The CHE today begins to review the defensive walls of the Ebro

Tue, 10/07/2007

EFE

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) iniciará hoy en Alcalá de Abro el chequeo de la cimentación de las motas y muros defensivos colocados en las orillas del Ebro entre la localidad navarra de Castejón y la zaragozana de Mequinenza.
Muchas de ellas resultaron dañadas por las inusuales tres crecidas consecutivas que sufrió el río entre finales de marzo y principios de abril, cuyos efectos se vieron agravados por el hecho de llegar después de dos años de sequía. En algunos casos, la sequedad del terreno hizo que cedieran al fallar su cimentación por socavamiento.
Los estudios, incluidos en las actuaciones de emergencia generadas por la riada, serán costeados por el Ministerio de Medio Ambiente y efectuados por la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid.
Los trabajos incluirán la aplicación de métodos de auscultación geofísica en los que los técnicos utilizarán un geo-radar e instrumentos de medición sísmica. También efectuarán tomografías --registro de imágenes por planos y secciones-- y, de forma puntual, sondeos.
PRIORIDADES Los técnicos darán prioridad a la revisión del estado de cimentación de las defensas cercanas a los cascos urbanos de la ribera del Ebro, así como a las que resultaron dañadas y a otros que puedan haber sufrido deterioros como consecuencia de la presión que tuvieron que soportar durante la riada. Según informó ayer el organismo de cuenca, "la Confederación está definiendo, con los expertos, las motas y los tramos de mota que serán objeto de estos estudios".
La crecida del Ebro la pasada primavera hizo que los alcaldes de la ribera decidieran reventar las motas que protegían zonas de cultivo para sacrificarlas, anegándolas, con el fin de salvar los cascos urbanos. El estado en el que se encontraba el lecho hacía que, con menos caudal, la lámina de agua llegara a alturas superiores a las que había alcanzado en otras ocasiones. Sin embargo, en la mayoría de los casos las motas cedieron, por el efecto del agua, antes de ser rotas artificialmente.