El brote de botulismo detectado en los embalses del Hondo está empezando a remitir, según aseguró ayer el presidente de Riegos de Levante, Manuel Serrano. Se está procediendo a la desecación a la mayor celeridad posible -los trabajos durarán al menos quince días más-, y se siguen quemando las aves muertas que han aparecido. Según los datos, 459, de las que 274 se retiraron del embalse de Levante y 185 del de Poniente. Además, desde el pasado mes de mayo la comunidad viene alimentando a los ejemplares que siguen en el parque en las charcas de la zona sur, en las que el agua sí fluye y no hay riesgo de epidemia. Serrano compareció ayer para recordar que «el 7 de mayo se remitió a la conselleria el primer escrito solicitando la desecación», y para explicar que se pondrían en marcha una serie de medidas para retrasar en lo posible la llegada del brote, si antes no se autorizaba por parte de la Generalitat el desembalse. Desde mayo Se da la circunstancia de que la retirada y eliminación de los ejemplares muertos, el análisis de muestras o el traslado de las enfermas al Centro de Recuperación de Fauna de Santa Faz, como se ha solicitado en el fax remitido a la comunidad el viernes autorizando la desecación, ya se viene llevando a cabo desde la entidad de regantes desde mayo. El 22 de julio se envió un nuevo escrito y el 28 un tercero, en el que se comunicaba de manera oficial a la conselleria que el botulismo había hecho acto de presencia. Serrano aseguró que si no ha habido «una mayor mortandad de aves en El Hondo es por las medidas preventivas que la comunidad aplicó desde el mes de mayo y la diligencia en recuperar a los animales muertos y hacerlos desaparecer». Insistió en que la declaración de este paraje como parque natural y los decretos como el de protección de malvasía cabeciblanca, que impide movimientos de agua entre los meses de febrero y julio, han dificultado su gestión. Señaló que la conselleria ha puesto «una mole de mármol en el camino con el decreto que impide el normal funcionamiento de la distribución del agua en El Hondo, haciendo inviable que los embalses puedan ejercer la función primordial que tienen, que no es otra que la regulación del agua de riego, ya que por encima están las cuestiones medioambientales» El presidente de la Comunidad de Riegos de Levante, pese a todo, mostró su predisposición a «compartir» el Hondo pero sin negociar «a nuestros derechos. Los medioambientales pueden ser compatibles, pero no con leyes que ponen la vida de los patos por encima de las personas; es demencial atípico e impropio de una democracia». Defendió que si hoy en día existe esta zona húmeda «es porque en 1922 los agricultores hicieron dos embalses para poder guardar agua en invierno y regar en verano y, como consecuencia de ello, empezaron a llegar aves, peces y plantas. Sin esos dos embalses, que representan casi la mitad de extensión del parque natural, esta zona húmeda no sería nada». Además en la comunidad se tiene muy claro que «no meteremos agua mientras no consigamos retirar la sal acumulada. Pero no sé si tendremos tiempo de hacerlo. Las máquinas no pueden entrar si antes no se seca bien el suelo. No es solo sacar el agua. Después hay que esperar más de un mes, y si llueve en septiembre no podremos retirar la sal. Si es así, no meteremos agua a los embalses».