Guipúzcoa still under alert, although zebra mussels plague is ruled out
Tue, 14/08/2007
La Diputación de Guipúzcoa decidió ayer mantener las prohibiciones de pescar y bañarse en todos los ríos y embalses de la provincia, pese a que los últimos análisis realizados en el pantano de Lareo, en Ataun, para saber si persistían las larvas de mejillón cebra han dado resultados negativos. Los muestreos efectuados por la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN) confirman que ha existido 'una infección puntual' que no ha derivado en una población estable. La institución foral se alegró de la noticia, pero criticó a la CHN por crear 'una alarma social'.
La alarma saltó el pasado miércoles. La Confederación Hidrográfica del Norte, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, dio a conocer que había encontrado en el pantano de Lareo, sito en la cuenca del río Agauntza, un afluente del Oria, dos larvas de mejillón cebra en 50 litros de agua. Ello significa 0,04 individuos por litro, una proporción por debajo, pero cercana, de la considerada como situación de riesgo (0,05 unidades). Aunque ya avanzó que con la cantidad hallada era 'difícil' la creación de una población estable, la CHN instó al Gobierno vasco y a la Diputación de Guipúzcoa a tomar las medidas adecuadas para evitar actividades de riesgo y la consiguiente expansión de esta especie muy invasiva.
Era la primera vez que se detectaba la presencia del mejillón cebra en aguas de la vertiente cantábrica. De hecho, el hallazgo se produjo a raíz de un muestreo realizado durante la última quincena de julio en 35 masas de agua de todo el Norte de España, desde el Miño hasta el Bidasoa. Todos los resultados fueron negativos, excepto el del embalse guipuzcoano.
El Gobierno vasco acotó al día siguiente el citado pantano y prohibió el acceso al mismo a bañistas y excursionistas, con la idea de aislar las larvas. Con el mismo objetivo, la Diputación de Guipúzcoa prohibió el baño, la pesca y el uso de embarcaciones en los ríos y embalses de toda la provincia. El periodo de pesca en los ríos finalizó el pasado 31 de julio, pero en los embalses dicha actividad estaba permitida hasta el 30 de septiembre.
Tecnología 'intensiva'
Para confirmar los primeros resultados, la Confederación realizó a finales de la pasada semana un nuevo muestreo tanto en el vaso del propio embalse como en las masas de agua inferiores y superiores del mismo. En total se hicieron 11e análisis con una tecnología 'más intensiva'. En el pantano se tomaron seis muestras y el resto, en el caudal ecológico saliente del mismo, en el manantial de Iturrieta y en los azudes de Maiztegi, Iruerreketa y Baiarrate.
En todos los casos, los resultados han sido negativos a la presencia de larvas, lo que descarta la presencia de una población estable de este dañino molusco. 'Se reafirma la hipótesis que apuntaba a una infección puntual de este embalse y a la no colonización de las aguas por parte de la especie invasora', informó ayer la Confederación.
'Después de estos muestreos intensivos, queda suficientemente demostrado que, de momento, las aguas de Lareo están fuera del peligro de la invasión del mejillón cebra . Sea cual fuere la vía de introducción de las larvas recogidas en el análisis anterior, su baja densidad, junto al alto porcentaje de mortalidad que las caracteriza, hace que la población no haya progresado', insistió.
La idea que maneja Anhidra, la empresa medioambiental encargada de realizar los análisis, es que las larvas las pudo introducir 'sin intención' algún pescador, según señaló uno de sus técnicos, Imanol Cía, ingeniero de Montes y autor de una tesis sobre la especie.
Ante los últimos resultados, la Diputación se mostró satisfecha, pero, como 'medida preventiva', decidió mantener la prohibición de pesca y baño que había dictado 'hasta nuevo aviso'. Ordenó, eso sí, restablecer la aportación del caudal ecológico desde el embalse al río Agauntza, interrumpido después de las primeras alarmas, ya que resulta 'fundamental' para el mantenimiento de la vida piscícola.
La institución foral expresó su malestar con la forma en que ha manejado la Confederación esta situación. En su opinión, al hacer pública una información 'antes de corroborarla suficientemente y sin haber informado antes a las administraciones afectadas, ha creado la consiguiente alarma social'.
Cía cree que se puede estar 'más tranquilos', pero 'no bajar la guardia', pues igual que ha habido una contaminación 'puntual' de larvas puede darse otra. En este sentido, recomendó realizar una consulta entre los pescadores potenciales de la zona para saber que prácticas de riesgo están corriendo. Y, sobre todo, realizar una campaña de sensibilización entre la población en general para difundir los peligros ecológicos y económicos de la extensión del mejillón cebra . Desde su aparición en 2001 en la cuenca del Ebro hasta el pasado año ha provocado pérdidas que rondan los 2,6 millones de euros, cantidad que podría elevarse hasta los 40 millones hasta 2025, según apuntó el técnico.
