"Desalination activities is expensive, pollutant and lifespan of a plant is only 20 years"
Thu, 19/04/2007
Uno de los mayores expertos mundiales sostiene que «técnicamente, la Unión Europea no desaprobó el Trasvase del Ebro en lo más mínimo» M. BUITRAGO/MURCIA LECCIÓN. Rodríguez Iturbe, en la entrevista a La Verdad. / J. LEAL
Premio Estocolmo del Agua del 2002 y profesor de ciencias ambientales en Princeton y Colorado, Ignacio Rodríguez Iturbe es uno de los científicos mundiales más reputados en hidrología y ciencias ambientales. Ansía contrastar sus conocimientos e investigaciones sobre agua y reta abiertamente a quienes sostienen teorías diferentes. No se anduvo ayer por las ramas a la hora de defender la viabilidad del Trasvase del Ebro y en criticar la doctrina del Gobierno socialista que antepone la desalinización a las transferencias de agua de otras cuencas.
Después de reunirse con el presidente Ramón Luis Valcárcel, el profesor Rodríguez Iturbe hizo un comentario algo desenfadado sobre el enfrentamiento entre el PP y PSOE y señaló que si todo el que está con el PP está a favor de los trasvases, y los que están con el PSOE defienden la desalinización, «mi recomendación sería que hay que eliminar los dos partidos». Lamentó de esta forma que las consideraciones políticas se impongan sobre la ciencia y la técnica. Llegó en un momento a definir el clima actual de «casa de locos». A su juicio, y al hilo de la Nueva Cultura del Agua, los trasvases y presas no han pasado de moda. Rodríguez Iturbe impartió ayer tarde una conferencia en la Universidad de Murcia y hoy participa en un foro sobre crecimiento sostenible que clausura Rodrigo Rato.
-Usted participó en el año 2002 en el Informe Berkely encargado por la UE, que era favorable al Trasvase del Ebro. ¿Siguen siendo válidas sus conclusiones ahora?
-Totalmente. Se abordó desde los aspectos hidrológico, ecológico y económico. Han cambiado algunas cosas, sobre todo en este último, en el sentido de que los gobiernos de Murcia y de Valencia se han ofrecido para costear las obras. Por lo tanto, ahí ya no hay discusión. En los otros dos aspectos, las conclusiones son sustentables.
-¿Qué impresión saca de la última riada del Ebro?
-No me extraña. Los ríos son sumamente variables. Las técnicas de regulación están precisamente para hacer frente a las inundaciones y procurar que no sean destructivas. En general, puede decirse que en los próximos 10 años habrá grandes fluctuaciones de caudales y precipitaciones. Uno de los aspectos más limitantes y a la vez retadores para los científicos es la incertidumbre. Nunca sabemos cuánto va a llover y cuándo, pero sí podemos estudiar la variabilidad del fenómeno y hacer una planificación sostenible.
-¿Después de los usos propios de una cuenca, todo el caudal de un río debe ir al mar?
-El ciclo hidrológico es uno. No aumenta ni disminuye. ¿Cuál es el argumento en el caso del Ebro? ¿Que se perjudica al Mediterráneo? No creo que sea válido ese argumento a menos que hablemos de una contaminación. Si hablamos de daños al Mediterráneo relacionados por los aportes de agua, hay que recordar que en Egipto hay 5.000 años de civilización utilizando el Nilo, que desemboca en el mismo mar. Que sean necesarios los aportes de agua dulce no quiere decir que el hombre no puede utilizar un río. Por la misma regla, todos los cuadales de cualquier río, como puede ser el mismo Segura, deberían ir al mar. Otra cosa es el delta, que se estudió con mucho detalle. ¿Perjudicaba ese trasvase al Delta? No. Y estoy dispuesto a ser convencido de lo contrario. El mayor problema del Delta era su mal estado, principalmente a causa de las dos grandes presas destinadas a producir electricidad. Retenían los sedimentos del río y eso perjudicaba al Delta. El Plan Hidrológico Nacional trataba de resolver ese problema aportando pulsos de sedimentos para garantizar el equilibrio ecológico. ¿Cuál era la alternativa? ¿Qué siguiera como estaba?
-El Ministerio de Medio Ambiente sostiene que en las cuencas no existen excedentes de agua para enviar a otras regiones secas.
-¿Eso quiere decir que un río no se toca? Primero, que me definan lo que es una cuenca. Porque hay cuencas y subcuencas. Está además toda la cuenca mediterránea. Puedo estar equivocado, pero investigo. Todo cuenca es una subcuenca de otra. ¿Dónde se acaba esa cuenca?
-Usted estuvo en el año 2003 en Bruselas defendiendo el Trasvase del Ebro. ¿Entendió en algún momento que las autoridades de la UE desaprobaban ese trasvase?
-En lo más mínimo. Estuve en unas reuniones técnicas y quedó claro que el estudio hidrológico era impecable. Pedimos estudios adicionales, que se hicieron. Nadie me ha dicho nunca con argumentos de peso que aquello estaba mal.
-¿Los nuevos datos sobre el cambio climático influyen negativamente sobre ese trasvase? ¿Hay que revisar los datos?
