Experts ask for creation of water prices
Fri, 23/03/2007
Los expertos del Plan Blue, reunidos en Zaragoza dentro de las actividades organizados por la Tribuna del Agua de la Expo 2008, piden a los gobiernos de los países de la cuenca del Mediterráneo que pongan urgentemente precio al agua, ya que los niveles de explotación y despilfarro actual resultan insostenibles.
Por cada 3 litros de agua que llegan a los consumidores de la cuenca mediterránea, se pierden nada menos que 22 durante el transporte y la distribución. Ello supone un despilfarro anual de 7.500 millones de metros cúbicos al año. En una zona caracterizada por la abundancia de recursos hídricos, 30 millones de personas no tienen acceso al agua potable, con una concentración alarmante en Turquía y el Magreb. El presidente del Instituto Mediterráneo del Agua, Mohammed Ennabli, señaló a Cinco Días que "los actuales niveles de explotación del agua en el área del Mediterráneo son ya insostenibles. En algunas zonas del sur, la sobreexplotación llega hasta el 200%". Los desequilibrios amenazan recursos básicos para la economía de la zona, como el turismo. Ennabli subraya que "la demanda en el turismo de costa está obligando a transportar agua del interior de los países y a distancias crecientes. En poblaciones donde se concentran 100.000 habitantes se ha tenido que recurrir a abastecimientos que distan 50 y más kilómetros". Para el director de la Tribuna del Agua, Domingo Jiménez Beltrán, "el mayor embalse real de los países del Mediterráneo es el ahorro. No existe un problema de escasez de agua sino un problema de mala gestión". Según el centenar de expertos reunidos en Zaragoza, si se aplicara una estrategia de mínimos de buenas prácticas, eficiencia y ahorro, el caudal utilizable en el área del Mediterráneo se incrementaría entre un 5 y un 10%. Incluso la cuenca podría hacer frente a la mayor de las catástrofes (imaginando una situación de escasez extrema), ya que el Mediterráneo constituye un yacimiento privilegiado de energías renovables. "Esto facilita las condiciones necesarias para explotar nuevas formas de extracción de agua potable, como la desalinización", subraya Ennabli. Los usos agrícolas resultan determinantes a la hora de establecer estrategias para asegurarse el suministro de agua en el Mediterráneo. La agricultura representa prácticamente el 70% de la demanda total en la zona, lo que obliga a imponer una revisión urgente de las tarifas. Para el director del Plan Blue, Henry-Luc Thibault, "los Gobiernos del área mediterránea deben considerar la regulación de la demanda del agua como una prioridad nacional. La falta de implicación social y política en solventar este problema se pagará muy cara". En opinión de Jiménez Beltrán, "en el contexto del cambio climático, resulta ya imprescindible gestionar el agua como si la sequía fuera habitual y no una situación excepcional". Ennabli advierte que "alimentar la confrontación entre el suministro de agua potable a la población y la atención a los usos agrícolas es una estrategia muy peligrosa. En el Mediterráneo, la demanda ciudadana apenas llega al 15% del consumo y es un caudal reutilizable. No es un problema de cantidad, sino de coste económico".
Pistas.
El reto de la ecoeficiencia en las zonas de demanda turística.
Uno de los grandes retos que debe afrontar ya la gestión del agua en los países de la cuenca mediterránea es el suministro a 360 millones de turistas. Un segmento integrado por consumidores muy voraces, ya que cada uno de ellos viene a utilizar entre 500 y 800 litros al día, frente a los 108 litros con los que se contentan los habitantes locales. En este contexto, el director de la Tribuna del Agua de la Expo 2008, Domingo Jiménez Beltrán, asegura que "en un futuro ya prácticamente inmediato, la riqueza en agua de estos países deberá medirse, no en términos de recursos, sino de necesidades. La ecoeficiencia se convertirá en una riqueza real y demostrable en magnitudes económicas".
Por cada 3 litros de agua que llegan a los consumidores de la cuenca mediterránea, se pierden nada menos que 22 durante el transporte y la distribución. Ello supone un despilfarro anual de 7.500 millones de metros cúbicos al año. En una zona caracterizada por la abundancia de recursos hídricos, 30 millones de personas no tienen acceso al agua potable, con una concentración alarmante en Turquía y el Magreb. El presidente del Instituto Mediterráneo del Agua, Mohammed Ennabli, señaló a Cinco Días que "los actuales niveles de explotación del agua en el área del Mediterráneo son ya insostenibles. En algunas zonas del sur, la sobreexplotación llega hasta el 200%". Los desequilibrios amenazan recursos básicos para la economía de la zona, como el turismo. Ennabli subraya que "la demanda en el turismo de costa está obligando a transportar agua del interior de los países y a distancias crecientes. En poblaciones donde se concentran 100.000 habitantes se ha tenido que recurrir a abastecimientos que distan 50 y más kilómetros". Para el director de la Tribuna del Agua, Domingo Jiménez Beltrán, "el mayor embalse real de los países del Mediterráneo es el ahorro. No existe un problema de escasez de agua sino un problema de mala gestión". Según el centenar de expertos reunidos en Zaragoza, si se aplicara una estrategia de mínimos de buenas prácticas, eficiencia y ahorro, el caudal utilizable en el área del Mediterráneo se incrementaría entre un 5 y un 10%. Incluso la cuenca podría hacer frente a la mayor de las catástrofes (imaginando una situación de escasez extrema), ya que el Mediterráneo constituye un yacimiento privilegiado de energías renovables. "Esto facilita las condiciones necesarias para explotar nuevas formas de extracción de agua potable, como la desalinización", subraya Ennabli. Los usos agrícolas resultan determinantes a la hora de establecer estrategias para asegurarse el suministro de agua en el Mediterráneo. La agricultura representa prácticamente el 70% de la demanda total en la zona, lo que obliga a imponer una revisión urgente de las tarifas. Para el director del Plan Blue, Henry-Luc Thibault, "los Gobiernos del área mediterránea deben considerar la regulación de la demanda del agua como una prioridad nacional. La falta de implicación social y política en solventar este problema se pagará muy cara". En opinión de Jiménez Beltrán, "en el contexto del cambio climático, resulta ya imprescindible gestionar el agua como si la sequía fuera habitual y no una situación excepcional". Ennabli advierte que "alimentar la confrontación entre el suministro de agua potable a la población y la atención a los usos agrícolas es una estrategia muy peligrosa. En el Mediterráneo, la demanda ciudadana apenas llega al 15% del consumo y es un caudal reutilizable. No es un problema de cantidad, sino de coste económico".
Pistas.
El reto de la ecoeficiencia en las zonas de demanda turística.
Uno de los grandes retos que debe afrontar ya la gestión del agua en los países de la cuenca mediterránea es el suministro a 360 millones de turistas. Un segmento integrado por consumidores muy voraces, ya que cada uno de ellos viene a utilizar entre 500 y 800 litros al día, frente a los 108 litros con los que se contentan los habitantes locales. En este contexto, el director de la Tribuna del Agua de la Expo 2008, Domingo Jiménez Beltrán, asegura que "en un futuro ya prácticamente inmediato, la riqueza en agua de estos países deberá medirse, no en términos de recursos, sino de necesidades. La ecoeficiencia se convertirá en una riqueza real y demostrable en magnitudes económicas".