The hidrologic course ends like third year of rain deficit
Mon, 01/10/2007
El cielo sigue sin tratar bien a la provincia de Málaga.
Por tercera vez consecutiva el año hidrológico concluye con precipitaciones por debajo de la media histórica, es decir, que la sequía sigue vigente. Para el consuelo queda la constatación de que ha llovido más que en los dos cursos anteriores y que los ciclos secos suelen durar tres años, con lo que a partir de ahora debería producirse un repunte. Es lo que marcan las previsiones. Aunque nadie puede garantizarlo.
Los datos, en cualquier caso, no son del todo halagüeños, ya que entre el 1 de octubre de 2006 y el 30 de septiembre de este año (lo que dura el año hidrológico), se han recogido en Málaga algo más de 500 litros por metro cuadrado. La media histórica en la provincia es de casi 660 litros y la de los últimos quince años alcanza los 617, que son las cifras más o menos óptimas para considerar que el territorio no está afectado por la sequía. La conclusión es clara: sigue la sequía.
En el caso del año hidrológico recién finalizado no sólo hay que atender a la cantidad de precipitaciones, sino también a la calidad, es decir, cómo ha caído el agua y en qué zonas. Lo ideal, según Antonio Rodríguez Leal, director general de la Cuenca Mediterránea Andaluza (CMA), es que las lluvias sean de poca intensidad pero continuas, y sobre todo que se recojan en los lugares indicados, que no son otros que las cabeceras de pantano. En el caso de la provincia de Málaga, en el interior. Pero no ha sido así.
Antes al contrario, las lluvias se han concentrado sobre todo en la franja litoral, donde no son tan aprovechables, y además han caído con virulencia, de forma torrencial, algo que en ocasiones puede ser incluso más perjudicial que su propia ausencia. Precisamente Málaga capital y la comarca del Guadalhorce, que son las zonas afectadas por el vigente decreto de sequía, son las que menos se han beneficiado del año hidrológico. Allí donde más falta hacía el agua es donde más se ha echado de menos. Por tercera vez.
Embalses. La capacidad de embalse de la provincia de Málaga asciende a 613 hectómetros cúbicos -la capital consume unos 60 al año-, repartida entre siete pantanos. Las reservas actuales alcanzan los 151 hectómetros, es decir, exactamente la cuarta parte del total.
Sin embargo, el sistema del Guadalhorce, formado por las presas Guadalteba, Guadalhorce y Conde del Guadalhorce, encierra más agua ahora que el año pasado por estas mismas fechas, lo que permite asegurar que la situación es "mejor", según Rodríguez Leal, a pesar de que las reservas globales son inferiores ahora a las que había en septiembre de 2006 (174 hectómetros), es decir, al final del pasado año hidrológico.
El recién acabado ejercicio comenzó con fuertes lluvias en noviembre -cayeron 200 litros por metro cuadrado en día y medio-. Todo hacía pensar que el periodo seco podía acabar, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, aquel temporal sirvió para que el citado mes fuera es más húmedo de todo el ciclo. En términos absolutos, este último año hidrológico ha llovido un 80% de lo considerado normal; el pasado, un 75%, y el anterior (2004/05), un 55%. Fue el más seco de los últimos 60 años.
La CMA espera que el periodo hidrológico que ahora empieza sea normal, es decir, con medidas de entre 620 y 630 litros por metro cuadrado, lo que significaría el fin de la sequía. No hay que olvidar que las obras de emergencia que se pusieron en marcha por la falta continuada de lluvias han conseguido bajar el consumo en el litoral en un 10% en relación a hace dos años.
Por tercera vez consecutiva el año hidrológico concluye con precipitaciones por debajo de la media histórica, es decir, que la sequía sigue vigente. Para el consuelo queda la constatación de que ha llovido más que en los dos cursos anteriores y que los ciclos secos suelen durar tres años, con lo que a partir de ahora debería producirse un repunte. Es lo que marcan las previsiones. Aunque nadie puede garantizarlo.
Los datos, en cualquier caso, no son del todo halagüeños, ya que entre el 1 de octubre de 2006 y el 30 de septiembre de este año (lo que dura el año hidrológico), se han recogido en Málaga algo más de 500 litros por metro cuadrado. La media histórica en la provincia es de casi 660 litros y la de los últimos quince años alcanza los 617, que son las cifras más o menos óptimas para considerar que el territorio no está afectado por la sequía. La conclusión es clara: sigue la sequía.
En el caso del año hidrológico recién finalizado no sólo hay que atender a la cantidad de precipitaciones, sino también a la calidad, es decir, cómo ha caído el agua y en qué zonas. Lo ideal, según Antonio Rodríguez Leal, director general de la Cuenca Mediterránea Andaluza (CMA), es que las lluvias sean de poca intensidad pero continuas, y sobre todo que se recojan en los lugares indicados, que no son otros que las cabeceras de pantano. En el caso de la provincia de Málaga, en el interior. Pero no ha sido así.
Antes al contrario, las lluvias se han concentrado sobre todo en la franja litoral, donde no son tan aprovechables, y además han caído con virulencia, de forma torrencial, algo que en ocasiones puede ser incluso más perjudicial que su propia ausencia. Precisamente Málaga capital y la comarca del Guadalhorce, que son las zonas afectadas por el vigente decreto de sequía, son las que menos se han beneficiado del año hidrológico. Allí donde más falta hacía el agua es donde más se ha echado de menos. Por tercera vez.
Embalses. La capacidad de embalse de la provincia de Málaga asciende a 613 hectómetros cúbicos -la capital consume unos 60 al año-, repartida entre siete pantanos. Las reservas actuales alcanzan los 151 hectómetros, es decir, exactamente la cuarta parte del total.
Sin embargo, el sistema del Guadalhorce, formado por las presas Guadalteba, Guadalhorce y Conde del Guadalhorce, encierra más agua ahora que el año pasado por estas mismas fechas, lo que permite asegurar que la situación es "mejor", según Rodríguez Leal, a pesar de que las reservas globales son inferiores ahora a las que había en septiembre de 2006 (174 hectómetros), es decir, al final del pasado año hidrológico.
El recién acabado ejercicio comenzó con fuertes lluvias en noviembre -cayeron 200 litros por metro cuadrado en día y medio-. Todo hacía pensar que el periodo seco podía acabar, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, aquel temporal sirvió para que el citado mes fuera es más húmedo de todo el ciclo. En términos absolutos, este último año hidrológico ha llovido un 80% de lo considerado normal; el pasado, un 75%, y el anterior (2004/05), un 55%. Fue el más seco de los últimos 60 años.
La CMA espera que el periodo hidrológico que ahora empieza sea normal, es decir, con medidas de entre 620 y 630 litros por metro cuadrado, lo que significaría el fin de la sequía. No hay que olvidar que las obras de emergencia que se pusieron en marcha por la falta continuada de lluvias han conseguido bajar el consumo en el litoral en un 10% en relación a hace dos años.