The latest rain delay allowed entry 15 days emergency situation

Fri, 28/03/2008

EFE

Las lluvias y nevadas que han caído en los últimos días en el Pirineo catalán apenas han contribuido a aumentar el ínfimo nivel de los embalses de las cuencas internas de Cataluña, aunque han permitido retrasar otros quince días la entrada en situación de emergencia por la sequía.
De esta manera, no será, como mínimo, hasta el próximo 16 de abril, cuando las reservas de los pantanos del sistema Ter-Llobregat estén por debajo del 20 por ciento de su capacidad máxima, lo que implica la activación del escenario de emergencia, el más grave de los previstos, en el que se contemplan, entre otras medidas, la aplicación de restricciones en el consumo doméstico de agua.
En rueda de prensa, el conseller de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, ha valorado como "muy positiva", dentro de lo preocupante de la situación, este nuevo aplazamiento en la entrada en emergencia, que ha sido posible no sólo por las últimas precipitaciones, sino también por el descenso del consumo y la obtención de nuevos recursos hídricos.
Los embalses de las cuencas internas, que abastecen el área metropolitana de Barcelona, están a día de hoy al 21,2 por ciento de su capacidad máxima, la mitad que hace justo un año, aunque se mantiene la previsión de que no haya cortes de agua domiciliarios hasta pasado el verano.
En cualquier caso, el conseller ha subrayado que el gobierno catalán hará "lo que haga falta" para garantizar que haya agua para los 7,3 millones de habitantes de Cataluña, evitando que ningún embalse llegue a un nivel inferior al 15 por ciento de su volumen máximo.
Es por ello, ha explicado Baltasar, por lo que el departamento de Medio Ambiente se ha planteado la posibilidad de llevar agua del río Segre a la cuenca del Llobregat a partir de otoño, y por un período máximo de ocho meses, a través de una conducción que discurriría en paralelo al túnel del Cadí y que se desmontaría, como muy tarde, la próxima primavera.
El conseller se ha mostrado "sensible" a las críticas y el rechazo que ha generado esta opción entre las instituciones y actores sociales de Lleida, aunque ha asegurado que "es la mejor solución posible" a corto plazo para dar respuesta a la sequía sin precedentes que sufre Cataluña.
"Reclamo la colaboración de todas las administraciones, instituciones, sectores sociales y partidos y que actúen como está haciendo el conjunto de la ciudadanía", ha señalado Baltasar, que ha recordado que "las necesidades que se producen hoy en un lugar se pueden originar mañana en otro sitio".
El conseller ha revelado que antes de decantarse por esta opción se han estudiado otras posibilidades, como captar agua del pantano de Oliana para llevarla hasta el río Cardener, afluente del Llobregat, o trasvasar agua del canal de Urgell hasta el río Anoia, también afluente del Llobregat.
Sin embargo, los técnicos del departamento, partiendo de un estudio elaborado por la Agencia Catalana del Agua (ACA), se han decantado finalmente por la captación directa de agua del Segre, que se llevaría mediante catorce kilómetros de tuberías de un metro de diámetro y seis bombas impulsoras hasta el río Llobregat.
"Se ha buscado el recorrido más corto, más fácil y que menos impacto tiene en la actividad humana, agrícola y ecológica", ha indicado Baltasar, que comparecerá la próxima semana en el Parlament para informar de esta medida, que, en caso de llevarse a cabo, requeriría de la autorización del Gobierno.
El titular de Medio Ambiente se ha mostrado dispuesto a buscar "consensos" con el territorio y, en este sentido, ha anunciado que está prevista una reunión el próximo lunes en Lleida entre los responsables del departamento y los municipios afectados por este trasvase para dar a conocer los detalles de esta actuación.
Baltasar, por otro lado, ha explicado que el Puerto de Barcelona ya está listo para recibir los primeros barcos que traerán a la capital catalana agua potable procedente de Tarragona, Carboneras (Almería) y el sur de Francia.
"Estamos acabando de resolver los contratos con las compañías navieras a través de Aguas de Barcelona (Agbar)", ha comentado el conseller, que espera que la llegada de los primeros barcos se produzca a mediados del mes de mayo, como estaba previsto.