Serrano assures that the risk for the population by slope sliding in the dam of Yesa is “null”
Wed, 13/06/2007
El secretario general para el Territorio y la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente, Antonio Serrano, afirmó hoy en Zaragoza que el riesgo para la población por deslizamiento de las laderas en el embalse de Yesa es "nulo" según se desprende de los estudios técnicos que poseen.
Así lo manifestó en declaraciones a los medios de comunicación tras participar junto con el presidente de la Sociedad Expoagua, Roque Gistau, en la clausura de las Jornadas Técnicas sobre Estabilidad de Laderas en Embalses celebradas estos días en el salón de actos de Caja Inmaculada. Las jornadas han sido organizadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Antonio Serrano precisó que la seguridad de las personas es un "aspecto primordial" para su ministerio y por eso "encargamos los estudios que nos permitan estar absolutamente seguros, como estamos en la actualidad, de que esos riesgos no existen".
Respecto a los colectivos y personas que consideran que sí se dan los riesgos tras la aparición de una grieta en una ladera del embalse de Yesa, Serrano comentó que hay asuntos "que a veces parecen cuestiones de fe, y uno puede optar por la fe o por el conocimiento; nosotros optamos por el conocimiento" y "hasta donde los científicos conocen el riesgo es nulo".
No obstante, el secretario general explicó que tanto el embalse de Yesa como el de Itoiz, en Navarra, cuenta con sistema de medición recomendado por los estudios técnicos, que incluye un sonómetro, "una de las pocas zonas de España donde existe, que recoge los niveles de ruido que se producen", así como los sismos, que "estamos empezando a analizar a través del Instituto Geográfico Nacional".
Además, "hemos sacado una convocatoria de I+D+i para investigar sobre esa zona" y la Confederación Hidrográfica del Ebro, junto a la dirección general del Agua, "ha sacado un concurso para la instalación de nuevos aparatos de medida" para obtener un prototipo a nivel nacional e internacional.
El objetivo de ese prototipo será "aprender más para los próximos embalses que se realicen, ya no en España, donde no tenemos más sitio para hacer embalses, sino en otras partes del mundo por parte de empresas y científicos españoles, y en concreto en los grandes países de Oriente, donde todavía hay posibilidades de realizar grandes embalses".
Estos medidores permitirán "conocer más las capas subterráneas y de la geomorfología de los terrenos" y también tomar las medidas oportunas para que cualquier riesgo de posible deslizamiento de laderas "desapareciera".
El secretario general para el Territorio y la Biodiversidad afirmó por todo esto que el Ministerio de Medio Ambiente "da por zanjada la polémica sobre la seguridad de Yesa", aunque "seguiremos avanzando en cualquier tipo de medida que quite cualquier tipo de resquemor a las personas que todavía lo tengan".
Asimismo, precisó, una vez que se ha verificado la seguridad, lo que ahora prima para el Ministerio es que el embalse de Yesa "esté recrecido cuando antes" porque "cumple una función primordial en la laminación de avenidas" y su recrecimiento contribuirá a "que la capacidad de laminación sea mayor" y evitar así inundaciones como las sucedidas recientemente que representaron "unos 60 millones de euros de pérdidas".
No obstante, aclaró, "hay que cumplir la normativa vigente y tenemos un paso formal todavía que cumplir" por lo que no quiso adelantar ninguna fecha sobre el avance de las obras, pero sí dijo que "la decisión va a ser bastante rápida".
PAÍS PUNTERO EN PRESAS
El secretario general para el Territorio y la Biodiversidad aseguró que España es "uno de los países, después de Estados Unidos, con mayor conocimiento y experiencia en el campo de las presas" y agradeció el trabajo desarrollado por los 370 expertos en geología e ingeniería que han participado en las Jornadas Técnicas sobre Estabilidad de Laderas en Embalses.
Sus conclusiones, dijo Antonio Serrano, "nos van a permitir seguir avanzando" puesto que en España "tenemos muchas presas, unas 1.300 grandes presas y muchas tienen muchos años y deben ser tratadas adecuadamente".
Una de las conclusiones de estas jornadas ha sido que España es uno de los países más avanzados en la aplicación de tecnología para la construcción de presas y el control de estabilidad de laderas, según informó la CHE en un comunicado. Asimismo, se ha subrayado que la aplicación de los métodos de auscultación de laderas permite realizar un diagnóstico claro y anticipar cualquier tipo de problemas antes de que se manifiesten en la superficie.
También se ha puesto de manifiesto que si bien muchas laderas --asociadas o no a embalses-- pueden tener movimientos apreciables, gracias a un seguimiento con métodos de auscultación es posible la explotación y el uso correcto y sin riesgo de las infraestructuras.