La alarma saltó el pasado miércoles. La Confederación Hidrográfica del Norte, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, dio a conocer que había encontrado en el pantano de Lareo, sito en la cuenca del río Agauntza, un afluente del Oria, dos larvas de mejillón cebra en 50 litros de agua. Ello significa 0,04 individuos por litro, una proporción por debajo, pero cercana, de la considerada como situación de riesgo (0,05 unidades). Aunque ya avanzó que con la cantidad hallada era 'difícil' la creación de una población estable, la CHN instó al Gobierno vasco y a la Diputación de Guipúzcoa a tomar las medidas adecuadas para evitar actividades de riesgo y la consiguiente expansión de esta especie muy invasiva.
Era la primera vez que se detectaba la presencia del mejillón cebra en aguas de la vertiente cantábrica. De hecho, el hallazgo se produjo a raíz de un muestreo realizado durante la última quincena de julio en 35 masas de agua de todo el Norte de España, desde el Miño hasta el Bidasoa. Todos los resultados fueron negativos, excepto el del embalse guipuzcoano.
El Gobierno vasco acotó al día siguiente el citado pantano y prohibió el acceso al mismo a bañistas y excursionistas, con la idea de aislar las larvas. Con el mismo objetivo, la Diputación de Guipúzcoa prohibió el baño, la pesca y el uso de embarcaciones en los ríos y embalses de toda la provincia. El periodo de pesca en los ríos finalizó el pasado 31 de julio, pero en los embalses dicha actividad estaba permitida hasta el 30 de septiembre.
Tecnología 'intensiva'
Para confirmar los primeros resultados, la Confederación realizó a finales de la pasada semana un nuevo muestreo tanto en el vaso del propio embalse como en las masas de agua inferiores y superiores del mismo. En total se hicieron 11e análisis con una tecnología 'más intensiva'. En el pantano se tomaron seis muestras y el resto, en el caudal ecológico saliente del mismo, en el manantial de Iturrieta y en los azudes de Maiztegi, Iruerreketa y Baiarrate.
En todos los casos, los resultados han sido negativos a la presencia de larvas, lo que descarta la presencia de una población estable de este dañino molusco. 'Se reafirma la hipótesis que apuntaba a una infección puntual de este embalse y a la no colonización de las aguas por parte de la especie invasora', informó ayer la Confederación.
'Después de estos muestreos intensivos, queda suficientemente demostrado que, de momento, las aguas de Lareo están fuera del peligro de la invasión del mejillón cebra . Sea cual fuere la vía de introducción de las larvas recogidas en el análisis anterior, su baja densidad, junto al alto porcentaje de mortalidad que las caracteriza, hace que la población no haya progresado', insistió.
La idea que maneja Anhidra, la empresa medioambiental encargada de realizar los análisis, es que las larvas las pudo introducir 'sin intención' algún pescador, según señaló uno de sus técnicos, Imanol Cía, ingeniero de Montes y autor de una tesis sobre la especie.
Ante los últimos resultados, la Diputación se mostró satisfecha, pero, como 'medida preventiva', decidió mantener la prohibición de pesca y baño que había dictado 'hasta nuevo aviso'. Ordenó, eso sí, restablecer la aportación del caudal ecológico desde el embalse al río Agauntza, interrumpido después de las primeras alarmas, ya que resulta 'fundamental' para el mantenimiento de la vida piscícola.
La institución foral expresó su malestar con la forma en que ha manejado la Confederación esta situación. En su opinión, al hacer pública una información 'antes de corroborarla suficientemente y sin haber informado antes a las administraciones afectadas, ha creado la consiguiente alarma social'.
Cía cree que se puede estar 'más tranquilos', pero 'no bajar la guardia', pues igual que ha habido una contaminación 'puntual' de larvas puede darse otra. En este sentido, recomendó realizar una consulta entre los pescadores potenciales de la zona para saber que prácticas de riesgo están corriendo. Y, sobre todo, realizar una campaña de sensibilización entre la población en general para difundir los peligros ecológicos y económicos de la extensión del mejillón cebra . Desde su aparición en 2001 en la cuenca del Ebro hasta el pasado año ha provocado pérdidas que rondan los 2,6 millones de euros, cantidad que podría elevarse hasta los 40 millones hasta 2025, según apuntó el técnico.