Some 57% of Valencians thinks pay more taxes to combat global warming, according to a survey of the Generalitat
Thu, 15/11/2007
Un 57 por ciento de los valencianos estaría dispuesto a pagar más impuestos para combatir el calentamiento global de la Tierra, mientras que un 39 por ciento rechaza esta opción y un 4 por ciento no se pronuncia al respecto, según se desprende de una encuesta realizada por la Generalitat sobre el cambio climático, que dio a conocer hoy el vicepresidente del Consell, Vicente Rambla.
El estudio, encargado por la Generalitat a la empresa KMC Consultores, se realizó a través del teléfono en toda la Comunitat Valenciana, entre el 24 de octubre y el 9 de noviembre pasados. En total, se entrevistó a 1.800 personas, todas mayores de 18 años, 720 en Valencia, 598 en Alicante y 482 en Castellón.
Rambla comentó que este trabajo se ha hecho coincidiendo con la celebración esta semana en Valencia de la 27 reunión del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) con el fin de conocer "en qué medida los ciudadanos saben las actuaciones que se están tomando para ir reduciendo el efecto invernadero" y la posición de la sociedad ante este fenómeno.
Este sondeo indica también que un 81 por ciento de los ciudadanos de la Comunitat Valenciana ve bien que paguen más impuestos las actividades más contaminantes y que el ingreso por estos pagos se destine a luchar contra ese problema medioambiental, frente a un 14 por ciento que no comparte esta propuesta y un 5 por ciento que no responde. Un 66 por ciento piensa que las industrias no están tomando las medidas necesarias para mitigar la emisión de gases contaminantes.
Rambla, que estimó que estos datos son una "muestra evidente" de la "sensibilidad" de los valencianos ante los problemas medioambientales, aseguró, respecto a si el Consell se ha planteado incorporar un nuevo impuesto en este sentido, que "no se ha previsto" esta circunstancia.
A este respecto, señaló que "el conjunto de los ingresos que obtiene la Generalitat y las políticas que pone en marcha, con participación de todos sus ámbitos y de la iniciativa privada, está permitiendo poner en marcha innumerables iniciativas para contener la evolución del cambio climático". Reiteró por ello que no se cree que tenga que haber "un nuevo gravamen especial, más allá de las importantes sanciones a empresas o actividades que sean claramente perjudiciales al medio ambiente".
Vicente Rambla subrayó que en la Comunitat se realiza un seguimiento sobre la emisión de CO2 por parte de 122 empresas especialmente contaminantes incluidas en un inventario. Indicó que en 2005, 96 empresas emitían 8,9 toneladas de dióxido de carbono, una cifra que se mantuvo en 2006 con 122 empresas, por lo que señaló que es "evidente" la reducción de este tipo de emisiones y que se encuentra "por debajo de la media de España".
El vicepresidente destacó que de este estudio se desprende también que el 73,6 por ciento de los encuestados está de acuerdo con que antes de construir desaladoras es mejor optar por otras soluciones que emitan menos CO2, frente a un 11,4 por ciento que está en desacuerdo, así como que el 67,5 por ciento respalda que es preferible trasvasar agua a la construcción de grandes desaladoras, mientras que un 15,5 por ciento lo rechaza.
Aseveró que estos datos manifiestan "el conocimiento ciudadano sobre el impacto medioambiental que la utilización de desaladoras tienen, tanto por el importante consumo de energía que suponen y por la trascendencia que tiene en las costas el depósito de la salmuera proveniente de la desalación". Afirmó que dos de cada tres personas se pronuncian en este sentido y consideró que "no ofrece discusión" el "impacto" de las desaladoras, instalaciones que "consumen energía y depositan sal", dijo, frente al de los trasvases "una infraestructura que trasporta agua de un lugar en el que sobra a uno en el que falta".
La encuesta recoge que el 89,7 por ciento de los valencianos está de acuerdo con que debe haber más subvenciones para implantar energías renovables, frente a un 2,6 por ciento no lo cree así; que un 86,1 por ciento acepta que las energías renovables ayudan a reducir el cambio climático, mientras que un 2,6 por ciento no está de acuerdo con esta premisa.
