The CHE applies a pioneering system for studying the zebra mussel. The first tests were made in Mequinenza in September and also will be conducted in Ribarroja
Thu, 31/07/2008
El embalse de Mequinenza es el primero en Europa en el que se está aplicando un novedoso sistema basado en la acústica y las ondas de sonido mediante el sónar para evaluar las colonias de mejillón cebra que existen en este pantano, ampliamente copado por esta especie invasora y que genera graves problemas tanto en los ecosistemas en los que se asienta como en las bombas de riegos y canalizaciones de las cuencas donde hay poblaciones de este pequeño molusco.
El sistema empleado servirá para cartografiar el embalse y conocer algunos comportamientos que todavía se desconocen del mejillón. Esta es una de las principales preocupaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ante su proliferación en toda la cuenca.
Una empresa cántabra, Ecohydros, es la encargada de realizar estos sondeos pioneros para la detección y la evaluación de la presencia del mejillón cebra en masas de agua "no vadeables", según indicó Agustín Monteoliva, director general de la compañía. Es decir, en aquellos lugares donde no hay visibilidad suficiente como para detectar a simple vista o con otros mecanismos (como el muestreo de larvas) la presencia de diversas especies. Esto es lo que sucede en pantanos como el de Mequinenza, donde se empezaron los primeros sondeos a principios de junio y se pretenden concluir en septiembre. Será entonces cuando la misma empresa, y por encargo del organismo de cuenca, emprenda idéntica labor en el vecino embalse de Ribarroja.
Si se demuestra que este sistema es válido para estudiar la colonización del mejillón cebra en la cuenca del Ebro, no se descarta que se pueda aplicar el sónar en otros embalses afectados, como el del Sobrón o los pirenaicos. Según Monteoliva, es todavía "pronto" para extraer conclusiones de los datos obtenidos, aunque avanzó que la presencia de este molusco en Mequinenza es "masiva y heterogénea", ya que este pequeño animal "aprovecha para instalarse cualquier grieta de la roca y cualquier resquicio" del pantano.
PLAN DE CHOQUE La CHE invierte en este programa pionero más de 106.000 euros, dentro de la estrategia contra la plaga del mejillón cebra, que ya se ha detectado incluso en las cabeceras de los ríos pirenaicos. El Plan de Choque de la Confederación Hidrográfica del Ebro para el control del mejillón cebra recoge distintas líneas de acción, como campañas de control larvario en ríos y embalses, la edición de manuales para usuarios, la aprobación de las nuevas normas de navegación, las charlas divulgativas, la puesta en marcha de una señoría para usuarios, la construcción de estaciones de desinfección o la creación de una exposición itinerante informativa. El estudio que ayer se presentó públicamente está enmarcado dentro del capítulo de investigación y desarrollo.
El funcionamiento de las pruebas realizadas en el embalse de Mequinenza es el siguiente: un pequeño robot se sumerge en las profundidades del pantano y emite una serie de ondas acústicas que rebotan en todas las superficies. A través del eco, se obtienen una serie de datos que son recogidos en una terminal informática instalada en una embarcación. Con esos datos y una interpretación algorítmica, se puede cartografiar el pantano y conocer con exactitud la presencia del molusco en toda la masa de agua, incluso en las partes más profundas y de nula visibilidad.
El sistema empleado servirá para cartografiar el embalse y conocer algunos comportamientos que todavía se desconocen del mejillón. Esta es una de las principales preocupaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ante su proliferación en toda la cuenca.
Una empresa cántabra, Ecohydros, es la encargada de realizar estos sondeos pioneros para la detección y la evaluación de la presencia del mejillón cebra en masas de agua "no vadeables", según indicó Agustín Monteoliva, director general de la compañía. Es decir, en aquellos lugares donde no hay visibilidad suficiente como para detectar a simple vista o con otros mecanismos (como el muestreo de larvas) la presencia de diversas especies. Esto es lo que sucede en pantanos como el de Mequinenza, donde se empezaron los primeros sondeos a principios de junio y se pretenden concluir en septiembre. Será entonces cuando la misma empresa, y por encargo del organismo de cuenca, emprenda idéntica labor en el vecino embalse de Ribarroja.
Si se demuestra que este sistema es válido para estudiar la colonización del mejillón cebra en la cuenca del Ebro, no se descarta que se pueda aplicar el sónar en otros embalses afectados, como el del Sobrón o los pirenaicos. Según Monteoliva, es todavía "pronto" para extraer conclusiones de los datos obtenidos, aunque avanzó que la presencia de este molusco en Mequinenza es "masiva y heterogénea", ya que este pequeño animal "aprovecha para instalarse cualquier grieta de la roca y cualquier resquicio" del pantano.
PLAN DE CHOQUE La CHE invierte en este programa pionero más de 106.000 euros, dentro de la estrategia contra la plaga del mejillón cebra, que ya se ha detectado incluso en las cabeceras de los ríos pirenaicos. El Plan de Choque de la Confederación Hidrográfica del Ebro para el control del mejillón cebra recoge distintas líneas de acción, como campañas de control larvario en ríos y embalses, la edición de manuales para usuarios, la aprobación de las nuevas normas de navegación, las charlas divulgativas, la puesta en marcha de una señoría para usuarios, la construcción de estaciones de desinfección o la creación de una exposición itinerante informativa. El estudio que ayer se presentó públicamente está enmarcado dentro del capítulo de investigación y desarrollo.
El funcionamiento de las pruebas realizadas en el embalse de Mequinenza es el siguiente: un pequeño robot se sumerge en las profundidades del pantano y emite una serie de ondas acústicas que rebotan en todas las superficies. A través del eco, se obtienen una serie de datos que son recogidos en una terminal informática instalada en una embarcación. Con esos datos y una interpretación algorítmica, se puede cartografiar el pantano y conocer con exactitud la presencia del molusco en toda la masa de agua, incluso en las partes más profundas y de nula visibilidad.