The mortality of fish in the "Tajo" must to eutrophication and not to toxic spills, according to the Seprona
Fri, 03/10/2008
Las investigaciones llevadas a cabo por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) sobre la reciente aparición de una gran cantidad de peces muertos en el Río Tajo, en Romangordo (Cáceres), apuntan a la "eutrofización" de las aguas como causante y descartan cualquier tipo de vertido tóxico.
Según informó hoy la Delegación del Gobierno en nota de prensa, un equipo del Seprona se trasladó hasta el lugar una vez que se tuvo conocimiento de la aparición de una gran cantidad de peces muertos en el paraje denominado 'Playa de Extremadura' del río Tajo.
Los agentes del Seprona localizaron en ambas márgenes del río, en concreto en la desembocadura del arroyo La Garganta, aguas arriba de este arroyo y en el embalse de Arrocampo, cadáveres de diversas especies piscícolas (barbo, carpa, black-blass, lucioperca y percasol).
ANALÍTICAS
Así, explican que se procedió a realizar una serie de analíticas del agua en varios puntos obteniéndose unos parámetros básicos que arrojaron unos resultados de calidad de las aguas como "no aptas" para la vida de los peces; en concreto se detectaron concentraciones de oxígeno inferiores a 3 mg/l de O2.
Las investigaciones del Seprona "permitieron comprobar la existencia de una gran cantidad de materia orgánica en suspensión en las aguas, lo que favorece el crecimiento de las algas, lo cual indica un proceso de eutrofización de las aguas, proceso natural en el se consume gran cantidad de oxígeno, ocasionando mortandad en la fauna piscícola de la zona".
En este mismo embalse, así como en otros puntos de los ríos extremeños, se han detectado fenómenos de eutrofización con anterioridad. Así mismo, los análisis realizados en las aguas de la zona afectada descartan la existencia de cualquier tipo de vertido tóxico en las mismas.
Según informó hoy la Delegación del Gobierno en nota de prensa, un equipo del Seprona se trasladó hasta el lugar una vez que se tuvo conocimiento de la aparición de una gran cantidad de peces muertos en el paraje denominado 'Playa de Extremadura' del río Tajo.
Los agentes del Seprona localizaron en ambas márgenes del río, en concreto en la desembocadura del arroyo La Garganta, aguas arriba de este arroyo y en el embalse de Arrocampo, cadáveres de diversas especies piscícolas (barbo, carpa, black-blass, lucioperca y percasol).
ANALÍTICAS
Así, explican que se procedió a realizar una serie de analíticas del agua en varios puntos obteniéndose unos parámetros básicos que arrojaron unos resultados de calidad de las aguas como "no aptas" para la vida de los peces; en concreto se detectaron concentraciones de oxígeno inferiores a 3 mg/l de O2.
Las investigaciones del Seprona "permitieron comprobar la existencia de una gran cantidad de materia orgánica en suspensión en las aguas, lo que favorece el crecimiento de las algas, lo cual indica un proceso de eutrofización de las aguas, proceso natural en el se consume gran cantidad de oxígeno, ocasionando mortandad en la fauna piscícola de la zona".
En este mismo embalse, así como en otros puntos de los ríos extremeños, se han detectado fenómenos de eutrofización con anterioridad. Así mismo, los análisis realizados en las aguas de la zona afectada descartan la existencia de cualquier tipo de vertido tóxico en las mismas.