President of the Water Partnership
Tue, 25/09/2007
Su nombramiento llevó la calma a un Consorcio de Aguas acosado por las polémicas, y aunque también le ha tocado afrontar algún momento de crisis, Ibon Areso encara desde la semana pasada su segundo mandato al frente de la entidad gestora del servicio de aguas.
Con la conclusión del Plan de saneamiento iniciado en los 70 como principal reto, Areso hace repaso de su labor al frente del Consorcio y perfila los retos que tendrá que afrontar durante los próximos cuatro años.Pregunta.- Hoy las aguas están más calmadas, pero heredó usted un Consorcio muy crispado...Respuesta.- Es verdad, en aquellos momentos había mucha tensión, aunque las cosas se fueron tranquilizando poco a poco. El problema, como diría Zapatero, era de talante, de estar abiertos al diálogo y atender peticiones que podían ser razonables: un mayor control de la asamblea sobre Udalsareak, cambios en los estatutos y alguna medida más que logró normalizar la situación.P.- Sin embargo luego le esperarían momentos muy duros...R.- Sí, una de las épocas de mayor dificultad fueron las famosas huelgas en las depuradoras, que pusieron en jaque todo el esfuerzo que se había hecho en el saneamiento y la recuperación de la Ría. El conflicto no era tanto por cuestiones económicas como porque el personal de las contratas pretendía tener una entrada directa al Consorcio sin los mecanismos de oposición que establece la ley. Aquello nos llevó a plantear que había que asumir como propias las plantillas de Galindo y Venta Alta y al final se hicieron unos procesos muy limpios, dando primas a la antigüedad pero respetando los principios de igualdad, mérito y capacidad.P.- Otro problema que se vio obligado a afrontar fue la sequía del pasado año...R.- Aquello nos produjo una gran preocupación. La gente no fue muy consciente del problema que tuvimos, pero llovió menos que durante las famosas sequías de los años 91, 92 y 93, cuando hubo aquellas restricciones que todo el mundo recuerda. Nosotros hemos tenido la suerte de que sólo duró un año y que desde entonces el consumo se ha reducido.P.- En su momento se pusieron sobre la mesa varios proyectos para atajar el problema, ¿qué hay de todo eso?R.- Hay que puntualizar que el riesgo estadístico de que ocurra algo parecido es de 15 años, pero en una sociedad moderna no parece muy asumible tener que andar con cortes auque sea de tarde en tarde. Así que lo primero es tratar de ahorrar la mayor cantidad de agua posible. Esto no se tiene que hacer tanto en los domicilios, que también, como en la industria, donde se dan los consumos más elevados. En este sentido estamos buscando recursos alternativos, por ejemplo el uso de agua no potable o su reutilización cuando la planta industrial no cuenta con recursos hídricos cerca.R.- Evitar las fugas en el sistema es otra forma de ahorrar...P.- En la red primaria, la que depende del Consorcio, el rendimiento es cercano al 100%. Donde se producen más fugas es en la red secundaria, que tiene muchos más kilómetros y es más difícil de controlar. Ahí la competencia es de los ayuntamientos, aunque algunos de ellos delegan en Udalsarea, pero están trabajando en ello. Y eso nosotros lo notamos, estamos vendiendo mucha menos agua a los municipios.R.- ¿Y qué me dice de la creación de nuevas reservas de agua?P.- Después de analizar distintas alternativas, en el último consejo de administración de la pasada legislatura se adjudicó un estudio para la construcción de un nuevo reservorio. Un buen emplazamiento son los pantanos del Zadorra, manteniendo, claro está, la colaboración con Vitoria para evitar desbordamientos en épocas de lluvia. Ocurre que antes de que el Consorcio comprase los derechos de abastecimiento el pantano se creó para producir energía. Hoy ese uso se mantiene, de hecho se turbina el doble del agua que se consume, y lo que nosotros barajamos es la posibilidad de guardar parte de ese agua que va a parar al mar.P.- ¿Qué dice la Confederación Hidrográfica del Ebro al respecto?R.