En esta línea, sostuvo que un 87,2 por ciento acepta que en el futuro sólo debería utilizarse este tipo de energías, frente a un 4,3 por ciento que se pronuncia en contra. El 86 por ciento ha oído hablar de este tipo de suministros, y un 81 por ciento aceptaría pagar más, al comprarse un coche, si éste tuviera elementos para combatir la emisión de contaminantes.
El responsable autonómico explicó que, según el sondeo, el 39,6 por ciento y el 49,3 por ciento de los valencianos ha oído hablar mucho y bastante, respectivamente, del cambio climático o del calentamiento global del planeta Tierra, mientras que el 8,2 por ciento lo ha hecho poco y el 2,1 por ciento nada. Además, indicó que "dos de cada tres encuestados considera que el cambio climático tiene consecuencias reales en su vida cotidiana", frente a "uno de cada cuatro" que piensa que no.
PRIORIDADES.
Vicente Rambla, que señaló que este problema será "con el tiempo cada vez más perceptible", apuntó que, según el sondeo, un 86 por ciento de los entrevistados cree que las consecuencias del cambio climático afectan negativamente a la salud humana, mientras que un 8 por ciento dice que no y un 6 por ciento no se pronuncia.
Dijo también que dos de cada tres valencianos --un 63 por ciento-- reconoce haber oído del cambio climático; que cuatro de cada diez desconoce si se está actuando para cumplir con lo pactado en el Protocolo de Kioto para controlas las emisiones de los gases de efecto invernadero. Valoró, en esta línea, las medidas adoptadas por el Consell para afrontar este problema y citó el fomento de energías renovables y de los biocarburantes, los programas de eficiencia y ahorro, la promoción del transporte público, el cuidado de los bosques y el plan de residuos.
Por otro lado, resaltó que un 83 por ciento de los encuestados afirma que la desertización, la desaparición de especies, la gota fría, las inundaciones o otros problemas de la naturaleza son "consecuencia directa" del cambio climático, frente a un 9,2 por ciento que cree que lo son poco y un 3,6 por ciento nada. Respecto a las preocupaciones, la encuesta señala que el 59,1 por ciento da "máxima" prioridad a las políticas sanitarias, el 58,1 por ciento a las de agua, y el 56,2 por ciento a las de agua, seguidas de las de terrorismo, cambio climático, empleo, protección social, viviendas e infraestructuras.
El estudio, encargado por la Generalitat a la empresa KMC Consultores, se realizó a través del teléfono en toda la Comunitat Valenciana, entre el 24 de octubre y el 9 de noviembre pasados. En total, se entrevistó a 1.800 personas, todas mayores de 18 años, 720 en Valencia, 598 en Alicante y 482 en Castellón.
Rambla comentó que este trabajo se ha hecho coincidiendo con la celebración esta semana en Valencia de la 27 reunión del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) con el fin de conocer "en qué medida los ciudadanos saben las actuaciones que se están tomando para ir reduciendo el efecto invernadero" y la posición de la sociedad ante este fenómeno.
Este sondeo indica también que un 81 por ciento de los ciudadanos de la Comunitat Valenciana ve bien que paguen más impuestos las actividades más contaminantes y que el ingreso por estos pagos se destine a luchar contra ese problema medioambiental, frente a un 14 por ciento que no comparte esta propuesta y un 5 por ciento que no responde. Un 66 por ciento piensa que las industrias no están tomando las medidas necesarias para mitigar la emisión de gases contaminantes.
Rambla, que estimó que estos datos son una "muestra evidente" de la "sensibilidad" de los valencianos ante los problemas medioambientales, aseguró, respecto a si el Consell se ha planteado incorporar un nuevo impuesto en este sentido, que "no se ha previsto" esta circunstancia.
A este respecto, señaló que "el conjunto de los ingresos que obtiene la Generalitat y las políticas que pone en marcha, con participación de todos sus ámbitos y de la iniciativa privada, está permitiendo poner en marcha innumerables iniciativas para contener la evolución del cambio climático". Reiteró por ello que no se cree que tenga que haber "un nuevo gravamen especial, más allá de las importantes sanciones a empresas o actividades que sean claramente perjudiciales al medio ambiente".
