10% water saving due to emergency alert in dams
Tue, 03/04/2007
Dentro de la Cuenca del Guadalquivir, Jaén es la provincia más afectada por la sequía En el Rumblar se hacen obras de emergencia y los pantanos Aguascebas y Dañador reciben trasvases para poder mantener el abastecimiento de agua de La Loma y El Condado MARÍA JOSÉ ÁLVAREZ/JAÉN PREOCUPACIÓN. Los pantanos están en sus niveles mínimos. /IDEAL LOS EMBALSES F Aguascebas: Según los últimos datos de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, y a la espera de que se actualicen con las últimas lluvias caídas, el embalse se encuentra al 63,17%.
F Dañador: 24,14%
F Fernandina: 32,54%
F Giribaile: 12,45%
F Guadalén: 18,35%
F Guadalmena: 15,91%
F Jándula: 23,08%
F Quiebrajano: 12,04%
F Rumblar: 63,17%
F Tranco: 30,72%
F Vadomojón: 22,11%
F Víboras: 36,66%
F La Bolera: 23,35%
F Total: 21,6%
F Lluvias registradas: 235,3 litros por metro cuadrado de media.
Aguas mil son las que tienen que caer en el recién estrenado mes de abril para que la provincia se recupere de la alarmante sequía que la atraviesa. El acta de la última comisión de Desembalse lo ha dejado claro. La mayoría de los pantanos de la provincia se encuentran en estado de alerta o emergencia. Esto se traduce en que es necesario reducir a través de campañas de ahorro al menos un 10% en el consumo urbano si se quiere tener agua en verano.
Desde que comenzó el año hidrológico, en octubre de 2006, apenas se superan los 240 litros de agua por metro cuadrado recogidos de media en toda la provincia. Para que no haya sequía, la media debería superar los 600 libros por metro cuadrado cuando termine septiembre. Si se tiene en cuenta que, terminado abril, llegan los meses más secos para Jaén, con toda probabilidad los pantanos seguirán descendiendo y, con ellos, las posibilidades de evitar las restricciones de agua durante el periodo estival.
Por comarcas
La última Comisión de Desembalse estableció una cifra de 500 hectómetros cúbicos para toda la Cuenca del Guadalquivir durante la próxima campaña de riego. Esto se traduce en unos 1.000 metros cúbicos por hectáreas, que podrían convertirse en 1.500 si siguiera lloviendo. En caso contrario, habrá que tomar medidas drásticas. Y es que la situación es poco esperanzadora. No sólo para el riego, también para el consumo humano. En la Mancomunidad del Condado, que abastece a 7 poblaciones (20.000 habitantes) gracias al agua del Dañador, no hay almacenada ni siquiera el agua que consume el total de los ciudadanos durante un año, 1,8 hectómetros cúbicos. La falta de recursos hídricos se compensa ahora con trasvases del embalse del Guadalmena, unos 50 litros por segundo hasta ahora.
En La Loma, cuya fuente principal de agua es el Aguascebas, no tienen embalsado ni un tercio de lo que gasta la Mancomunidad en un año, que son 8,4 hectómetros cúbicos. Para paliar el déficit se bombean 180 litros por segundo procedentes del río Guadalquivir, a su paso por el término de Mogón. En Valdepeñas de Jaén, abastecida por el Fresneda, falta mucha agua y ya se ha decidido que no se atienda la demanda de regadíos. Entre los que atraviesan las situaciones más graves se encuentra el Consorcio de Agua del Rumblar, que abastece a 10 núcleos urbanos de la provincia con 86.000 habitantes. Su capacidad baja capacidad es insuficiente para atender a consumo urbano (10 hectómetros cúbicos al año) y regadíos (26 hectómetros cúbicos anuales). La Comisión de Desembalse ha decidido que el volumen de agua disponible se destine a la demanda de abastecimiento urbano. No obstante, se está realizando una obra de emergencia para bombear caudales del río Guadalquivir al canal de la zona regable del Rumblar. Se espera que esta obra entre en funcionamiento en la próxima campaña de riego, es decir, en los meses estivales.
Campañas de ahorro
Con este panorama del que la provincia parece no salir (en otras provincias de la Cuenca del Guadalquivir las precipitaciones han sido más generosas este año) la única medida posible para contrarrestar a la sequía es optimizar al máximo los recursos. Además de las obras de emergencia que ya se realizan y de los bombeos a pantanos del río Guadalquivir, el Ministerio de Medio Ambiente insta, según el acta de la Comisión de Desembalse, a que se realicen férreas campañas de ahorro entre la población y también para el riego.
