The Mussel zebra will invade the river basins of Vizcaya from Alava
Fri, 14/11/2008
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El mejillón cebra llegó a la margen alavesa del pantano de Sobrón desde Mequinenza y es cuestión de meses que extienda sus dominios por las cuencas del Arratia, el Ibaizabal y el bajo Nervión, en pleno territorio vizcaíno. Ayer, durante la comisión de seguimiento que las Juntas Generales de Álava realizan sobre este pequeño pero pernicioso animal, los técnicos de Medio Ambiente y Agricultura anunciaron que su llegada a las cuencas vizcaínas desde Álava es "inevitable".
De momento, es casi imposible evitar que se propague por todas partes, tal y como sucede en el resto de Europa desde hace 200 años y las autoridades forales ya advirtieron ayer de que sus esfuerzos sólo sirven para ralentizar el avance de la plaga. "Habrá que acostumbrarse a convivir con él", explicaron los expertos a los junteros.
No existe especie depredadora para ellos, amenazan a las variedades autóctonas y cada ejemplar es capaz de depositar 40.000 huevos por puesta y hasta un millón por temporada. Sólo es posible acabar con ellos mediante costosos tratamientos químicos que afectan a la calidad de las aguas en muchos casos, presión o temperatura. Las medidas preventivas desplegadas desde hace varios años por la Diputación sólo han postergado su presencia entre nosotros. Curiosamente, su creciente propagación por el Ebro podría estar relacionada también con la central nuclear de Garoña, ya que al emplear sus aguas para enfriar el reactor, se eleva la temperatura de la misma, lo que puede favorecer su reproducción. En definitiva, es imparable.
Se afianzan sobre sustratos sólidos, a cualquier superficie, por lo que pueden obturar cañerías con facilidad. Ya están presentes en los regantes de Oion, Lapuebla de Labarca y Baños de Ebro, por lo que la Diputación deberá invertir una gran suma para erradicarlo de las balsas que se aprovisionan del Ebro mediante filtros y productos inocuos como el peróxido de hidrógeno. El diputado de Medio Ambiente, Mikel Mintegi, y la titular de Agricultura, Estefanía Beltrán de Heredia, anunciaron ayer que no escatimarán esfuerzos, aunque reconocieron que ésta será una guerra difícil de ganar.
El mejillón cebra llegó a la margen alavesa del pantano de Sobrón desde Mequinenza y es cuestión de meses que extienda sus dominios por las cuencas del Arratia, el Ibaizabal y el bajo Nervión, en pleno territorio vizcaíno. Ayer, durante la comisión de seguimiento que las Juntas Generales de Álava realizan sobre este pequeño pero pernicioso animal, los técnicos de Medio Ambiente y Agricultura anunciaron que su llegada a las cuencas vizcaínas desde Álava es "inevitable".
De momento, es casi imposible evitar que se propague por todas partes, tal y como sucede en el resto de Europa desde hace 200 años y las autoridades forales ya advirtieron ayer de que sus esfuerzos sólo sirven para ralentizar el avance de la plaga. "Habrá que acostumbrarse a convivir con él", explicaron los expertos a los junteros.
No existe especie depredadora para ellos, amenazan a las variedades autóctonas y cada ejemplar es capaz de depositar 40.000 huevos por puesta y hasta un millón por temporada. Sólo es posible acabar con ellos mediante costosos tratamientos químicos que afectan a la calidad de las aguas en muchos casos, presión o temperatura. Las medidas preventivas desplegadas desde hace varios años por la Diputación sólo han postergado su presencia entre nosotros. Curiosamente, su creciente propagación por el Ebro podría estar relacionada también con la central nuclear de Garoña, ya que al emplear sus aguas para enfriar el reactor, se eleva la temperatura de la misma, lo que puede favorecer su reproducción. En definitiva, es imparable.
Se afianzan sobre sustratos sólidos, a cualquier superficie, por lo que pueden obturar cañerías con facilidad. Ya están presentes en los regantes de Oion, Lapuebla de Labarca y Baños de Ebro, por lo que la Diputación deberá invertir una gran suma para erradicarlo de las balsas que se aprovisionan del Ebro mediante filtros y productos inocuos como el peróxido de hidrógeno. El diputado de Medio Ambiente, Mikel Mintegi, y la titular de Agricultura, Estefanía Beltrán de Heredia, anunciaron ayer que no escatimarán esfuerzos, aunque reconocieron que ésta será una guerra difícil de ganar.