The worst drought since 1912 leading to limit the transfer Tagus-Segura
Thu, 27/03/2008
Los embalses de Entrepeñas y Buendía, de los que parte el trasvase Tajo-Segura, viven su peor sequía desde 1912. Y con el trasvase de 39 hectómetros cúbicos para consumo en Murcia, Alicante y Almería que ayer acordó el Ministerio de Medio Ambiente llegarán a la línea roja, los 240 hectómetros a partir de los cuales la ley impide trasvasar agua. Los más de dos millones de personas que dependen del trasvase quedarán así a expensas de las lluvias en Guadalajara.
El problema es que los embalses del alto Tajo viven la menor entrada de agua desde 1912. Además, el Guadalquivir y el Mediterráneo viven 'el peor cuatrienio que se recuerda'. Así lo certifican también los datos de la última comisión de la sequía de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), celebrada el pasado 14 de marzo. El embalse más importante, el de Alarcón, está bajo mínimos con 67,62 hectómetros -la reserva obligatoria es de 30 y la capacidad máxima de 1.118- y las entradas de agua en febrero fueron las segundas más bajas desde que se toman datos. Solo sale el agua necesaria para mantener el caudal ecológico.
El sistema del Júcar -de nuevo en estado de emergencia- afronta así otro duro verano de sequía que obligará a fuertes restricciones en el regadío para garantizar el abastecimiento. Los regadíos de la Acequia Real recibirán entre el 30% y el 50% del suministro del año pasado, ya reducido sobre lo habitual, aunque podrán extraer más de pozos tras la recarga del acuífero con las lluvias del otoño. En el Canal Júcar-Turia tendrán como mucho un 25% y deberán echar mano de aguas depuradas y pozos, como los agricultores del sistema del Turia, sometidos como el resto a restricciones. Castilla-La Mancha se verá obligada a un esfuerzo añadido para evitar que se seque el Júcar. La CHJ comprará derechos de extracción en las áreas más cercanas al río, del que el regadío no recibirá una gota.
El problema es que los embalses del alto Tajo viven la menor entrada de agua desde 1912. Además, el Guadalquivir y el Mediterráneo viven 'el peor cuatrienio que se recuerda'. Así lo certifican también los datos de la última comisión de la sequía de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), celebrada el pasado 14 de marzo. El embalse más importante, el de Alarcón, está bajo mínimos con 67,62 hectómetros -la reserva obligatoria es de 30 y la capacidad máxima de 1.118- y las entradas de agua en febrero fueron las segundas más bajas desde que se toman datos. Solo sale el agua necesaria para mantener el caudal ecológico.
El sistema del Júcar -de nuevo en estado de emergencia- afronta así otro duro verano de sequía que obligará a fuertes restricciones en el regadío para garantizar el abastecimiento. Los regadíos de la Acequia Real recibirán entre el 30% y el 50% del suministro del año pasado, ya reducido sobre lo habitual, aunque podrán extraer más de pozos tras la recarga del acuífero con las lluvias del otoño. En el Canal Júcar-Turia tendrán como mucho un 25% y deberán echar mano de aguas depuradas y pozos, como los agricultores del sistema del Turia, sometidos como el resto a restricciones. Castilla-La Mancha se verá obligada a un esfuerzo añadido para evitar que se seque el Júcar. La CHJ comprará derechos de extracción en las áreas más cercanas al río, del que el regadío no recibirá una gota.