The organisms of management to the hydrographic river basins: a common house

Wed, 09/07/2008

La tradición española en la gestión de los organismos de cuenca es larga. En el año 1926 se creó la Confederación Hidrográfica del Ebro. A partir de esta surgieron las demás para gestionar el agua delas cuencas que discurren por varias comunidades autónomas. A pesar del éxito de este modelo, las confederaciones pueden evolucionar, sobre todo teniendo en cuenta las crecientes competencias de las autonomías en sectores transversales con la sanidad, la industria, el medio ambiente o la agricultura.

Como anfitrión de la jornada sobre la "Gobernanza en los Organismos de Cuenca", Jose Luís Alonso, presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro se ha referido a las condiciones que en su opinión, y por mandato de la Directiva Marco del Agua en algunos casos, deben exigirse a los organismos de cuenca españoles para su evolución.

Por una parte considera que tienen que mantener la visión holística de los diferentes aspectos de la gestión de la cuenca porque deben integrar alrededor del agua multitud de planes que que pertenecen a diversas administraciones. La visión de las confederaciones debe incluirla gestión del día a día, la concesión de los derechos de uso o las tareas de control y sanción. Incluso las actuaciones de coservación deben estar dentro de la visión integradora que deben tener los organismos de cuenca

Esta visión debe incluir a los ciudadanos para que participen en la planificación y en el control. Alonso reconoce que, según un estudio de la CHE, sólo se puede conseguir la participación del 1% de los ciudadanos pero que una red del 35 sería suficiente. Los ciudadanos también son importantes para cambiar el uso que hacemos de los ríos, Alonso pide que no los tratemos como depuradoras o vertederos.

Otro de los aciertos de las confederaciones hidrográficas es su autonomía de funcionamiento, su grado de financiación es alto gracias a las aportaciones de los usuarios que participan en los órganos de decisión. Alonso opina que debería existir una fórmula jurídica para continuar con la autogestión sin dejar de ser una administración pública.

José Luis Alonso cree que la opinión pública está equivocada en su visión de las decisiones que se toman en cuanto a la gestión de agua. Afirma que los acuerdos en situaciones de emergencia se toman por unanimidad y que también ocurre esto en 16 de las 17 comisiones de desembalse que regulan el Ebro. Cree que existe una verdadera cultura de cuenca y que los organismos de gestión deberían definirse como una "casa común".