-Esta cuestión es importante. Se tomaron datos de precipitaciones, caudales y temperaturas en varios escenarios. En esta zona creo recordar que podía haber una disminución de entre el 10 y el 20%. Por eso hicimos disminuir las precipitaciones en el modelaje y calculamos las nuevas escorrentías. A lo mejor ahora hay que estudiar un escenario más grave, pero no se puede decir que el cambio climático no se tuvo en cuenta. Si se dice ahora que en lugar de 1.000 hectómetros cúbicos habría que trasvasar 700 ó 950 hectómetros, serían puntos discutibles que hay que plantear técnicamente. En lugar de eso se ha dicho que cero. Que el agua no se toca. Cuando se dice desde el principio que todo trasvase es malo, eso impide cualquier discusión rigurosa.
-¿Cree que la agricultura tiende a desaparecer en los países ricos, y que hay que revisar los volúmenes que consume?
-En general sí. La agricultura debe ser lo más eficiente posible en el uso del agua. Ahora bien, el rendimiento agrícola en la cuenca del Segura es muy eficiente y se emplean técnicas que están al mismo nivel que Israel, que es el país que tiene actualmente la agricultura más eficaz y tecnificada junto con la Región de Murcia.
-¿Qué opina del debate sobre el modelo urbanístico y el consumo de agua que exige?
-Es evidente que su consumo es más pequeño que el agrícola o el industrial. En estos casos se puede mejorar también la eficacia de forma importante. De otro lado, hay que tener en cuenta el beneficio que genera un urbanismo responsable, ligado incluso a los campos de golf, en cuanto a la creación de empleo. Lo que sí sería criticable y estaría de sobra sería destinar al urbanismo el agua que está destinada a otros usos. Las empresas constructoras pueden levantar desalinizadoras y depuradoras para autoabastecerse, ya que la gente paga por ello.
-La Nueva Cultura del Agua que guía los pasos del Gobierno socialista indica que cada cuenca debe ser autosufiente.
-¿París es autosufiente? ¿Lo son Nueva York o Caracas? ¿Hay que ser autosuficiente en todo, o en parte? Yo practico la cienca y la hidrología y estaría encantado de discutir muchos temas. Por eso creo que los problemas del agua hay que abordarlos desde planteamientos técnicos y científicos.
-¿Hasta dónde puede llegar la desalinización? ¿Es una solución para los regadíos?
-La desalinización a gran escala para cultivos no la he visto ni la veré mientras viva. No la veo como solución porque uno de los grandes problemas es el precio, a pesar de los últimos avances. Es positiva por cuanto resuelve soluciones puntuales. Hay que considerar que la vida útil de estas plantas no supera los veinte años, que el coste ecológico es importante y que necesitan una gran cantidad de energía. Es una solución cara.
Premio Estocolmo del Agua del 2002 y profesor de ciencias ambientales en Princeton y Colorado, Ignacio Rodríguez Iturbe es uno de los científicos mundiales más reputados en hidrología y ciencias ambientales. Ansía contrastar sus conocimientos e investigaciones sobre agua y reta abiertamente a quienes sostienen teorías diferentes. No se anduvo ayer por las ramas a la hora de defender la viabilidad del Trasvase del Ebro y en criticar la doctrina del Gobierno socialista que antepone la desalinización a las transferencias de agua de otras cuencas.
Después de reunirse con el presidente Ramón Luis Valcárcel, el profesor Rodríguez Iturbe hizo un comentario algo desenfadado sobre el enfrentamiento entre el PP y PSOE y señaló que si todo el que está con el PP está a favor de los trasvases, y los que están con el PSOE defienden la desalinización, «mi recomendación sería que hay que eliminar los dos partidos». Lamentó de esta forma que las consideraciones políticas se impongan sobre la ciencia y la técnica. Llegó en un momento a definir el clima actual de «casa de locos». A su juicio, y al hilo de la Nueva Cultura del Agua, los trasvases y presas no han pasado de moda. Rodríguez Iturbe impartió ayer tarde una conferencia en la Universidad de Murcia y hoy participa en un foro sobre crecimiento sostenible que clausura Rodrigo Rato.
-Usted participó en el año 2002 en el Informe Berkely encargado por la UE, que era favorable al Trasvase del Ebro. ¿Siguen siendo válidas sus conclusiones ahora?
-Totalmente. Se abordó desde los aspectos hidrológico, ecológico y económico. Han cambiado algunas cosas, sobre todo en este último, en el sentido de que los gobiernos de Murcia y de Valencia se han ofrecido para costear las obras. Por lo tanto, ahí ya no hay discusión. En los otros dos aspectos, las conclusiones son sustentables.
-¿Qué impresión saca de la última riada del Ebro?
-No me extraña. Los ríos son sumamente variables. Las técnicas de regulación están precisamente para hacer frente a las inundaciones y procurar que no sean destructivas. En general, puede decirse que en los próximos 10 años habrá grandes fluctuaciones de caudales y precipitaciones. Uno de los aspectos más limitantes y a la vez retadores para los científicos es la incertidumbre. Nunca sabemos cuánto va a llover y cuándo, pero sí podemos estudiar la variabilidad del fenómeno y hacer una planificación sostenible.