YESA E ITOIZ COMO EJEMPLOS
Otra de las conclusiones ha sido que los embalses de Yesa e Itoiz, en la cuenca del Ebro, son ejemplo de la aplicación de métodos de control con la instalación de aparatos de medición, como inclinómetros, hitos topográficos y sismógrafos que están ofreciendo datos de normalidad en la respuesta de las laderas. Por este motivo, las jornadas incluyen una visita mañana a estos dos embalses para conocer la aplicación práctica de los métodos de auscultación de laderas.
Asimismo, las jornadas han analizado el caso de la presa de Vaiont, en Italia, donde en 1963 se produjo un deslizamiento de la ladera que provocó una catástrofe, que se ha presentado "como el único caso importante que se ha producido a nivel mundial" y respecto al que "se ha considerado que con el estado actual de la ingeniería de construcción y la metodología de control resulta muy difícil que se plantee un hecho similar".
"En este embalse se ha recordado que hubo frecuentes avisos que en el momento actual hubieran llevado a la adopción inmediata de medidas", precisan las conclusiones. Además, sobre la sismicidad inducida por embalses, la conclusión mayoritaria ha sido que los terremotos inducidos por embalses en España están totalmente limitados por la sismicidad natural del terreno.
Por eso, la consideración de los expertos es que la magnitud que pudiera alcanzar el máximo terremoto es la que se produciría antes o después por la propia sismicidad natural del terreno, ya que se relaciona con las características geológicas de la falla del terreno y no con las características del embalse. De esta forma, el embalse sólo influiría, en todo caso, en la anticipación de ese terremoto.
GENERACIÓN DE OLAS POR DESLIZAMIENTO DE LADERAS
Las jornadas también han analizado la generación de olas por deslizamiento de las laderas y los métodos para calcular su magnitud. Las conclusiones señalan que para llegar a producirse una ola significativa, el deslizamiento de la ladera tendría que ser superior a cinco metros por segundo y se ha recordado que la grieta que se produjo en el embalse de Yesa fue por un deslizamiento que en el punto de mayor velocidad alcanzó los 2,5 centímetros al día y durante una sola jornada.
Además, se han expuestos dos tipos de procedimientos para la estabilización de laderas. Por un lado, las denominadas técnicas activas --retirada de materiales, drenajes y refuerzos de terreno-- y, por otro, las técnicas pasivas, entre las que destaca el aumentar la capacidad de resguardo de los embalses para la laminación de avenidas con lo que se evita llenar los embalses a su cota máxima.
Así lo manifestó en declaraciones a los medios de comunicación tras participar junto con el presidente de la Sociedad Expoagua, Roque Gistau, en la clausura de las Jornadas Técnicas sobre Estabilidad de Laderas en Embalses celebradas estos días en el salón de actos de Caja Inmaculada. Las jornadas han sido organizadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro.
Antonio Serrano precisó que la seguridad de las personas es un "aspecto primordial" para su ministerio y por eso "encargamos los estudios que nos permitan estar absolutamente seguros, como estamos en la actualidad, de que esos riesgos no existen".
Respecto a los colectivos y personas que consideran que sí se dan los riesgos tras la aparición de una grieta en una ladera del embalse de Yesa, Serrano comentó que hay asuntos "que a veces parecen cuestiones de fe, y uno puede optar por la fe o por el conocimiento; nosotros optamos por el conocimiento" y "hasta donde los científicos conocen el riesgo es nulo".
No obstante, el secretario general explicó que tanto el embalse de Yesa como el de Itoiz, en Navarra, cuenta con sistema de medición recomendado por los estudios técnicos, que incluye un sonómetro, "una de las pocas zonas de España donde existe, que recoge los niveles de ruido que se producen", así como los sismos, que "estamos empezando a analizar a través del Instituto Geográfico Nacional".
Además, "hemos sacado una convocatoria de I+D+i para investigar sobre esa zona" y la Confederación Hidrográfica del Ebro, junto a la dirección general del Agua, "ha sacado un concurso para la instalación de nuevos aparatos de medida" para obtener un prototipo a nivel nacional e internacional.
El objetivo de ese prototipo será "aprender más para los próximos embalses que se realicen, ya no en España, donde no tenemos más sitio para hacer embalses, sino en otras partes del mundo por parte de empresas y científicos españoles, y en concreto en los grandes países de Oriente, donde todavía hay posibilidades de realizar grandes embalses".
Estos medidores permitirán "conocer más las capas subterráneas y de la geomorfología de los terrenos" y también tomar las medidas oportunas para que cualquier riesgo de posible deslizamiento de laderas "desapareciera".