- De momento estamos buscando propuestas, así es más fácil llegar a acuerdos. Pero la última palabra la tienen la Mesa del agua de la ministra Narbona y la del Gobierno vasco. Se podría decir que si ellos no lo hacen podríamos hacerlo nosotros, pero yo no estoy de acuerdo. No como presidente, sino como usuario: sería un agravio pagar en el recibo del agua inversiones que en otros lugares han financiado las instituciones pertinentes.P.- ¿Y qué hay de otro de los caballos de batalla de su pasado mandato, las inversiones en Sudamérica?R.- Está zanjado, aunque tengo que decir que aquí hubo un tratamiento muy injusto. Se decía que aquellas inversiones eran una aventura americana, que iba a tener pérdidas multimillonarias que acabarían pagando los consumidores... Y eso que la decisión de tomar parte en estas operaciones se tomó por unanimidad de la asamblea, incluidos los partidos que luego la criticarían. El cambio de paridad entre el dólar y las monedas de Argentina y Uruguay puso en riesgo el proyecto, pero aun así en este último país cerramos en números azules, aunque no ganamos mucho. O sea que ese discurso tremendista fue muy desgastador, pero no cierto.P.- ¿Y qué hay de Argentina?R.- La operación se ha cerrado administrativamente, pero estamos pendientes del arbitrio del Banco Mundial porque entendemos que nos tienen que reponer unos gastos e inversiones que hicimos.Esperamos que cuando se zanje este asunto el saldo sea positivo, aunque tampoco vamos a ganar demasiado. En determinados momentos se cargaron las tintas con una determinada intencionalidad política y luego muchas cosas que se dijeron resultaron no ser verdad.P.- ¿Cuáles son los retos de su próximo mandato?R.- Una de las cosas que más ilusión me hace es culminar el Plan de saneamiento después de 30 años de trabajo. La gente no es consciente, pero el saneamiento de la Ría ha sido la obra medioambiental más importante de Euskadi, con una inversión de 800 millones de euros que sólo supera el Metro. Cuando empezamos a trabajar, el agua no tenía oxígeno y hoy llegamos al 60%. Y para que haya peces se requiere al menos un 20%.P.- ¿Dan por completada la regeneración de la Ría?R.- No, porque desde que se elaboró el plan las exigencias medioambientales han evolucionado. Hoy el agua presenta una acumulación de determinados elementos que aunque no son nocivos podrían producir un crecimiento desmesurado de ciertas algas y también empeorar la calidad de las playas del Abra. Así que nuestros servicios técnicos consideran que lo más adecuado es crear un emisario submarino que lleve mar adentro los vertidos de Galindo, allí ese agua se regenerará.Pero es un proyecto de futuro, ahora la prioridad para la Confederación es construir la depuradora de Lamiako.P.- Hablando de ese proyecto, los vecinos no lo ven con simpatía...R.- La depuradora que se va a construir ahí no será como la de Galindo, quedará más integrada en el entorno. Será una planta de última generación, más compacta, soterrada en su mayor parte y con unas edificaciones que nada tienen que ver con la arquitectura industrial. Además, una parte importante del suelo que hemos reservado se destinará a zona verde.P.- ¿Cuándo será realidad?R.- Depende del Ministerio de Medio Ambiente y de la Confederación, pero esperamos que comiencen en esta legislatura. Lo que no sabemos es si concluirá también en este mandato, pero el proyecto está en los presupuestos plurianuales del Gobierno central.P.- Este miércoles les toca aprobar los presupuestos de 2008 ¿Se prevén subidas en el recibo del agua?R.- La previsión que mantenemos es de subir el IPC. Pero en algún momento antes de 2010 tendrá que haber subidas. Esto no será sólo en Bizkaia, sino en todas partes, porque las normativas europeas dicen muy claramente que las infraestructuras que hoy subvencionan las administraciones deben revetirse en el recibo del agua. Pero pese a las inversiones no creemos que aquí el recibo del agua se vaya a disparar porque tenemos resuelto el problema del saneamiento y el alcantarillado.
Con la conclusión del Plan de saneamiento iniciado en los 70 como principal reto, Areso hace repaso de su labor al frente del Consorcio y perfila los retos que tendrá que afrontar durante los próximos cuatro años.Pregunta.- Hoy las aguas están más calmadas, pero heredó usted un Consorcio muy crispado...Respuesta.- Es verdad, en aquellos momentos había mucha tensión, aunque las cosas se fueron tranquilizando poco a poco. El problema, como diría Zapatero, era de talante, de estar abiertos al diálogo y atender peticiones que podían ser razonables: un mayor control de la asamblea sobre Udalsareak, cambios en los estatutos y alguna medida más que logró normalizar la situación.P.- Sin embargo luego le esperarían momentos muy duros...R.- Sí, una de las épocas de mayor dificultad fueron las famosas huelgas en las depuradoras, que pusieron en jaque todo el esfuerzo que se había hecho en el saneamiento y la recuperación de la Ría. El conflicto no era tanto por cuestiones económicas como porque el personal de las contratas pretendía tener una entrada directa al Consorcio sin los mecanismos de oposición que establece la ley. Aquello nos llevó a plantear que había que asumir como propias las plantillas de Galindo y Venta Alta y al final se hicieron unos procesos muy limpios, dando primas a la antigüedad pero respetando los principios de igualdad, mérito y capacidad.P.- Otro problema que se vio obligado a afrontar fue la sequía del pasado año...R.- Aquello nos produjo una gran preocupación. La gente no fue muy consciente del problema que tuvimos, pero llovió menos que durante las famosas sequías de los años 91, 92 y 93, cuando hubo aquellas restricciones que todo el mundo recuerda. Nosotros hemos tenido la suerte de que sólo duró un año y que desde entonces el consumo se ha reducido.P.- En su momento se pusieron sobre la mesa varios proyectos para atajar el problema, ¿qué hay de todo eso?R.- Hay que puntualizar que el riesgo estadístico de que ocurra algo parecido es de 15 años, pero en una sociedad moderna no parece muy asumible tener que andar con cortes auque sea de tarde en tarde. Así que lo primero es tratar de ahorrar la mayor cantidad de agua posible. Esto no se tiene que hacer tanto en los domicilios, que también, como en la industria, donde se dan los consumos más elevados. En este sentido estamos buscando recursos alternativos, por ejemplo el uso de agua no potable o su reutilización cuando la planta industrial no cuenta con recursos hídricos cerca.R.- Evitar las fugas en el sistema es otra forma de ahorrar...P.- En la red primaria, la que depende del Consorcio, el rendimiento es cercano al 100%. Donde se producen más fugas es en la red secundaria, que tiene muchos más kilómetros y es más difícil de controlar. Ahí la competencia es de los ayuntamientos, aunque algunos de ellos delegan en Udalsarea, pero están trabajando en ello. Y eso nosotros lo notamos, estamos vendiendo mucha menos agua a los municipios.R.- ¿Y qué me dice de la creación de nuevas reservas de agua?P.- Después de analizar distintas alternativas, en el último consejo de administración de la pasada legislatura se adjudicó un estudio para la construcción de un nuevo reservorio. Un buen emplazamiento son los pantanos del Zadorra, manteniendo, claro está, la colaboración con Vitoria para evitar desbordamientos en épocas de lluvia. Ocurre que antes de que el Consorcio comprase los derechos de abastecimiento el pantano se creó para producir energía. Hoy ese uso se mantiene, de hecho se turbina el doble del agua que se consume, y lo que nosotros barajamos es la posibilidad de guardar parte de ese agua que va a parar al mar.P.- ¿Qué dice la Confederación Hidrográfica del Ebro al respecto?R.