INFORME
Los recursos hídricos de la cuenca del Matarraña, en régimen natural son de 99 hectómetros cúbicos al año, según los datos de la CHE, en el 2006. Este río tiene un importante afluente, el Algás, que con 70 kilómetros de longitud aporta al Matarraña 27 hectómetros cúbicos, mientras que el río Pena a la salida del embalse aporta 6. Junto a esto, el río está irrigado por una red de abundantes manantiales procedentes de acuíferos subterráneos. Descontadas las detracciones para distintos usos, el Matarraña vierte al Ebro anualmente 50 hectómetros cúbicos.

BUEN RÍO PARA BAÑARSE:
En Beceite existe la piscina natural Assut, donde los controles de calidad de la CHE indican que el Matarraña lleva en este punto un agua excelente para el baño. Los controles también indican que, salvo excepciones, la calidad del agua es apta para la vida de los peces, y la zona más sensible es el embalse de Ribarroja. Sin embargo, a la altura de Maella, se ha detectado un alto nivel de nitratos, siendo el nivel de sulfatos bajo. Sin embargo, la calidad química y biológica del agua en toda la cuenca y también en la del afluente Algás es buena o muy buena, dependiendo de las estaciones de medición.

CAUDAL ECOLÓGICO:
El Matarraña presenta muchos problemas para que se cumpla el caudal ecológico a lo largo de todo su recorrido, salvo en la estación instalada en Beceite (aguas abajo del canal del trasvase del Matarraña al embalse de Pena), donde se cumple casi siempre salvo en los años de sequía, que entonces se incumple el 90% de los días. En Nonaspe, ya en el curso bajo, el incumplimiento llega a ser del 70% de los días, con una tendencia en aumento. Igual sucede con los ríos afluentes. Tanto el Pena, como el Figuerales, el Tastavin y el Algás tienen problemas para cumplir con el caudal mínimo.

OBRAS HIDRÁULICAS:
La regulación de la cuenca del Matarraña se realiza mediante el embalse de Pena, situado en la zona de Valderrobres. Es una presa construida en 1930, con una capacidad máxima de 17,88 hectómetros y una zona inundable de 149 hectáreas. Actualmente está previsto un estudio de recrecimiento que ampliaría en casi 2 hectómetros cúbicos más la capacidad de almacenamiento. Este embalse se vacía durante la época de riego.
El embalse de Pena cuenta además con un acueducto que trasvasa agua desde el curso alto del Matarraña de 4,28 metros cúbicos por segundo y que también regula el río. El caudal regulado se destina a la mejora de las dotaciones de regadíos, al abastecimiento de poblaciones y al saneamiento de la cuenca. Además del embalse de Pena, el Matarraña está inundado también por el embalse de Ribarroja, pero este no regula el río.
Además en el año 2002 se construyeron para regar dos balsas laterales, La Trapa y Valdecomuna, incluidas en los acuerdos de Fabara de 1999 y previstas por decreto para paliar los efectos de la sequía. De este modo, aseguran el regadío de 1.814 hectáreas en Maella, Nonaspe, Fabara y Fayón. Ninguna de las dos están todavía funcionando a pleno rendimiento.
Junto a estas obras ya consolidadas hay varios planes de construcción de algún pequeño embalse más. Tras desecharse el de Torre del Compte de 23,5 hectómetros cúbicos, se mantiene la opción de hacer otro en el Tastavins, de 15 hectómetros cúbicos, o en el Ulldemó, de 1,8 hectómetros. Además hay licitadas dos balsas laterales de un hectómetro cada una en Torre del Compte y otra en Mazaleón, además de otras para regular el Tastavins y el Algás.

RIESGO DE INUNDACIÓN:
La Comisión Nacional de Protección Civil indicaba en 1985 que gran parte de la cuenca tenía un riesgo alto de inundación, mientras que entre Beceite y Fayón el riesgo es máximo. También el Algás, entre Lledó y Caseres presenta un riesgo máximo, igual que el río Pena desde el embalse hasta la desembocadura. La mayor inundación en los últimos 50 años fue en el 2.000, donde se llegó a alcanzar en Nonaspe hasta 1.350 metros cúbicos por segundo. Sin embargo, también presenta graves niveles de sequía.