An expert of the USAL says that the ocean is basic in the climatic change but little in account is had

Mon, 27/08/2007

EFE

El catedrático de Paleontología de la Universidad de Salamanca (USAL) José Abel Flores considera que el Océano se tiene "poco en cuenta" a la hora de hablar del cambio climático, cuando "en nuestro planeta quien lleva la energía, transporta el calor y define los climas es el agua del mar".
Flores acaba de regresar de un viaje junto a los profesores Francisco Javier Sierro y Elena Colmenero, integrantes los tres de la delegación de la USAL que ha participado en la expedición realizada por el buque de la Armada Española, Hespérides, durante veinte días por el Ártico.
En una entrevista concedida a Efe, el catedrático explicó que el objetivo del viaje en el que han surcado las aguas de las Svalbard, un archipiélago situado al norte de Noruega y muy próximo al Polo, ha sido el de recabar microfósiles y sedimentos marinos que "permitirán estudiar cómo ha evolucionado el clima en los últimos años".
El proyecto, propiciado por el Ministerio de Educación y Ciencia dentro de los actos del Año Internacional Polar, forma parte de una iniciativa en la que participan más de 60 países entre los que se encuentran Estados Unidos, Francia, Alemania, Gran Bretaña y Rusia.
Durante las tres semanas que ha durado la expedición, la tarea de los científicos salmantinos ha consistido en recuperar sedimentos del fondo del mar, trabajo que realizaron introduciendo una jeringuilla gigante hasta casi 2.000 metros, en algunos casos, para posteriormente ser analizados.
De lo que se trata, según Flores, es de analizar los microfósiles obtenidos con el objetivo de "ver qué antigüedad tienen esos sedimentos para estudiar el clima" y, por otra parte, "constatar las características ambientales históricas, es decir, si ha habido más calor o más frío o más o menos hielo".
El Hespérides también tenía como misión la reconstrucción de la cartografía del fondo del océano de una zona a la que es difícil el acceso de barcos y que se conoce "peor que la superficie de Marte", aseguró el científico, con la que constatar "cómo progresaban los glaciares y ver los deslizamientos del fondo marino".
A su juicio, la expedición ha sido "muy satisfactoria", ya que la "cartografía preliminar es excelente" y desde el punto de vista que "nos corresponde a nosotros", prosiguió, "hemos recuperado un material para los últimos 10.000 años, que es el último episodio de clima regular en la tierra".
En este sentido, añadió, que algunos de los datos existentes "ponen de manifiesto que en los últimos 5.000 años se han producido cambios drásticos en el clima del entorno del Polo Norte con enfriamientos radicales".
El catedrático de Paleontología, aunque calificó de "evidente" el efecto humano en el cambio climático, mostró su beligerancia con hacer de este proceso "algo catastrófico".
"El problema, prosiguió, es que desconocemos hacia dónde va a ir, no sabemos los efectos que va a producir y ni siquiera si se va a sumar calor o darse enfriamientos".
Según explicó, en el año 1000 "las cosas no eran idénticas, hacía más calor, aunque quizá no tanto como puede llegar a suceder ahora de acuerdo con los modelos, pero, desde luego, algo fue distinto".
A su juicio, en dos o tres décadas "pueden darse cambios en las subidas del nivel del mar de dos o tres centímetros, y no por deshielo marino, sino por la dilatación del agua".
José Abel Flores estimó que, de cumplirse las previsiones, "habrá una modificación de las bandas climáticas", lo cual repercutirá en la temperatura media, en los cultivos y en las precipitaciones, lo que llevará a que "haya zonas que, probablemente, sean más áridas y otras más lluviosas".
En su opinión, el problema "más grave" del cambio climático si se produce está en que los tiempos de respuesta en el Océano no son inmediatos, y por este motivo "puede que haya un verdadero desastre si se cumple todo, si bien la alteración a nivel generacional no será muy llamativa".