El secretario general para el Territorio y la Biodiversidad afirmó por todo esto que el Ministerio de Medio Ambiente "da por zanjada la polémica sobre la seguridad de Yesa", aunque "seguiremos avanzando en cualquier tipo de medida que quite cualquier tipo de resquemor a las personas que todavía lo tengan".
Asimismo, precisó, una vez que se ha verificado la seguridad, lo que ahora prima para el Ministerio es que el embalse de Yesa "esté recrecido cuando antes" porque "cumple una función primordial en la laminación de avenidas" y su recrecimiento contribuirá a "que la capacidad de laminación sea mayor" y evitar así inundaciones como las sucedidas recientemente que representaron "unos 60 millones de euros de pérdidas".
No obstante, aclaró, "hay que cumplir la normativa vigente y tenemos un paso formal todavía que cumplir" por lo que no quiso adelantar ninguna fecha sobre el avance de las obras, pero sí dijo que "la decisión va a ser bastante rápida".
PAÍS PUNTERO EN PRESAS
El secretario general para el Territorio y la Biodiversidad aseguró que España es "uno de los países, después de Estados Unidos, con mayor conocimiento y experiencia en el campo de las presas" y agradeció el trabajo desarrollado por los 370 expertos en geología e ingeniería que han participado en las Jornadas Técnicas sobre Estabilidad de Laderas en Embalses.
Sus conclusiones, dijo Antonio Serrano, "nos van a permitir seguir avanzando" puesto que en España "tenemos muchas presas, unas 1.300 grandes presas y muchas tienen muchos años y deben ser tratadas adecuadamente".
Una de las conclusiones de estas jornadas ha sido que España es uno de los países más avanzados en la aplicación de tecnología para la construcción de presas y el control de estabilidad de laderas, según informó la CHE en un comunicado. Asimismo, se ha subrayado que la aplicación de los métodos de auscultación de laderas permite realizar un diagnóstico claro y anticipar cualquier tipo de problemas antes de que se manifiesten en la superficie.
También se ha puesto de manifiesto que si bien muchas laderas --asociadas o no a embalses-- pueden tener movimientos apreciables, gracias a un seguimiento con métodos de auscultación es posible la explotación y el uso correcto y sin riesgo de las infraestructuras.
YESA E ITOIZ COMO EJEMPLOS
Otra de las conclusiones ha sido que los embalses de Yesa e Itoiz, en la cuenca del Ebro, son ejemplo de la aplicación de métodos de control con la instalación de aparatos de medición, como inclinómetros, hitos topográficos y sismógrafos que están ofreciendo datos de normalidad en la respuesta de las laderas. Por este motivo, las jornadas incluyen una visita mañana a estos dos embalses para conocer la aplicación práctica de los métodos de auscultación de laderas.
Asimismo, las jornadas han analizado el caso de la presa de Vaiont, en Italia, donde en 1963 se produjo un deslizamiento de la ladera que provocó una catástrofe, que se ha presentado "como el único caso importante que se ha producido a nivel mundial" y respecto al que "se ha considerado que con el estado actual de la ingeniería de construcción y la metodología de control resulta muy difícil que se plantee un hecho similar".
"En este embalse se ha recordado que hubo frecuentes avisos que en el momento actual hubieran llevado a la adopción inmediata de medidas", precisan las conclusiones. Además, sobre la sismicidad inducida por embalses, la conclusión mayoritaria ha sido que los terremotos inducidos por embalses en España están totalmente limitados por la sismicidad natural del terreno.
Por eso, la consideración de los expertos es que la magnitud que pudiera alcanzar el máximo terremoto es la que se produciría antes o después por la propia sismicidad natural del terreno, ya que se relaciona con las características geológicas de la falla del terreno y no con las características del embalse. De esta forma, el embalse sólo influiría, en todo caso, en la anticipación de ese terremoto.
GENERACIÓN DE OLAS POR DESLIZAMIENTO DE LADERAS
Las jornadas también han analizado la generación de olas por deslizamiento de las laderas y los métodos para calcular su magnitud. Las conclusiones señalan que para llegar a producirse una ola significativa, el deslizamiento de la ladera tendría que ser superior a cinco metros por segundo y se ha recordado que la grieta que se produjo en el embalse de Yesa fue por un deslizamiento que en el punto de mayor velocidad alcanzó los 2,5 centímetros al día y durante una sola jornada.
Además, se han expuestos dos tipos de procedimientos para la estabilización de laderas. Por un lado, las denominadas técnicas activas --retirada de materiales, drenajes y refuerzos de terreno-- y, por otro, las técnicas pasivas, entre las que destaca el aumentar la capacidad de resguardo de los embalses para la laminación de avenidas con lo que se evita llenar los embalses a su cota máxima.