No en vano, de la situación de sequía actual tiene parte de culpa la poca previsión de años anteriores. Fue en el año hidrológico 2004-2005 cuando, a pesar de contar con excelentes reservas, la falta de precipitaciones, apenas se superaron los 100 litros por metro cuadrado de media en todo el periodo, los pantanos comenzaron a bajar. El año pasado llovió. No lo suficiente, pero sí dos tercios de lo necesario en un año. Pero se siguió gastando la misma cantidad de agua lo que no hizo que se recuperasen los embalses.
F Dañador: 24,14%
F Fernandina: 32,54%
F Giribaile: 12,45%
F Guadalén: 18,35%
F Guadalmena: 15,91%
F Jándula: 23,08%
F Quiebrajano: 12,04%
F Rumblar: 63,17%
F Tranco: 30,72%
F Vadomojón: 22,11%
F Víboras: 36,66%
F La Bolera: 23,35%
F Total: 21,6%
F Lluvias registradas: 235,3 litros por metro cuadrado de media.
Aguas mil son las que tienen que caer en el recién estrenado mes de abril para que la provincia se recupere de la alarmante sequía que la atraviesa. El acta de la última comisión de Desembalse lo ha dejado claro. La mayoría de los pantanos de la provincia se encuentran en estado de alerta o emergencia. Esto se traduce en que es necesario reducir a través de campañas de ahorro al menos un 10% en el consumo urbano si se quiere tener agua en verano.
Desde que comenzó el año hidrológico, en octubre de 2006, apenas se superan los 240 litros de agua por metro cuadrado recogidos de media en toda la provincia. Para que no haya sequía, la media debería superar los 600 libros por metro cuadrado cuando termine septiembre. Si se tiene en cuenta que, terminado abril, llegan los meses más secos para Jaén, con toda probabilidad los pantanos seguirán descendiendo y, con ellos, las posibilidades de evitar las restricciones de agua durante el periodo estival.
Por comarcas
La última Comisión de Desembalse estableció una cifra de 500 hectómetros cúbicos para toda la Cuenca del Guadalquivir durante la próxima campaña de riego. Esto se traduce en unos 1.000 metros cúbicos por hectáreas, que podrían convertirse en 1.500 si siguiera lloviendo. En caso contrario, habrá que tomar medidas drásticas. Y es que la situación es poco esperanzadora. No sólo para el riego, también para el consumo humano. En la Mancomunidad del Condado, que abastece a 7 poblaciones (20.000 habitantes) gracias al agua del Dañador, no hay almacenada ni siquiera el agua que consume el total de los ciudadanos durante un año, 1,8 hectómetros cúbicos. La falta de recursos hídricos se compensa ahora con trasvases del embalse del Guadalmena, unos 50 litros por segundo hasta ahora.
En La Loma, cuya fuente principal de agua es el Aguascebas, no tienen embalsado ni un tercio de lo que gasta la Mancomunidad en un año, que son 8,4 hectómetros cúbicos. Para paliar el déficit se bombean 180 litros por segundo procedentes del río Guadalquivir, a su paso por el término de Mogón. En Valdepeñas de Jaén, abastecida por el Fresneda, falta mucha agua y ya se ha decidido que no se atienda la demanda de regadíos. Entre los que atraviesan las situaciones más graves se encuentra el Consorcio de Agua del Rumblar, que abastece a 10 núcleos urbanos de la provincia con 86.000 habitantes. Su capacidad baja capacidad es insuficiente para atender a consumo urbano (10 hectómetros cúbicos al año) y regadíos (26 hectómetros cúbicos anuales). La Comisión de Desembalse ha decidido que el volumen de agua disponible se destine a la demanda de abastecimiento urbano. No obstante, se está realizando una obra de emergencia para bombear caudales del río Guadalquivir al canal de la zona regable del Rumblar. Se espera que esta obra entre en funcionamiento en la próxima campaña de riego, es decir, en los meses estivales.
Campañas de ahorro
Con este panorama del que la provincia parece no salir (en otras provincias de la Cuenca del Guadalquivir las precipitaciones han sido más generosas este año) la única medida posible para contrarrestar a la sequía es optimizar al máximo los recursos. Además de las obras de emergencia que ya se realizan y de los bombeos a pantanos del río Guadalquivir, el Ministerio de Medio Ambiente insta, según el acta de la Comisión de Desembalse, a que se realicen férreas campañas de ahorro entre la población y también para el riego.
No en vano, de la situación de sequía actual tiene parte de culpa la poca previsión de años anteriores. Fue en el año hidrológico 2004-2005 cuando, a pesar de contar con excelentes reservas, la falta de precipitaciones, apenas se superaron los 100 litros por metro cuadrado de media en todo el periodo, los pantanos comenzaron a bajar. El año pasado llovió. No lo suficiente, pero sí dos tercios de lo necesario en un año. Pero se siguió gastando la misma cantidad de agua lo que no hizo que se recuperasen los embalses.