-¿Después de los usos propios de una cuenca, todo el caudal de un río debe ir al mar?
-El ciclo hidrológico es uno. No aumenta ni disminuye. ¿Cuál es el argumento en el caso del Ebro? ¿Que se perjudica al Mediterráneo? No creo que sea válido ese argumento a menos que hablemos de una contaminación. Si hablamos de daños al Mediterráneo relacionados por los aportes de agua, hay que recordar que en Egipto hay 5.000 años de civilización utilizando el Nilo, que desemboca en el mismo mar. Que sean necesarios los aportes de agua dulce no quiere decir que el hombre no puede utilizar un río. Por la misma regla, todos los cuadales de cualquier río, como puede ser el mismo Segura, deberían ir al mar. Otra cosa es el delta, que se estudió con mucho detalle. ¿Perjudicaba ese trasvase al Delta? No. Y estoy dispuesto a ser convencido de lo contrario. El mayor problema del Delta era su mal estado, principalmente a causa de las dos grandes presas destinadas a producir electricidad. Retenían los sedimentos del río y eso perjudicaba al Delta. El Plan Hidrológico Nacional trataba de resolver ese problema aportando pulsos de sedimentos para garantizar el equilibrio ecológico. ¿Cuál era la alternativa? ¿Qué siguiera como estaba?
-El Ministerio de Medio Ambiente sostiene que en las cuencas no existen excedentes de agua para enviar a otras regiones secas.
-¿Eso quiere decir que un río no se toca? Primero, que me definan lo que es una cuenca. Porque hay cuencas y subcuencas. Está además toda la cuenca mediterránea. Puedo estar equivocado, pero investigo. Todo cuenca es una subcuenca de otra. ¿Dónde se acaba esa cuenca?
-Usted estuvo en el año 2003 en Bruselas defendiendo el Trasvase del Ebro. ¿Entendió en algún momento que las autoridades de la UE desaprobaban ese trasvase?
-En lo más mínimo. Estuve en unas reuniones técnicas y quedó claro que el estudio hidrológico era impecable. Pedimos estudios adicionales, que se hicieron. Nadie me ha dicho nunca con argumentos de peso que aquello estaba mal.
-¿Los nuevos datos sobre el cambio climático influyen negativamente sobre ese trasvase? ¿Hay que revisar los datos?
-Esta cuestión es importante. Se tomaron datos de precipitaciones, caudales y temperaturas en varios escenarios. En esta zona creo recordar que podía haber una disminución de entre el 10 y el 20%. Por eso hicimos disminuir las precipitaciones en el modelaje y calculamos las nuevas escorrentías. A lo mejor ahora hay que estudiar un escenario más grave, pero no se puede decir que el cambio climático no se tuvo en cuenta. Si se dice ahora que en lugar de 1.000 hectómetros cúbicos habría que trasvasar 700 ó 950 hectómetros, serían puntos discutibles que hay que plantear técnicamente. En lugar de eso se ha dicho que cero. Que el agua no se toca. Cuando se dice desde el principio que todo trasvase es malo, eso impide cualquier discusión rigurosa.
-¿Cree que la agricultura tiende a desaparecer en los países ricos, y que hay que revisar los volúmenes que consume?
-En general sí. La agricultura debe ser lo más eficiente posible en el uso del agua. Ahora bien, el rendimiento agrícola en la cuenca del Segura es muy eficiente y se emplean técnicas que están al mismo nivel que Israel, que es el país que tiene actualmente la agricultura más eficaz y tecnificada junto con la Región de Murcia.
-¿Qué opina del debate sobre el modelo urbanístico y el consumo de agua que exige?
-Es evidente que su consumo es más pequeño que el agrícola o el industrial. En estos casos se puede mejorar también la eficacia de forma importante. De otro lado, hay que tener en cuenta el beneficio que genera un urbanismo responsable, ligado incluso a los campos de golf, en cuanto a la creación de empleo. Lo que sí sería criticable y estaría de sobra sería destinar al urbanismo el agua que está destinada a otros usos. Las empresas constructoras pueden levantar desalinizadoras y depuradoras para autoabastecerse, ya que la gente paga por ello.
-La Nueva Cultura del Agua que guía los pasos del Gobierno socialista indica que cada cuenca debe ser autosufiente.
-¿París es autosufiente? ¿Lo son Nueva York o Caracas? ¿Hay que ser autosuficiente en todo, o en parte? Yo practico la cienca y la hidrología y estaría encantado de discutir muchos temas. Por eso creo que los problemas del agua hay que abordarlos desde planteamientos técnicos y científicos.
-¿Hasta dónde puede llegar la desalinización? ¿Es una solución para los regadíos?
-La desalinización a gran escala para cultivos no la he visto ni la veré mientras viva. No la veo como solución porque uno de los grandes problemas es el precio, a pesar de los últimos avances. Es positiva por cuanto resuelve soluciones puntuales. Hay que considerar que la vida útil de estas plantas no supera los veinte años, que el coste ecológico es importante y que necesitan una gran cantidad de energía. Es una solución cara.