Fuentepelayo transfers water to Navalmanzano to reduce arsenic contamination. A pipe of 4.5 kilometers connects the two municipalities from Segovia
Thu, 07/08/2008
Las localidades segovianas de Fuentepelayo y Navalmanzano, situadas a cinco kilómetros de distancia entre sí, han estrenado el primer trasvase provincial de agua que se realiza en Segovia.
Una tubería de cuatro kilómetros y medio, noventa centímetros de diámetro y sección de 10 atmósferas de presión, trata de solucionar los problemas de agua potable que padece el municipio de Navalmanzano.
El pueblo segoviano con 1.170 habitantes empadronados, suma cerca de dos mil residentes en verano y el mayor consumo de agua modifica los niveles de contaminación por arsénico. Es decir, su captación de aguas, a 125 metros de profundidad, en terrenos arenosos y muy permeables, a mayor consumo, evidencia mayor concentración de arsénico.
Navalmanzano es uno de los tres municipios segovianos -junto a Pinarejos y Sanchonuño- cuyo agua no es potable por la contaminación del terreno y sus acuíferos derivada de los purines.
Las analíticas periódicas que realizan las autoridades sanitarias determinaron, el pasado 8 de julio, que los niveles de arsénico por litro de agua superaban los diez microgramos, cantidad que hace no potable el agua, según la normativa europea que rige desde el 1 de enero de 2004. Hasta esa fecha los niveles permitidos se situaban en 50 microgramos por litro.
La cercana localidad de Fuentepelayo cuenta con una captación de agua, «totalmente equipada, con bomba y con cantidad suficiente», que se utilizaba exclusivamente para el riego de zonas verdes y de cuya existencia sabía el Diputado provincial de Desarrollo Rural, José Martín Sancho, que puso en contacto a ambos alcaldes.
La Diputación provincial mandó analizar el agua de esa captación para comprobar su potabilidad y tras confirmarse que era apta para el consumo, se encargó la obra de canalización a la empresa Tragsa que en una semana resolvió el trazado.
20.000 euros de presupuesto han servido para realizar un trasvase que última estos días la «receta» satisfactoria del agua potable.Se trata de que el agua del trasvase se mezcle con el agua de Navalmanzano y rebaje así los niveles de arsénico. Los dos primeros análisis efectuados por la autoridad sanitaria no habían dado resultados positivos. «Se espera un tercer análisis que dará resultados positivos porque ya los ha dado la analítica del Consorcio», señalaba ayer Martín Sancho.
Brindar con agua
Las fiestas patronales en honor de San Roque comenzarán el jueves y, según señala el alcalde de Navalmanzano, Miguel Angel Olmos, «nada gustaría más en el pueblo que poder celebrar las fiestas con agua potable y poder abandonar el reparto del agua mineral embotellada», afirma.
De momento el Consistorio sigue repartiendo 1,5 litros de agua diarios por habitante.
Un presupuesto que ha obligado a la Comisión de la Sequía -integrada por la Junta de Castilla y León y la Diputación provincial- ha invertir en dos semanas 6.400 euros para garantizar la 'bebida' a los habitantes de Navalmanzano.
Tanto el alcalde como el responsable de Desarrollo Rural reconocen las «facilidades» del terreno en el que se ha dispuesto el «trazado semienterrado» de 4,5 kilómetros de tubería que discurre por algunos terrenos municipales y en algunos tramos toma el margen de la carretera.
Una tubería de cuatro kilómetros y medio, noventa centímetros de diámetro y sección de 10 atmósferas de presión, trata de solucionar los problemas de agua potable que padece el municipio de Navalmanzano.
El pueblo segoviano con 1.170 habitantes empadronados, suma cerca de dos mil residentes en verano y el mayor consumo de agua modifica los niveles de contaminación por arsénico. Es decir, su captación de aguas, a 125 metros de profundidad, en terrenos arenosos y muy permeables, a mayor consumo, evidencia mayor concentración de arsénico.
Navalmanzano es uno de los tres municipios segovianos -junto a Pinarejos y Sanchonuño- cuyo agua no es potable por la contaminación del terreno y sus acuíferos derivada de los purines.
Las analíticas periódicas que realizan las autoridades sanitarias determinaron, el pasado 8 de julio, que los niveles de arsénico por litro de agua superaban los diez microgramos, cantidad que hace no potable el agua, según la normativa europea que rige desde el 1 de enero de 2004. Hasta esa fecha los niveles permitidos se situaban en 50 microgramos por litro.
La cercana localidad de Fuentepelayo cuenta con una captación de agua, «totalmente equipada, con bomba y con cantidad suficiente», que se utilizaba exclusivamente para el riego de zonas verdes y de cuya existencia sabía el Diputado provincial de Desarrollo Rural, José Martín Sancho, que puso en contacto a ambos alcaldes.
La Diputación provincial mandó analizar el agua de esa captación para comprobar su potabilidad y tras confirmarse que era apta para el consumo, se encargó la obra de canalización a la empresa Tragsa que en una semana resolvió el trazado.
20.000 euros de presupuesto han servido para realizar un trasvase que última estos días la «receta» satisfactoria del agua potable.Se trata de que el agua del trasvase se mezcle con el agua de Navalmanzano y rebaje así los niveles de arsénico. Los dos primeros análisis efectuados por la autoridad sanitaria no habían dado resultados positivos. «Se espera un tercer análisis que dará resultados positivos porque ya los ha dado la analítica del Consorcio», señalaba ayer Martín Sancho.
Brindar con agua
Las fiestas patronales en honor de San Roque comenzarán el jueves y, según señala el alcalde de Navalmanzano, Miguel Angel Olmos, «nada gustaría más en el pueblo que poder celebrar las fiestas con agua potable y poder abandonar el reparto del agua mineral embotellada», afirma.
De momento el Consistorio sigue repartiendo 1,5 litros de agua diarios por habitante.
Un presupuesto que ha obligado a la Comisión de la Sequía -integrada por la Junta de Castilla y León y la Diputación provincial- ha invertir en dos semanas 6.400 euros para garantizar la 'bebida' a los habitantes de Navalmanzano.
Tanto el alcalde como el responsable de Desarrollo Rural reconocen las «facilidades» del terreno en el que se ha dispuesto el «trazado semienterrado» de 4,5 kilómetros de tubería que discurre por algunos terrenos municipales y en algunos tramos toma el margen de la carretera.