Technicians confirms that water from Yesa dam will increase water quality
Thu, 23/08/2007
El jefe del Servicio de Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento de Zaragoza, Alfonso Narvaiza, insistió ayer en que la llegada de agua desde el Pirineo, a través del embalse de La Loteta, mejorará notablemente el suministro a la capital aragonesa. "El agua de la ciudad es potable -señaló-, pero sería deseable que tuviese menos sales y sulfatos, para echar menos cloro; creo que cuando venga el agua de Yesa estaremos mucho más tranquilos, tendremos un agua mucho mejor". Por su parte, y pese al retraso que acumulan las obras del proyecto, la Confederación Hidrográfica de Ebro (CHE) sigue confiando en que los zaragozanos puedan empezar a beber agua de Yesa en 2009.
La potabilizadora de Casablanca capta agua no apta para el consumo humano, que trata para su transformación en agua potable, a través de unos procesos físicos y químicos. La primera fase es el desbaste y consiste en filtrar el agua por rejas de diferentes tamaños para eliminar sólidos. Después, se trata el agua con carbón activo, que reduce la tasa de "materia orgánica y produce un mejor sabor y olor".
El siguiente paso es la floculación y decantación. En la planta de la capital aragonesa existen trece decantadoras que realizan una estas tareas. Con este proceso físico, "los lodos bajan al fondo" por la acción de la gravedad, por lo que el agua "que surge por arriba ya sale mucho más depurada".
Uno de las fases más importantes de la potabilización es la cloración del agua, ya que, como ha explicado Narvaiza, "bacteria que coge, bacteria que mata". En estos momentos, existen tres estaciones de cloración: una en la carretera de Logroño, otra en el puente del Gállego, y una tercera en la Almozara. Según los técnicos municipales, su puesta en marcha ha permitido reducir el cloro utilizado en el proceso entre un 15 y un 20 ciento. Próximamente, la ciudad contará con otras cuatro plantas de cloración.
La potabilizadora de Casablanca capta agua no apta para el consumo humano, que trata para su transformación en agua potable, a través de unos procesos físicos y químicos. La primera fase es el desbaste y consiste en filtrar el agua por rejas de diferentes tamaños para eliminar sólidos. Después, se trata el agua con carbón activo, que reduce la tasa de "materia orgánica y produce un mejor sabor y olor".
El siguiente paso es la floculación y decantación. En la planta de la capital aragonesa existen trece decantadoras que realizan una estas tareas. Con este proceso físico, "los lodos bajan al fondo" por la acción de la gravedad, por lo que el agua "que surge por arriba ya sale mucho más depurada".
Uno de las fases más importantes de la potabilización es la cloración del agua, ya que, como ha explicado Narvaiza, "bacteria que coge, bacteria que mata". En estos momentos, existen tres estaciones de cloración: una en la carretera de Logroño, otra en el puente del Gállego, y una tercera en la Almozara. Según los técnicos municipales, su puesta en marcha ha permitido reducir el cloro utilizado en el proceso entre un 15 y un 20 ciento. Próximamente, la ciudad contará con otras cuatro plantas de cloración.