Experts stress that agriculture-forestry basque can be "important sink" of greenhouse gases
Thu, 05/06/2008
Expertos internacionales participan en las jornadas técnicas 'Adaptación al Cambio Climático y Agricultura', organizada en Bilbao por la Oficina Vasca de Cambio Climático con la colaboración de Neiker-Tecnalia, en las que se ha puesto de manifiesto que "el sector agrícola y forestal vasco puede actuar como un importante sumidero de Gases de Efecto Invernadero si se gestiona adecuadamente", según destacaron sus responsables.
En este sentido, indicaron que actualmente el sector agrícola y forestal sólo produce el 5 por ciento de los Gases de Efecto Invernadero que se emiten a la atmósfera en Euskadi, al tiempo que fija parte de estas emisiones a través de la biomasa y el suelo, que actúan como sumideros.
El sector agrario es uno de los más afectados por el cambio climático, por lo que se consideran necesarias políticas y prácticas de explotación agrícolas adaptadas a la nueva situación climática del planeta. Así se ha puesto de manifiesto en este encuentro profesional, dirigido a personas con responsabilidades e intereses en el sector agrario, así como a responsables y personal técnico de las Administraciones Públicas, de Asociaciones Agrarias, de Centros Tecnológicos y de I+D.
En las jornadas, participan los expertos internacionales César Izaurralde, investigador del 'Joint Global Change Research Institute'; Felipe Macías, catedrático de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de Santiago de Compostela y presidente de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo; Marta Camps, investigadora de Neiker-Tecnalia e ingeniera agrónoma; y Margarita Ruíz-Ramos, investigadora de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Durante su intervención, la especialista de Neiker-Tecnalia apuntó diversas estrategias para reducir los Gases de Efecto Invernadero en el sector agrícola y forestal vasco, como fomentar prácticas "más sostenibles" que reduzcan la erosión del suelo, establecer normas de protección de suelos con altos contenidos de carbono, pasar a uso forestal las tierras de cultivos marginales y recuperar suelos degradados.
Marta Camps también insistió en la necesidad de establecer una correcta ordenación de los montes y territorios, aumentar los productos forestales de calidad y sustituir combustibles fósiles por otras fuentes de energía renovables.
El catedrático Felipe Macias, por su parte, destacó la importancia del suelo como reservorio de carbono y la necesidad de aprender de los mecanismo de la propia naturaleza para aumentar la fijación de este elemento en los suelos que pueden constituir "un reservorio de primera magnitud". Así, remarcó el interés de la estabilización de los residuos orgánicos para su incorporación al suelo y la creación de Tecnosoles (suelos artificiales) a partir de residuos, con lo que "se consigue reutilizar residuos, secuestrar carbono y mejorar las propiedades de los suelos".
Tanto Cesar Izaurralde como Margarita Ruiz presentaron los resultados de modelos predictivos de escenarios climáticos para los próximos 100 años en EE.UU. y España así como los efectos que estos escenarios tendrán sobre la agricultura, la extensión de las zonas cultivables, los probables aumentos de producción asociados al incremento de CO2, y sobre los posibles problemas en cuanto a disponibilidad de recursos hídricos o alteraciones fenológicas de los cultivos.
Los pronósticos para el País Vasco incluyen una elevación moderada de las temperatura y una distribución irregular de las precipitaciones con concentración de eventos lluviosos en primavera y veranos "mucho más calidos y secos". En este contexto, ambos destacaron la necesidad de desarrollar medidas de adaptación para minimizar los efectos negativos y aprovechar los posibles efectos positivos.
Cesar Izaurralde, por su parte, recordó que la población mundial aumenta continuamente, mientras que las superficies agrícolas se mantienen estables. En este sentido, destacó el problema de la India, donde los cultivos se han intensificado por el aumento poblacional, una situación que ha llevado a que sus suelos estén "agotados" y que su producción sea muy baja. Igualmente, se refirió al caso de Bangladesh, donde los suelos tienen una gran contaminación por arsénico, que se ha traducido en graves problemas de salud para sus habitantes.
