World Water Agency in Zaragoza

Fri, 19/09/2008

El Periódico de Aragón

Sala de máquinas Zaragoza presentará a la ONU la propuesta de su fundación, adjuntando un proyecto como sede

Con esa Agencia y el Instituto de Cambio Climático, Zaragoza se convertiría en la capital mundial del agua
Uno de los grandes legados de la Expo, en el plano intelectual, ha sido, sin duda, la Carta del Agua, a cuyo texto diera lectura, en el acto de clausura,
Federico Mayor Zaragoza .
En los próximos días, dicho e histórico documento será asimismo noticia debido a que dos destacados gestores de la Expo,
Jerónimo Blasco
y
Eduardo Mestre , lo presentarán en la ONU, a fin de afianzar el prestigio de Zaragoza como sede de las futuras políticas del agua y de seguir avanzando en el propósito de conseguir para la capital aragonesa la adjudicación de la Agencia Mundial del Agua, un organismo de arbitraje con ambiciosas competencias y plenos poderes en la solución de conflictos hídricos.
Si se encimara ese objetivo, Zaragoza, gracias, también, a la ya comprometida ubicación del Instituto de Cambio Climático, se convertiría en la capital mundial del agua.
Ya lo ha sido, obviamente, a lo largo de los meses de verano, del periodo Expo, pero estamos en vísperas de que la coyuntura --aún siendo tan espectacular como la proporcionada por una muestra internacional-- dé paso a la infraestructura; la provisionalidad, a la sede; el sueño, a la realidad.
La Carta de Zaragoza, en ese sentido, al postular, muy hábilmente, la creación de una Agencia Mundial del Agua, y avanzar sus contenidos y responsabilidades, está elevando ante la comunidad internacional, ante Naciones Unidas, una especie de pliego de condiciones que lleva adjunta, grapada con los dossieres de Tribuna del Agua, una oferta de adjudicación. ¿Qué otra ciudad, en efecto, podría superar como sede de tan específicas actividades a la que acaba de elevarlas a rango de tribuna y debate ecuménico?
La Agencia Mundial del Agua, según sus principios fundadores, tendrá como una de sus principales misiones articular un marco normativo mundial sobre el agua en un contexto de desarrollo sostenible ajustado o adecuado a cada uno de los países.
La actual ausencia de dicho marco o reglamentación es una de las causas que mayores conflictos, problemas o carencias viene provocando. Desde la existencia de numerosas naciones del globo, por lo general las más pobres, donde el uso, abastecimiento y consumo del agua no tiene prácticamente regulación alguna hasta otros muchos ejemplos territoriales donde se dan flagrantes discriminaciones y abandonos de poblaciones enteras.
Paralelamente a esta situación, relativamente frecuente en países del Cuarto y del Tercer Mundo, las cuencas transfronterizas de los grandes ríos suelen carecer de una regulación jurídica y administrativa lo bastante equitativa como para garantizar el régimen de igualdad de abastecimientos de los usuarios de las grandes cuencas.
Para paliar las necesidades más urgentes, la Carta del Agua recomienda la aplicación de criterios de racionalidad económica, el establecimiento de políticas integradas, la consideración de la agricultura como un sector estratégico, el estímulo para conseguir que los ciudadanos participen de una manera corresponsable en la gestión integrada del agua y la sostenibilidad y la elevación a dogma conceptual de que el agua es, además de un recurso humano, "un patrimonio de todos los seres vivos". Escritor y periodista