CSIC plans to turn the Pavilion of Peru in a ecological center and to disseminate Andalusian research and the great scientists challenges

Mon, 17/11/2008

Diario de Sevilla

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) convertirá al antiguo Pabellón de Perú de la Exposición Iberoamericana de 1929 en un gran centro de divulgación científica y en un edificio ejemplar en la eficiencia energética y la sostenibilidad ambiental.



Según el proyecto en el que ya trabaja la empresa Cuadrifolio, el nuevo Pabellón de Perú contará con amplias zonas de exposiciones (el patio será 'el elemento focal'); un auditorio para conferencias, seminarios y congresos; aularios y talleres; e, incluso, una cafetería mirador en la terraza del edificio. Asimismo, se respetará la ubicación del actual Consulado del Perú (que quedará completamente aislado de la Casa de la Ciencia) y se reservará una pequeña zona para las dependencias administrativas de la delegación territorial del CSIC. Según el proyecto de Cuadrifolio, se pretende recuperar el Pabellón de Perú como el espacio expositivo que fue durante la Exposición del 29, una cualidad que ha ido perdiendo debido a las numerosas tabiques que se han ido levantando para crear despachos y dependencias para el uso del personal de la Estación Biológica de Doñana. Según los cálculos del estudio, las obras de la Casa de la Ciencia durarían, aproximadamente, dos años.



El proyecto del CSIC pretende acabar con una laguna alarmante de la ciudad que mucho tiene que ver con la pérdida de vocaciones científicas que se registra en todo Occidente: la creación de un espacio donde mostrar de una forma amena y didáctica la historia y los avances de la ciencia. Lo explica el propio delegado territorial del CSIC en Andalucía, Fernando Hiraldo: 'Principalmente nos centraremos en dos tipos de exposiciones, aquellas que explican los grandes temas científicos que generan actualmente debate público (los productos transgénicos, las células madres...) y la divulgación de los aportes que hacen los investigadores andaluces a la ciencia internacional'.



Fernando Hiraldo quiere crear un comité asesor compuesto por diferentes profesionales que valore las distintas propuestas de exposiciones que lleguen a la Casa de la Ciencia. Una vez elegido un determinado proyecto, la institución sería la encargada de buscar los fondos necesarios para materializar la muestra. Eso sí, Hiraldo no descarta la producción propia de exposiciones.



La idea del CSIC pasa también por la reurbanización del entorno del Pabellón de Perú, actualmente ocupado por la Estación Biológica de Doñana, cuya marcha al extremo norte de la Cartuja es inminente. De hecho, una gran parte del compás del edificio (que actualmente sirve de aparcamiento) se convertirá en una zona expositiva al aire libre con un sistema de pulverización de agua para la creación de un microclima en verano. La futura Casa de la Ciencia contempla, asimismo, la 'puesta en valor' del edificio diseñado por el arquitecto cordobés-peruano Manuel Piqueras Cotoli para la Exposición del 29. Se prevé la rehabilitación de la fachada, deteriorada por las humedades y las diferentes patologías; la limpieza y recuperación de la fábrica de ladrillo, piedra y las carpinterías tan características de este edificio (sus balconadas criollas son conocidas por todos los sevillanos); la eliminación de las máquinas de climatización que actualmente están a la vista y suponen un impacto visual; y el diseño de un nuevo vallado 'más permeable'.



Otra de las características más importantes de la futura Casa de la Ciencia será su condición de edificio respetuoso con el medio ambiente según criterios de eficiencia energética y sostenibilidad. El proyecto de Cuadrifolio contempla la implantación de un sistema de paneles solares para garantizar el suministro eléctrico, así como una novedosa gestión de residuos a través de contenedores subterráneos con boca exterior y separación de las distintas basuras para su posterior reciclado. Para la iluminación exterior se usarán lámparas leds para 'lograr el máximo ahorro energético' y se prevé un sistema de depuración de aguas grises para riego y la construcción de un aljibe para recoger el agua de lluvia.



El CSIC quiere la implicación en el proyecto, cuya puesta en marcha costará unos seis millones de euros, de las administraciones local y autonómica. El Ayuntamiento, titular del inmueble, ya ha mostrado su conformidad mediante la firma de un convenio por el que vuelve a ceder el uso del edificio durante 75 años. Los esfuerzos se centran ahora en las negociaciones con la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta.