The irrigators and the mayor of Guardamar welcome to accelerate the desalination plant

Thu, 11/09/2008

La Verdad

La comunidad general de regantes Riegos de Levante, con sede en Elche e integrada por 20.000 agricultores de la mitad sur de la provincia, y la alcaldesa de Guardamar del Segura, la socialista Marylène Albentosa, aplaudieron ayer la celeridad que está imprimiendo el Ministerio de Medio Ambiente a la nueva planta desalinizadora que se instalará en la costa de este municipio y que abastecerá con hasta 40 hectómetros cúbicos al año sólo al sector agrícola. Tras conocer la inminente aprobación de la declaración de impacto ambiental y el consiguiente comienzo de la construcción de la planta desalinizadora -como informó en Zaragoza hace dos días el director general de Acuamed, Adrián Baltanás- los regantes sólo tuvieron palabras de «agradecimiento» hacia el Gobierno central. El proyecto fue anunciado hace poco más de un año por la entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y generó una importante fractura en el seno de los regantes. Agrupados desde hace unos tres años en una federación creada ex profeso y liderada por Martínez Espinosa (adalid de las críticas hacia la política hídrica de Zapatero y presidente de la Junta Central del Vinalopó), los regantes más próximos al trasvase del Júcar no pudieron ocultar su disgusto con los de Elche y, en concreto, con la persona de su presidente, Manuel Serrano Richarte (que fue cabeza de lista del PP al Ayuntamiento de Elche). Ayer, el portavoz de Riegos de Levante, Ángel Urbina, restaba importancia a esta división en el seno agrícola y expresó la conveniencia de que el proyecto de la planta se agilice: «Hay que quitar la política del debate del agua, porque aquí hay 20.000 agricultores y cada uno vota a quien quiere». Asegura que esta planta «es la única solución para dieciocho pueblos, desde Mutxamel hasta Orihuela, después de que el PP y el PSOE se hayan cargado ya el trasvase Tajo-Segura». Urbina, alineado años atrás de forma muy rotunda contra la política hídrica del Gobierno central, explica que el trasvase que desde los años 70 da agua para la agricultura alicantina «se lo han cargado ya, porque el plan hidrológico de cuenca del Tajo no habla de caducidad en el 2015, sino que la adelanta al 2010 al duplicar el caudal ecológico y dar el agua de Levante a Madrid y a Toledo». «Se han repartido los 400 hectómetros que tenían pactada con el Sindicato Central de Regantes del Trasvase Tajo-Segura», denuncia Ángel Urbina, el cual alerta sobre las 35.000 hectáreas de zona agrícola de no ser por la desalinizadora que en breve empezará a construirse en Guardamar. Poco tiempo Los regantes de la mitad sur de Alicante gastan un mínimo de 4.000 metros cúbicos, lo que multiplicado por la zona regable establece una necesidad mínima de 140 hectómetros. La planta les suministrará unos 40 hectómetros al año y «garantiza nuestro futuro». Denuncia que en los últimos tres o cuatro años han tenido cinco minutos por tahúlla de riego «y nadie se ha acordado de nosotros, por lo que vemos en la desalinizadora una alternativa muy seria al trasvase Tajo-Segura, que ya se lo han cargado los políticos de los dos principales partidos», insiste Urbina. Riegos de Levante cree que el Tajo-Segura es viable «si el Gobierno busca agua en otras zonas, como Cáceres, y si Madrid tomas las aguas del Duero». Confían en firmar el convenio que les presentará en breve Baltanás y se comprometen a comprar el agua desalinizada a 30 céntimos de euro. La alcaldesa de Guardamar, Marylène Albentosa, acogió también con «satisfacción» las declaraciones en Zaragoza, donde participó en la Tribuna del Agua, de Baltanás y recogidas ayer por este diario. Subraya que en diciembre se aprobará el informe de impacto ambiental y que se licitará de forma inmediatamente después. Baltanás vaticinó el inicio de la obra en diciembre o a principios de año y su final para antes del 2011. La planta desalinizadora de Guardamar es la más retrasada de un conjunto de ocho, entre ellas las de Torrevieja, Mutxamel-El Campello y Dénia. El Ayuntamiento de Calpe ya ha solicitado también a Acuamed una planta para garantizar el abastecimiento humano en plena campaña turística.