- De momento estamos buscando propuestas, así es más fácil llegar a acuerdos. Pero la última palabra la tienen la Mesa del agua de la ministra Narbona y la del Gobierno vasco. Se podría decir que si ellos no lo hacen podríamos hacerlo nosotros, pero yo no estoy de acuerdo. No como presidente, sino como usuario: sería un agravio pagar en el recibo del agua inversiones que en otros lugares han financiado las instituciones pertinentes.P.- ¿Y qué hay de otro de los caballos de batalla de su pasado mandato, las inversiones en Sudamérica?R.- Está zanjado, aunque tengo que decir que aquí hubo un tratamiento muy injusto. Se decía que aquellas inversiones eran una aventura americana, que iba a tener pérdidas multimillonarias que acabarían pagando los consumidores... Y eso que la decisión de tomar parte en estas operaciones se tomó por unanimidad de la asamblea, incluidos los partidos que luego la criticarían. El cambio de paridad entre el dólar y las monedas de Argentina y Uruguay puso en riesgo el proyecto, pero aun así en este último país cerramos en números azules, aunque no ganamos mucho. O sea que ese discurso tremendista fue muy desgastador, pero no cierto.P.- ¿Y qué hay de Argentina?R.- La operación se ha cerrado administrativamente, pero estamos pendientes del arbitrio del Banco Mundial porque entendemos que nos tienen que reponer unos gastos e inversiones que hicimos.Esperamos que cuando se zanje este asunto el saldo sea positivo, aunque tampoco vamos a ganar demasiado. En determinados momentos se cargaron las tintas con una determinada intencionalidad política y luego muchas cosas que se dijeron resultaron no ser verdad.P.- ¿Cuáles son los retos de su próximo mandato?R.- Una de las cosas que más ilusión me hace es culminar el Plan de saneamiento después de 30 años de trabajo. La gente no es consciente, pero el saneamiento de la Ría ha sido la obra medioambiental más importante de Euskadi, con una inversión de 800 millones de euros que sólo supera el Metro. Cuando empezamos a trabajar, el agua no tenía oxígeno y hoy llegamos al 60%. Y para que haya peces se requiere al menos un 20%.P.- ¿Dan por completada la regeneración de la Ría?R.- No, porque desde que se elaboró el plan las exigencias medioambientales han evolucionado. Hoy el agua presenta una acumulación de determinados elementos que aunque no son nocivos podrían producir un crecimiento desmesurado de ciertas algas y también empeorar la calidad de las playas del Abra. Así que nuestros servicios técnicos consideran que lo más adecuado es crear un emisario submarino que lleve mar adentro los vertidos de Galindo, allí ese agua se regenerará.Pero es un proyecto de futuro, ahora la prioridad para la Confederación es construir la depuradora de Lamiako.P.- Hablando de ese proyecto, los vecinos no lo ven con simpatía...R.- La depuradora que se va a construir ahí no será como la de Galindo, quedará más integrada en el entorno. Será una planta de última generación, más compacta, soterrada en su mayor parte y con unas edificaciones que nada tienen que ver con la arquitectura industrial. Además, una parte importante del suelo que hemos reservado se destinará a zona verde.P.- ¿Cuándo será realidad?R.- Depende del Ministerio de Medio Ambiente y de la Confederación, pero esperamos que comiencen en esta legislatura. Lo que no sabemos es si concluirá también en este mandato, pero el proyecto está en los presupuestos plurianuales del Gobierno central.P.- Este miércoles les toca aprobar los presupuestos de 2008 ¿Se prevén subidas en el recibo del agua?R.- La previsión que mantenemos es de subir el IPC. Pero en algún momento antes de 2010 tendrá que haber subidas. Esto no será sólo en Bizkaia, sino en todas partes, porque las normativas europeas dicen muy claramente que las infraestructuras que hoy subvencionan las administraciones deben revetirse en el recibo del agua. Pero pese a las inversiones no creemos que aquí el recibo del agua se vaya a disparar porque tenemos resuelto el problema del saneamiento y el alcantarillado.