Vicente Rambla subrayó que en la Comunitat se realiza un seguimiento sobre la emisión de CO2 por parte de 122 empresas especialmente contaminantes incluidas en un inventario. Indicó que en 2005, 96 empresas emitían 8,9 toneladas de dióxido de carbono, una cifra que se mantuvo en 2006 con 122 empresas, por lo que señaló que es "evidente" la reducción de este tipo de emisiones y que se encuentra "por debajo de la media de España".
El vicepresidente destacó que de este estudio se desprende también que el 73,6 por ciento de los encuestados está de acuerdo con que antes de construir desaladoras es mejor optar por otras soluciones que emitan menos CO2, frente a un 11,4 por ciento que está en desacuerdo, así como que el 67,5 por ciento respalda que es preferible trasvasar agua a la construcción de grandes desaladoras, mientras que un 15,5 por ciento lo rechaza.
Aseveró que estos datos manifiestan "el conocimiento ciudadano sobre el impacto medioambiental que la utilización de desaladoras tienen, tanto por el importante consumo de energía que suponen y por la trascendencia que tiene en las costas el depósito de la salmuera proveniente de la desalación". Afirmó que dos de cada tres personas se pronuncian en este sentido y consideró que "no ofrece discusión" el "impacto" de las desaladoras, instalaciones que "consumen energía y depositan sal", dijo, frente al de los trasvases "una infraestructura que trasporta agua de un lugar en el que sobra a uno en el que falta".
La encuesta recoge que el 89,7 por ciento de los valencianos está de acuerdo con que debe haber más subvenciones para implantar energías renovables, frente a un 2,6 por ciento no lo cree así; que un 86,1 por ciento acepta que las energías renovables ayudan a reducir el cambio climático, mientras que un 2,6 por ciento no está de acuerdo con esta premisa.
En esta línea, sostuvo que un 87,2 por ciento acepta que en el futuro sólo debería utilizarse este tipo de energías, frente a un 4,3 por ciento que se pronuncia en contra. El 86 por ciento ha oído hablar de este tipo de suministros, y un 81 por ciento aceptaría pagar más, al comprarse un coche, si éste tuviera elementos para combatir la emisión de contaminantes.
El responsable autonómico explicó que, según el sondeo, el 39,6 por ciento y el 49,3 por ciento de los valencianos ha oído hablar mucho y bastante, respectivamente, del cambio climático o del calentamiento global del planeta Tierra, mientras que el 8,2 por ciento lo ha hecho poco y el 2,1 por ciento nada. Además, indicó que "dos de cada tres encuestados considera que el cambio climático tiene consecuencias reales en su vida cotidiana", frente a "uno de cada cuatro" que piensa que no.
PRIORIDADES.
Vicente Rambla, que señaló que este problema será "con el tiempo cada vez más perceptible", apuntó que, según el sondeo, un 86 por ciento de los entrevistados cree que las consecuencias del cambio climático afectan negativamente a la salud humana, mientras que un 8 por ciento dice que no y un 6 por ciento no se pronuncia.
Dijo también que dos de cada tres valencianos --un 63 por ciento-- reconoce haber oído del cambio climático; que cuatro de cada diez desconoce si se está actuando para cumplir con lo pactado en el Protocolo de Kioto para controlas las emisiones de los gases de efecto invernadero. Valoró, en esta línea, las medidas adoptadas por el Consell para afrontar este problema y citó el fomento de energías renovables y de los biocarburantes, los programas de eficiencia y ahorro, la promoción del transporte público, el cuidado de los bosques y el plan de residuos.
Por otro lado, resaltó que un 83 por ciento de los encuestados afirma que la desertización, la desaparición de especies, la gota fría, las inundaciones o otros problemas de la naturaleza son "consecuencia directa" del cambio climático, frente a un 9,2 por ciento que cree que lo son poco y un 3,6 por ciento nada. Respecto a las preocupaciones, la encuesta señala que el 59,1 por ciento da "máxima" prioridad a las políticas sanitarias, el 58,1 por ciento a las de agua, y el 56,2 por ciento a las de agua, seguidas de las de terrorismo, cambio climático, empleo, protección social, viviendas e infraestructuras.