Flows in India: 20 million people loose their homes
Sat, 11/08/2007
Las intensas lluvias monzónicas que azotan India, Pakistán, Bangladesh y Nepal han provocado el desbordamiento de ríos e inundado las llanuras. Los muertos desde junio superan ya los 2.000 y, en India, 20 millones se han quedado sin hogar.
barcelona. (Redacción y agencias.) - Las inundaciones provocadas por el monzón en India, Pakistán, Bangladesh y Nepal han causado más de 2.000 muertos desde junio, han devastado millones de hectáreas de cultivo y en India han dejado sin hogar a 20 millones de personas. La ONU advirtió ayer del riesgo de una grave crisis humanitaria a causa de la falta de alimentos, mientras que fuentes médicas comunicaron la aparición de decenas de miles de casos de diarrea y cólera.
El ciclo anual de lluvias del monzón, que va de junio a septiembre, es vital para la agricultura, principal actividad económica para muchos países del Sudeste Asiático. Pero las de este año han sido las más intensas de los últimos decenios y han causado el desbordamiento de los ríos, con la inundación de millares de aldeas y el anegamiento de los campos de cultivo.
En India, un nuevo balance oficial indica que las inundaciones han dejado 1.551 muertos, 743.008 hogares destruidos y daños en 5,3 millones de hectáreas de terreno cultivable, con un coste económico de casi 300 millones de euros, según fuentes del Ministerio de Interior. Casi 35 millones de personas -de las que 20 millones han perdido sus casas- se han visto afectadas por las inundaciones en India que han castigado a 13 de los 28 estados que componen el país. El peor parado es el estado de Bihar, al nordeste, uno de los más pobres, donde 13,8 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
Pero otros estados, como Uttar Pradesh, Assam y Orissa, están también bajo las aguas y los damnificados llegan a casi siete millones de personas. El Gobierno de India ha puesto en marcha un plan de ayuda para paliar el hambre, utilizando aviones del ejército para lanzar comida sobre las zonas más afectadas. 'El plan aéreo de ayuda continúa y se han enviado equipos médicos a las zonas. Se han habilitado 820 campamentos de socorro que han acogido hasta ahora a 549.052 personas', dijo ayer un portavoz del ministerio. Sin embargo, supervivientes de Bihar se quejan de no haber recibido ningún tipo de ayuda y de que no han visto ni aviones ni lanchas de socorro.
En Bangladesh, donde las inundaciones están decreciendo, sólo 346 personas han muerto, pero por contra la situación sanitaria es mucho peor que en India, con miles de afectados. 'Es como una zona de guerra', explicó ayer el médico Alejandro Cravioto, director del principal hospital de Dacca, capital del país. Millares de pueblos siguen todavía anegados. En Nepal, donde se contabilizan hasta ahora 95 muertos, las Naciones Unidas ya han puesto en marcha un plan de ayuda para los 330.000 afectados. Y en Pakistán han fallecido 330 personas y las intensas lluvias siguen afectando a la zona del sur del país, sobre todo a la ciudad de Karachi y su entorno.
Ante la amplitud de la catástrofe y el problema sanitario, las organizaciones internacionales han intensificado su esfuerzo. Las Naciones Unidas, Cruz Roja y Unicef evalúan en centenares de millones de dólares la cantidad que se precisa para la ayuda inmediata a los damnificados. La Comisión Europea ha prometido una rápida aportación de cuatro millones de euros. El Programa Mundial de Alimentos, organismo de las Naciones Unidas, advirtió ayer de que el proceso de recuperación de los países asiáticos afectados por las inundaciones se producirá a largo plazo y cifró en 25 millones el número de damnificados.
barcelona. (Redacción y agencias.) - Las inundaciones provocadas por el monzón en India, Pakistán, Bangladesh y Nepal han causado más de 2.000 muertos desde junio, han devastado millones de hectáreas de cultivo y en India han dejado sin hogar a 20 millones de personas. La ONU advirtió ayer del riesgo de una grave crisis humanitaria a causa de la falta de alimentos, mientras que fuentes médicas comunicaron la aparición de decenas de miles de casos de diarrea y cólera.
El ciclo anual de lluvias del monzón, que va de junio a septiembre, es vital para la agricultura, principal actividad económica para muchos países del Sudeste Asiático. Pero las de este año han sido las más intensas de los últimos decenios y han causado el desbordamiento de los ríos, con la inundación de millares de aldeas y el anegamiento de los campos de cultivo.
En India, un nuevo balance oficial indica que las inundaciones han dejado 1.551 muertos, 743.008 hogares destruidos y daños en 5,3 millones de hectáreas de terreno cultivable, con un coste económico de casi 300 millones de euros, según fuentes del Ministerio de Interior. Casi 35 millones de personas -de las que 20 millones han perdido sus casas- se han visto afectadas por las inundaciones en India que han castigado a 13 de los 28 estados que componen el país. El peor parado es el estado de Bihar, al nordeste, uno de los más pobres, donde 13,8 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
Pero otros estados, como Uttar Pradesh, Assam y Orissa, están también bajo las aguas y los damnificados llegan a casi siete millones de personas. El Gobierno de India ha puesto en marcha un plan de ayuda para paliar el hambre, utilizando aviones del ejército para lanzar comida sobre las zonas más afectadas. 'El plan aéreo de ayuda continúa y se han enviado equipos médicos a las zonas. Se han habilitado 820 campamentos de socorro que han acogido hasta ahora a 549.052 personas', dijo ayer un portavoz del ministerio. Sin embargo, supervivientes de Bihar se quejan de no haber recibido ningún tipo de ayuda y de que no han visto ni aviones ni lanchas de socorro.
En Bangladesh, donde las inundaciones están decreciendo, sólo 346 personas han muerto, pero por contra la situación sanitaria es mucho peor que en India, con miles de afectados. 'Es como una zona de guerra', explicó ayer el médico Alejandro Cravioto, director del principal hospital de Dacca, capital del país. Millares de pueblos siguen todavía anegados. En Nepal, donde se contabilizan hasta ahora 95 muertos, las Naciones Unidas ya han puesto en marcha un plan de ayuda para los 330.000 afectados. Y en Pakistán han fallecido 330 personas y las intensas lluvias siguen afectando a la zona del sur del país, sobre todo a la ciudad de Karachi y su entorno.
Ante la amplitud de la catástrofe y el problema sanitario, las organizaciones internacionales han intensificado su esfuerzo. Las Naciones Unidas, Cruz Roja y Unicef evalúan en centenares de millones de dólares la cantidad que se precisa para la ayuda inmediata a los damnificados. La Comisión Europea ha prometido una rápida aportación de cuatro millones de euros. El Programa Mundial de Alimentos, organismo de las Naciones Unidas, advirtió ayer de que el proceso de recuperación de los países asiáticos afectados por las inundaciones se producirá a largo plazo y cifró en 25 millones el número de damnificados.