The experts emphasize the bond of the energy and water saving
Wed, 03/09/2008
El ahorro de agua en el ámbito doméstico y empresarial lleva aparejado una reducción del consumo energético que puede alcanzar un 2% del total, según explicó el profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, Ricardo Cobacho, que insistió en la necesidad de mejorar la eficiencia en la distribución y el uso de ambos recursos. Uno de los principales retos de la actualidad es la reducción de las fugas de las redes de abastecimiento, que en algunas ciudades alcanza el 50%, como explicó Mohamed Bembiblia, expresidente del Instituto Mediterráneo del Agua.
El representante de la Comisión de Energía de California, Gary Klein, explicó que el ahorro de agua es todavía más importante en aquellas zonas donde se produce un mayor gasto energético en el proceso de extracción y distribución del agua, bien porque hay que elevarla con sistemas de bombeos para salvar un desnivel importante, como sucede en buena parte de California del Norte, o porque cuenta con procesos de producción más costosas que el uso del agua superficial, como sucede con la desalinización o la reutilización.
Klein mostró su preocupación por los escenarios que puede provocar en las próximas décadas el cambio climático, sobre todo en las zonas costeras a causa del aumento del nivel del mar, lo que puede sumergir grandes ciudades como Sacramento o Nueva Orleans. Para evitar esta y otras consecuencias dramáticas, el experto apostó por la adopción de medidas reales y puso como ejemplo el movimiento de los green plumbers
(fontaneros verdes) que pretende crear en EEUU una red de profesionales con acreditación en cinco ámbitos de su trabajo para que implementen y aconsejen a sus clientes sobre soluciones positivas para ahorrar agua.
Pero la relación entre el agua y la energía es especialmente importante en el sector empresarial, donde ambos recursos cobran un protagonismo esencial. Jurb Gerber, del Consejo Mundial de Empresas para el Desarrollo Sostenible, y que está formada por más de 200 multinacionales, apostó por cambiar mentalidades para aumentar la eficiencia y reducir los riesgos económicos y ambientales. "Si plantamos tomates en Marruecos para comer en Suizo hay grandes riesgos, porque el agua es un recurso limitado sobre todo en esa zona", explicó.
Según Gerber las empresas deben analizar los recursos existentes en una zona y las necesidades derivadas tanto de la producción como por los propios trabajadores antes de proceder a su instalación. "Hay que establecer tendencias aplicables a todos los sectores", concluyó este experto, para lo que reclamó la implicación de instituciones y las propias empresas.
El representante de la Comisión de Energía de California, Gary Klein, explicó que el ahorro de agua es todavía más importante en aquellas zonas donde se produce un mayor gasto energético en el proceso de extracción y distribución del agua, bien porque hay que elevarla con sistemas de bombeos para salvar un desnivel importante, como sucede en buena parte de California del Norte, o porque cuenta con procesos de producción más costosas que el uso del agua superficial, como sucede con la desalinización o la reutilización.
Klein mostró su preocupación por los escenarios que puede provocar en las próximas décadas el cambio climático, sobre todo en las zonas costeras a causa del aumento del nivel del mar, lo que puede sumergir grandes ciudades como Sacramento o Nueva Orleans. Para evitar esta y otras consecuencias dramáticas, el experto apostó por la adopción de medidas reales y puso como ejemplo el movimiento de los green plumbers
(fontaneros verdes) que pretende crear en EEUU una red de profesionales con acreditación en cinco ámbitos de su trabajo para que implementen y aconsejen a sus clientes sobre soluciones positivas para ahorrar agua.
Pero la relación entre el agua y la energía es especialmente importante en el sector empresarial, donde ambos recursos cobran un protagonismo esencial. Jurb Gerber, del Consejo Mundial de Empresas para el Desarrollo Sostenible, y que está formada por más de 200 multinacionales, apostó por cambiar mentalidades para aumentar la eficiencia y reducir los riesgos económicos y ambientales. "Si plantamos tomates en Marruecos para comer en Suizo hay grandes riesgos, porque el agua es un recurso limitado sobre todo en esa zona", explicó.
Según Gerber las empresas deben analizar los recursos existentes en una zona y las necesidades derivadas tanto de la producción como por los propios trabajadores antes de proceder a su instalación. "Hay que establecer tendencias aplicables a todos los sectores", concluyó este experto, para lo que reclamó la implicación de instituciones y las propias empresas.