricos de este acuífero han bajado una media de 30 metros «debido a la intensidad de los regadíos». Por ello, y ante la negociación del Plan Hidrológico del Júcar, pidieron que «los bombeos no sean superiores a los bombeos históricos que podían existir en los años 60». No obstante, aseguraron que no están en contra de las prácticas agrícolas. Igualmente solicitaron que no se dediquen recursos para usos urbanísticos que requieren una gran cantidad de agua.
Por su parte, Escribano auguró un negro futuro si no se toman cartas en el asunto de una vez por todas. «La sobreexplotación del acuífero está suponiendo una carga para los municipios porque los están dejando sin agua», manifestó alertando de que en un futuro próximo «nos podríamos quedar sin agua para las poblaciones».