"We have thousands of homes vulnerable to suffer floods”

Sat, 04/10/2008

El Diario Montañés

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) Jorge Marquínez está manteniendo reuniones técnicas e informativas con representantes y colectivos de las seis comunidades de su ámbito territorial. El fin último es elaborar el Plan Hidrológico de la cuenca, un documento «importantísimo» que regulará cómo deben gestionarse en adelante las aguas. Estos días ha pasado por Cantabria, comunidad como las otras cinco no exenta de zonas con «graves riesgos» de inundaciones y llenas de viviendas o polígonos, unos terrenos que se han permitido ocupar porque los responsables «han mirado para otro lado». En otras palabras, resumido por Marquínez, «nos hemos metido donde sube la marea». - ¿Existen en la cuenca Cantábrica muchas zonas con riesgo de inundación grave? -Ese es el problema más importante que tenemos. Y difícil de solucionar. Seguro que resolveremos los de abastecimiento, los de la calidad de la gestión... pero lo que no vamos a poder eludir es el riesgo por avenidas. Y tampoco tener crecidas naturales porque hemos ocupado la zona inundable. Dentro de nuestra cuenca, la ocupación en el País Vasco es extraordinaria, es la mayor; después las más importantes se dan en las cuencas mineras asturianas. En Cantabria el problema, aunque irregular, también es importante. -¿Puede ser más concreto en lo que a Cantabria se refiere? -En todos los ríos cántabros. En toda la cuenca hidrográfica tenemos muchos miles de viviendas y de polígonos industriales en zonas de riesgo y expuestas a inundación y a daños muy graves. La inundación ordinaria, las crecidas de pequeña entidad, las que se dan cada dos o tres años producen daños puntualmente limitados. Pero una crecida importante podría causar -producirá, de hecho- daños importantísimos. Recordamos lo del 83 en Bilbao, con treintaytantos muertos y millones de euros en pérdidas... y no fue una crecida extraordinariamente grande. Una crecida extraordinaria, que puede darse, podría arruinar una comarca entera. -Se desprende, pues, que hay zonas muy vulnerables -La vulnerabilidad es extraordinaria. Y es más alta ahora que hace viente años. Los daños asociados a las crecidas no sólo dependen del tamaño de la riada sino, claro, del valor de lo que está expuesto. Hemos constatado que la vulnerabilidad por inundaciones es ahora mucho mayor. Y si no hacemos algo, seguirá incrementándose. -¿Y los planes urbanísticos han pasado por alto este riesgo? - En prácticamente todas las vegas bajas, donde está la mayor cantidad de población, se ha producido una ocupación extraordinaria de las zonas inundables, con planes urbanísticos que se aprobaban sin contabilizar este fenómeno. -¿Cómo se ha permitido levantar todo eso en las zonas de riesgo? ¿Por qué no se ha impedido? -El pecado, de todos, ha sido mirar para otro lado, no trabajar con previsión. Las vegas son un terreno muy apetecible. La expansión ha ido llevando allí a montón de usos: polígonos industriales, vías de comunicación, viviendas... -¿El nuevo plan que se elabora tratará de revertir esta situación? -La alturas de las crecidas es mayor que hace años aunque llueva lo mismo, sencillamente porque el agua que se quedaba en las zonas altas de las vegas ya no se queda. Ese fenómeno es incontestable. No podemos mirar para otro lado. Ya está bien. -¿Qué se puede hacer? -Lo primero, parar ese coche que va cuesta abajo. Las Comunidades están concienciadas, y muchos ayuntamientos -algunos con más dificultades que otros por tener expectativas sobre esos suelos- también colaboran. Por otro lado, trasladaremos al ciudadano datos e información de zonas inundables. Lo desconoce cuando compra, cuando construye e incluso su propia situación ya viviendo en zona inundable. Y para tener una buena protección es bueno que se sepa. -Quizá eso se interprete como un intento de alarmar a la gente... -Lo que desde luego no pueden hacer las administraciones es ocultar esta información. Es una grave irresponsabilidad.