Las jornadas 'Adaptación al cambio climático y agricultura' fueron clausuradas por Martín Ascacibar, director de Innovación y Desarrollo Tecnológico del Departamento de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno vasco. Ascacibar señaló que la lucha contra el cambio climático debe hacerse teniendo en cuenta que la actividad agrícola y forestal deben ser económicamente rentables.
En este sentido, indicaron que actualmente el sector agrícola y forestal sólo produce el 5 por ciento de los Gases de Efecto Invernadero que se emiten a la atmósfera en Euskadi, al tiempo que fija parte de estas emisiones a través de la biomasa y el suelo, que actúan como sumideros.
El sector agrario es uno de los más afectados por el cambio climático, por lo que se consideran necesarias políticas y prácticas de explotación agrícolas adaptadas a la nueva situación climática del planeta. Así se ha puesto de manifiesto en este encuentro profesional, dirigido a personas con responsabilidades e intereses en el sector agrario, así como a responsables y personal técnico de las Administraciones Públicas, de Asociaciones Agrarias, de Centros Tecnológicos y de I+D.
En las jornadas, participan los expertos internacionales César Izaurralde, investigador del 'Joint Global Change Research Institute'; Felipe Macías, catedrático de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de Santiago de Compostela y presidente de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo; Marta Camps, investigadora de Neiker-Tecnalia e ingeniera agrónoma; y Margarita Ruíz-Ramos, investigadora de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Durante su intervención, la especialista de Neiker-Tecnalia apuntó diversas estrategias para reducir los Gases de Efecto Invernadero en el sector agrícola y forestal vasco, como fomentar prácticas "más sostenibles" que reduzcan la erosión del suelo, establecer normas de protección de suelos con altos contenidos de carbono, pasar a uso forestal las tierras de cultivos marginales y recuperar suelos degradados.
Marta Camps también insistió en la necesidad de establecer una correcta ordenación de los montes y territorios, aumentar los productos forestales de calidad y sustituir combustibles fósiles por otras fuentes de energía renovables.
El catedrático Felipe Macias, por su parte, destacó la importancia del suelo como reservorio de carbono y la necesidad de aprender de los mecanismo de la propia naturaleza para aumentar la fijación de este elemento en los suelos que pueden constituir "un reservorio de primera magnitud". Así, remarcó el interés de la estabilización de los residuos orgánicos para su incorporación al suelo y la creación de Tecnosoles (suelos artificiales) a partir de residuos, con lo que "se consigue reutilizar residuos, secuestrar carbono y mejorar las propiedades de los suelos".
Tanto Cesar Izaurralde como Margarita Ruiz presentaron los resultados de modelos predictivos de escenarios climáticos para los próximos 100 años en EE.UU. y España así como los efectos que estos escenarios tendrán sobre la agricultura, la extensión de las zonas cultivables, los probables aumentos de producción asociados al incremento de CO2, y sobre los posibles problemas en cuanto a disponibilidad de recursos hídricos o alteraciones fenológicas de los cultivos.
Los pronósticos para el País Vasco incluyen una elevación moderada de las temperatura y una distribución irregular de las precipitaciones con concentración de eventos lluviosos en primavera y veranos "mucho más calidos y secos". En este contexto, ambos destacaron la necesidad de desarrollar medidas de adaptación para minimizar los efectos negativos y aprovechar los posibles efectos positivos.
Cesar Izaurralde, por su parte, recordó que la población mundial aumenta continuamente, mientras que las superficies agrícolas se mantienen estables. En este sentido, destacó el problema de la India, donde los cultivos se han intensificado por el aumento poblacional, una situación que ha llevado a que sus suelos estén "agotados" y que su producción sea muy baja. Igualmente, se refirió al caso de Bangladesh, donde los suelos tienen una gran contaminación por arsénico, que se ha traducido en graves problemas de salud para sus habitantes.
Las jornadas 'Adaptación al cambio climático y agricultura' fueron clausuradas por Martín Ascacibar, director de Innovación y Desarrollo Tecnológico del Departamento de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno vasco. Ascacibar señaló que la lucha contra el cambio climático debe hacerse teniendo en cuenta que la actividad agrícola y forestal deben ser económicamente rentables.